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Aduanas vio subfacturación en el 85% de las auditorías

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Aduanas: tienen desde 2013 una unidad especializada para la lucha  contra delitos de propiedad intelectual y lavado de activos. Foto: Archivo El País

IMPORTACIONES Y EXPORTACIONES

Fueron 400 controles que realizó en declaraciones de importaciones.

La Dirección Nacional de Aduanas detectó irregularidades en más del 85% de las auditorías practica- das en empresas por la sospecha de subfacturación de las declaraciones de importación.

"De 400 auditorías que practicamos el año pasado más del 85% fueron exitosas porque se detectó la subfacturación de las importaciones", explicó a El País el gerente de Control y Gestión del Riesgo de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA), Fernando Wins.

En el caso del mercado uruguayo, el universo de empresas que se dedican al comercio exterior en el capítulo de importaciones agrupa a unas 10.000.

Los tributos y tasas aduaneras se aplican sobre el valor en aduana conformado por la suma del costo de la mercadería más el seguro, el flete y otros gastos.

"El 2016 fue récord en materia de recaudación aduanera por concepto de multas y recaudaciones derivadas de subfacturaciones", dijo el jerarca. Por el contrario, el funcionario destacó que casi no existen antecedentes en el caso de la sobrefacturación de exportaciones.

"En el Uruguay se numeran por año unas 400.000 declaraciones aduaneras tanto por importaciones como exportaciones y tránsito. Cada declaración puede involucrar a varios contenedores", precisó Wins.

"De todas esas cifras por análisis de riesgo —canales rojos de verificación— hay entre un 10% y un 12% de controles. Hablamos de unas 40.000 declaraciones", explicó.

"En mi área hay cuatro divisiones donde existe una lógica que explica por qué están en la misma gerencia. Justamente porque comparten información de forma horizontal. Una es la división fiscalización que se encarga justamente del estudio de cada empresa posterior al despacho. Una vez liberada la mercadería se hace un estudio a fondo de la empresa. No despacho por despacho. La división fiscalización está dividida por grupo de actividad por arancel. Ellos hacen el estudio de cada uno de los sectores. Lo que se busca es evitar el tema de la declaración por un menor valor (que el real). ¿Cómo se hace? Se hace una auditoría integral de la empresa", explicó Wins.

Piratería.

Las declaraciones de Wins fueron formuladas durante su participación como orador en el seminario internacional "Propiedad Intelectual 2.0", celebrado entre el miércoles y jueves pasado en el hotel Enjoy Conrad de Punta del Este. El encuentro fue organizado de forma conjunta por la Cámara de Lucha contra la Piratería y el Contrabando, el estudio Cervieri Monsuárez & Asociados y la Cámara Nacional de Comercio y Servicios.

Wins recordó que desde el 2013 existe en la DNA una unidad especializada para la lucha contra los delitos de propiedad intelectual y lavado de activos. El ámbito de actuación de la DNA en la materia involucra a las cargas de tránsito, la mayoría hacia Paraguay, como también los pasos de frontera, las zonas francas y procedimientos en locales de plaza.

Hay un nuevo escenario de actuación de esta unidad que son las compras por Internet. "Los resultados son muy positivos. Por un lado los numéricos. Se incrementaron las incautaciones desde el 2013 de mercadería falsificada. Otro resultado que no es cuantificable pero sí muy cualitativo es que Uruguay fue retirado de la lista de mercados notorios elaborada por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos. Esto ocurrió en el 2015 por darle la potestad a la DNA de controlar las zonas francas. En el 2016 quedamos fuera de la lista por el trabajo de la dirección de propiedad intelectual tanto en tránsito como en plaza como los controles en zonas francas", explicó el funcionario.

Redes sociales.

La abogada Virginia Cervieri, organizadora del encuentro, explicó a El País que las redes sociales son el nuevo y complicado escenario de la lucha contra las marcas truchas.

"Estamos encontrando por un lado todo lo que tiene que ver con mercadería falsificada o en infracción, marcas sin autorización, con muchas cosas vendiéndose por las redes sociales tanto por Facebook, Twitter", explicó.

"Estamos en una batalla contra la ilegalidad total. Hablábamos de cómo combatir a alguien que vendía relojes falsos en una mesita. Ahora tenemos todo el escenario de las redes sociales. Es algo mucho más complejo. Los expertos coincidieron en señalar que lo que está creciendo es la comercialización en las redes sociales e Internet. Entre otras cosas porque no se puede allanar depósitos, entre otros inconvenientes", añadió.

"Una persona abre una página en alguna red social como Facebook con el logo de una marca. La hace pasar como una página oficial de esa marca para vender productos. En algunos casos son legítimos, en otros son falsos. Pero se muestran como si fueran los titulares de la marca. Esto es así", expresó. "Hay páginas que usan el catálogo de la firma original para vender productos. Lo que pasa es que la gente cuando compra online lo hace a través de un catálogo. Si voy a un supermercado o a una boutique me encuentro con la ropa colgada de una percha. Cuando compro online, que es la tendencia mundial, a mí lo que me vende es el catálogo. Atrás de ese catálogo hay un autor, hay mucha inversión de por medio. No se trata de sacar una foto con el celular y subirla a Internet. Lo que pasa es que muchísimas páginas hacen un link con la página del catálogo de la empresa original y después venden los productos. Eso es una infracción de los derechos de autor de quien hizo ese catálogo", concluyó.

Mercadería trucha en punta.

Personal de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) se constituyó en un local de Gorlero en Punta del Este. En el mismo había mercadería falsa de las marcas Michael Kors y Louis Vuitton, entre otras. Fue uno de los tantos procedimientos realizados en locales comerciales que arrojó el decomiso de mercaderías pirateadas por US$ 1,8 millones. Otros US$ 14,8 millones en mercadería falsa fueron incautados en contenedores. Del total, US$ 7,8 millones eran aparatos electrónicos truchos, otros US$ 4,5 millones eran accesorios electrónicos, US$ 1,4 millones eran juguetes y finalmente US$ 267.000 eran calzado falsificado, entre otras. La DNA encontró además una fábrica de perfumes truchos.

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