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Seis efectos de la suba del dólar en la vida cotidiana

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Foto: AFP
A dealer counts US currency notes at a money changer in Singapore on October 17, 2013. Asian shares mostly rose on October 17 after US lawmakers passed a last-minute bill to reopen the government and raise the country's borrowing limit, avoiding a devastating default that threatened to spark another global recession. AFP PHOTO / ROSLAN RAHMAN SINGAPORE-STOCKS-ASIA-FINANCE-FOREX
ROSLAN RAHMAN/AFP

El alza aún es leve, pero vale estar atento a cómo pega en el ahorro y el gasto.

El 5 de mayo, el dólar marcó su menor nivel en el año al cotizar a $ 27,809 el interbancario, mientras que al público a la venta estaba en $ 28,03. Desde ese día y hasta el viernes, el interbancario ha subido —con intermitencias— un 4,06%. Es un alza leve en dos meses, aunque si la tendencia continúa vale la pena tener en cuenta estos seis efectos sobre el bolsillo.

Ahorro.

Uno de los efectos más relevantes de la moneda local sobre las personas está relacionado con su ahorro. Si un pequeño ahorrista se había acostumbrado a ver la cotización de la moneda estadounidense en torno a los $ 28 y decidió mantener sus ahorros bajo el colchón en moneda local, habrá tenido una pérdida al medirlos en dólares, ya que ayer la divisa estaba a $ 29,60 a la venta al público. Si el 5 de mayo necesitaba $ 28.030 para comprar US$ 1.000, el viernes hubiera requerido $ 29.600, es decir $ 1.570 más por la misma cantidad de billetes verdes.

Ahora, ¿esto quiere decir que comprar dólares es la mejor forma de proteger el poder de compra de su ahorro? En un plazo corto como este y habiendo comprado en el momento exacto (algo muy difícil de identificar en lo previo) sí, pero si se toma un período un poquito más largo, por ejemplo seis meses o más, la respuesta es clara: no.

Si el 5 de enero alguien hubiera comprado US$ 1.000, habría tenido que desembolsar $ 29.150 ($ 29,15 cobraba el Banco República por cada dólar) y el viernes para comprar el mismo monto hubiera necesitado $ 29.600. Apenas 450 más en seis meses.

Si en vez de comprar dólares hubiera elegido Unidades Indexadas (UI), por los $ 29.150 habría recibido 8.308,86 UI. Al viernes, para conseguir 8.308,86 UI, debería haber pagado $ 30.204,36, es decir $ 1.054,36 más. Claramente la UI le protegió mejor la capacidad de compra de su dinero, ya que es una unidad que sigue la evolución de los precios. Para comprar UI hay algunas alternativas.

Netflix y Spotify.

Las empresas que prestan servicios de streaming para música y contenido audiovisual tienen sede fuera del país y una contabilidad altamente dolarizada. Por eso, un incremento de la moneda estadounidense empuja los costos de esos servicios medidos en pesos. Un servicio de Netflix denominado Estándar (se pueden ver dos pantallas a la vez y HD) cuesta US$ 9,99. Al 5 de mayo eso significaban $ 280, mientras que actualmente son $ 295,70.

Lo mismo sucede con Spotify, el servicio Premium (el básico es gratuito) tiene un costo de US$ 5,99 al mes. Eso que significaba $ 167,90 a comienzos de mayo, actualmente son $ 177,30.

Consumos en el exterior.

La devaluación del peso también puede golpear a quienes ya viajaron fuera del país e hicieron compras en el exterior con tarjeta de crédito. Sucede que los plásticos cierran los consumos en un determinado momento del mes y toma como referencia un tipo de cambio posterior a las compras ya realizadas. Por ejemplo, si una pareja viajó a Estados Unidos a comienzos de junio y tuvo gastos por US$ 2.000 con tarjeta, debería desembolsar al dólar del viernes unos $ 59.200 (sin contar eventuales cargas o descuentos), mientras que en la fecha que hizo el viaje, el gasto representaba $ 57.260.

Turismo local.

La devaluación hace más costoso el turismo fuera del país, pero por ese motivo también podría ocasionar un aumento en el plano local. Sucede que un peso que vale menos en términos de dólar suele volcar a los turistas al país y restringir las salidas. Eso puede llevar a aumentar la demanda en los lugares tradicionales para vacacionar, que tienen más margen para subir los precios. Los especialistas creen, sin embargo, que la devaluación de los últimos días aún es muy débil como para promover una fuerte tendencia en esa dirección.

Créditos hipotecarios.

Quienes tienen créditos hipotecarios preaprobados en UI deberán rehacer las cuentas. Eso se debe a que las viviendas en el país se venden principalmente en dólares, y la devaluación los obliga a juntar más pesos para cancelar la operación.

Los trámites para obtener un crédito hipotecario llevan entre 45 y 60 días habitualmente, en ese tiempo lo que suceda con el valor del dólar y la UI es clave.

Por ejemplo, Juan vio una vivienda de US$ 120.000 y firmó el boleto de reserva en mayo. Tenía ahorrados US$ 30.000 y necesitaba un crédito hipotecario por el equivalente a US$ 90.000 (los préstamos son en UI). Al momento de tramitar el préstamo, el 5 de mayo, para conseguir el equivalente a US$ 90.000 requería de 696.474 UI y eso fue lo que solicitó al banco.

El viernes, cuando Juan fue a firmar la compra-venta (con la aprobación del crédito) las 696.474 UI equivalían a US$ 85.534,54. Es decir, US$ 4.465,46 menos de los que necesitaba.

Así que llegado el momento Juan tuvo dos opciones: amplió el crédito para cubrir los US$ 4.465,54 que faltaban (siempre que con ello la cuota mensual no superara el 25% de sus ingresos, sino también debería estirar el plazo del crédito) o consiguió ese monto de un familiar, amigo, etc.

Electrodomésticos.

Es otro de los rubros clásicos que sienten el efecto de una suba o baja del dólar. Al estar expresados en la moneda estadounidense, el momento de tomar la decisión de compra puede terminar abaratando o encareciendo su costo al medirlo en pesos.

Por ejemplo, si alguien pensaba cambiar el refrigerador en mayo y comprar un modelo con frío seco valuado en US$ 1.249, necesitaba para ello $ $ 35.009. Si en cambio fue postergando la decisión hasta el viernes pasado, habría tenido que desembolsar $ 36.970. En cambio, si decidió sacarlo con tarjeta de crédito lo mejor que puede hacer es pasarlo a pesos y no hacerlo en cuotas en dólares, porque quedaría expuesto a una moneda en la que no tiene sus ingresos. Con datos de LA NACIÓN/GDA

Ahorro en UI: algunas alternativas en la plaza.

Si bien falta desarrollo en Unidades Indexadas (UI), hay bancos como BBVA y Scotiabank que ofrecen cajas de ahorro y depósitos a plazo. Tienen requisitos de depósitos mínimos y el costo de la cuenta (en la que es a plazo de Scotia no tiene costos). La otra posibilidad es el Banco Hipotecario, cuya cuenta se puede usar como ahorro, requiere un depósito mínimo de 4.000 UI ($ 14.542 a hoy y luego de 750 UI ($ 2.727) cada mes y se pueden hacer retiros a partir de 180 días. Por otro lado, Afisa SURA tiene fondos que invierten en instrumentos en UI. La otra posibilidad es recurrir a un corredor de bolsa y preguntar por diferentes títulos en UI para invertir. Pese a que protege de la suba de precios, la UI no es un instrumento preferido por los uruguayos a la hora de ahorrar. Según el reciente estudio "El ahorro en Uruguay: la percepción de los consumidores" —elaborado por la Cátedra SURA de Confianza Económica—, el 38% de los uruguayos prefiere ahorrar en pesos, el 37% en dólares, el 13% en varias monedas y apenas el 12% en UI. El trabajo señala que "el consumidor sigue la pizarra para definir su preferencia de ahorro por monedas: correlación positiva entre preferencia por la moneda nacional para ahorrar y su fortalecimiento".

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