Continúa la crisis de la industria marítima y casi todos las empresas navieras del mundo están en números rojos.

 Constantemente estamos leyendo las columnas internacionales especializadas y la verdad es que meten miedo. En el mercado de los graneles las cargas están en retirada, sobran las bodegas, los fletes han caído y los barcos viejos -cada vez menos viejos- van a desguace para sacarlos del mercado. Por ejemplo, hace pocas semanas fueron a desguace 19 bulkcarriers “capesize” del Grupo Golden Ocean, del imperio marítimo noruego de John Fredriksen. La compañía informó que esta es la primera fase de 27 naves similares que irán al reciclado de metal, y ya hay programados otras 29 para este año. Con el mercado de graneles secos en su más bajo nivel en la historia y con numerosas compañías marítimas al borde de la quiebra que salen a ofrecer servicios a precios que apenas cubren la operativa, para Golden Ocean la enérgica reducción de la flota es la única opción, luego de soportar pérdidas por US$ 135,1 millones en 2015. Para el noruego, la caída actual del mercado es producto del exceso de oferta de bodega, por la brusca reducción de importaciones de China (en particular carbón, bauxita y arrabio) y de la menor exportación de cereales.

Las bajas tarifas de los capsize determinan que muchos propietarios pongan sus buques de 180.000 DWT en hot lay-up. Esto es, que los buques son fondeados con los equipos y la planta parcialmente apagados, y la tripulación reducida a un mínimo para bajar costos. Desde diciembre 2014 la tarifa diaria de un capsize ha caído por debajo del costo operativo, según informa la firma británica Clarkson.

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