DATOS TRIMESTRALES

El despegue económico de Brasil se desaceleró notoriamente en el tercer trimestre del año, sorprendiendo a los analistas, pero el mercado lo recibió con calma por la resistencia del consumo y las inversiones.

AFP 

RÍO DE JANEIRO

El PIB de la mayor economía latinoamericana creció 0,1% en el periodo julio-septiembre respecto al trimestre anterior, en su tercera expansión consecutiva después de dos años de recesión, indicó el viernes el instituto de estadísticas IBGE.

El dato quedó lejos del crecimiento del 1,3% registrado en el periodo enero-marzo y del 0,7% de junio-agosto, según datos revisados por el IBGE.

"Los números muestran que recuperamos las inversiones. Es el primer resultado positivo después de más de tres años (...) cuando los empresarios invierten, la economía se calienta y aparecen los empleos. Vamos a cerrar 2017 en forma positiva, dejando atrás la recesión", dijo el presidente Michel Temer, en un mensaje por las redes sociales.

La expansión contra el tercer trimestre de 2016 fue de 1,4%. Es que Brasil está saliendo de la peor crisis económica de su historia, con caídas del PIB del 3,5% en 2015 y en 2016.

En los primeros nueve meses de 2017, el país creció 0,6% en comparación con el mismo periodo de 2016. En el acumulado de cuatro trimestres, el número es aún negativo (-0,2%), aunque el año debería cerrar mejor.

Los operadores de mercado prevén una expansión de 0,73% este año y de 2,58% en 2018, según la última encuesta semanal Focus del Banco Central (BCB).

"Brasil está en ritmo de recuperación sólida y se dirige hacia un ciclo de crecimiento que será el más largo de la última década", tuiteó el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles.

La debilidad del PIB global en el tercer trimestre igual presenta elementos alentadores. Así como el crecimiento del primer trimestre fue impulsado por el sector agropecuario y el del segundo por los servicios, el tercer trimestre tuvo como motores al consumo de las familias (+1,2%) y el retorno de las inversiones (+1,6%) tras casi cuatro años de retroceso continuo.

El consumo de los hogares, según los analistas, es alentado por el control de la inflación y la consecuente caída de las tasas de interés en los últimos meses, así como por la proximidad de las fiestas de fin de año.