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Estudio y trabajo: jóvenes de Uruguay en el podio regional

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Casi una de cada cinco mujeres uruguayas de entre 20 y 24 años estudian y trabajan. Foto: Shutterstock

TRANSICIÓN MÁS LARGA

El guarismo de los que hacen ambas actividades ronda el 17% dice Cepal.

La cantidad de jóvenes uruguayos de entre 20 y 29 años que estudian y trabajan es de las más altas de Latinoamérica y en particular se destacan las mujeres, donde el país cuenta con los mayores guarismos regionales para ese segmento de la población según un reciente informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El trabajo utiliza datos comparativos de 2014 de 17 países y revela que en Uruguay el 17,6% de las personas de entre 20 y 24 años estudian y trabajan u2014tercer resultado más alto por detrás de Paraguay (18,5%) y Costa Rica (18,3%)u2014. Mientras que en el segmento que va de 25 a 29 años el 15% de los jóvenes realizan ambas actividades u2014solo Costa Rica (16,5%) está por encimau2014.

Con estos números, en el promedio Uruguay alcanza el 16,3% de participación laboral y estudiantil en los jóvenes entre 20 y 29 años, quedando en segundo lugar a nivel regional por detrás de Costa Rica que llegó a un promedio de 17,4%. Entre los otros países, los vecinos Argentina (12,75%) y Brasil (10,95%) se posicionaron lejos de los promedios más altos.

El informe "Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe. La transición de los jóvenes de la escuela al mercado laboral" que realizó la Cepal en conjunto con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) detalla que en el caso de las mujeres uruguayas el 19,6% de las que tienen entre 20 y 24 años estudian y trabajan, así como el 16,5% de aquellas de entre 25 y 29 años. En los hombres son el 15,7% los que efectúan ambas tareas para el primer segmento y el 13,4% en la segunda franja etaria.

En sentido inverso a estos números, Uruguay aparece entre los guarismos más bajos en América Latina de población entre 15 y 19 años que estudia y trabaja: solo un 7,3% lo hace, siendo 7,5% de los hombres y 7,1% de las mujeres. Por debajo de estas cifras están únicamente Chile (4%), Argentina (4,6%), Costa Rica (5%) y Venezuela (6,9%).

"Existen marcadas diferencias entre los países con respecto al peso de la combinación de trabajo y estudio en los diferentes subgrupos etarios. Si bien en general el grupo de 20 a 24 años muestra la mayor proporción de jóvenes con esta combinación u2014tal es el caso de Uruguayu2014, en Bolivia, Brasil, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Perú es el grupo más joven (de 15 a 19 años) el que muestra los porcentajes más elevados", analizó el trabajo de la Cepal.

Respecto a los factores que pueden explicar la diferencia entre hombres y mujeres que estudian y trabajan, la economista de PwC Lucía Vázquez dijo a El País que "hay varios" pero que "un punto a destacar es la diferencia entre trabajo remunerado y trabajo no remunerado".

Vázquez apuntó que "las mujeres suelen ocuparse más que los varones de las tareas de cuidado dentro del hogar, esto es, trabajo no remunerado. Para muchos hogares resulta más rentable que una joven se quede en su casa realizando este tipo de tareas antes que salir al mercado a trabajar".

En cambio, "si solo se mira el trabajo asalariado, los varones tienen una participación más alta que las mujeres. Si se juntan las horas de trabajo remunerado y no remunerado, las mujeres suelen trabajar más horas que los varones. Es importante tener en cuenta que el estudio considera ambos tipos de trabajo, porque en general, cuando se habla de las cifras de empleo, se refieren al empleo remunerado", agregó.

Para la economista, esas "brechas por género en el mercado laboral se han ido achicando en las últimas décadas, tanto en la participación del mercado laboral, en salarios, etc. Sin embargo, son procesos que llevan períodos largos de tiempo para hacerse visibles. De 2014 (año en que el estudio basa el análisis) hasta ahora no cabría esperar cambios importantes de estas cifras".

Transición.

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"La duraciónde la transición de la escuela a empleos estables es menor para los jóvenes con experiencia laboral previa", señaló el estudio de Cepal. En el caso de Uruguay, la duración media de dicha transición es cercana a los seis años, una de las menores, detrás de Colombia, El Salvador, México (en el entorno de cinco años) y Brasil (cuatro años).

En ese sentido, "América Latina se caracteriza por menores proporciones de jóvenes" que estudian y trabajan al mismo tiempo, que "en países desarrollados pero se observa una tendencia en aumento", afirmó.

Según la Cepal, "la intervención del Estado es fundamental para facilitar transiciones exitosas de la escuela al trabajo. Para la mayoría de los países de América Latina el empleo y la integración social de los jóvenes están en la agenda de prioridades".

Mercado laboral de la región está "débil"

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El estudio de Cepal analizó los mercados laborales de América Latina y el Caribe en el primer semestre de 2017 y señaló que "la debilidad" de estos "también se refleja en la calidad del empleo".

Según el estudio, "la creación de empleo por cuenta propia fue más dinámica que la creación de empleo asalariado en seis de los ocho países con información disponible. También se constata un estancamiento en la creación de empleo en varios países de América del Sur (Argentina, Chile, Perú y Uruguay), mientras que en Centroamérica y México esta variable mostró mayor dinamismo".

Para la Cepal se abona el argumento "de que el empleo que se está generando en la subregión (América del Sur) es principalmente precario, lo que se refuerza con la continuidad de la fuerte contracción del empleo registrado en el mercado laboral brasileño".

Ve como "muy probable" que "la situación laboral a nivel regional en el segundo semestre del año continúe mostrando un deterioro, aunque probablemente de menor magnitud que en los semestres anteriores. La tendencia regional estará marcada en gran medida por la evolución del mercado laboral del Brasil, para cuya economía se proyecta un muy leve crecimiento (0,7%) después de varios años de contracción y cuyo impacto en la generación de empleo puede tener algún rezago".

Agregó que "a pesar de algunas buenas noticias, es probable que la demanda laboral siga registrando los efectos de la fase contractiva del ciclo económico, manteniéndose la disminución interanual de la tasa de ocupación observada en lo que va del año. Por otra parte, tampoco se prevé un cambio en las principales tendencias registradas en la composición del empleo. En particular, el trabajo por cuenta propia seguirá siendo predominante en los nuevos empleos generados a nivel regional. Asimismo, se prevé la continuación del aumento moderado de la tasa de participación laboral".

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