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Fray Bentos: gran puerto e industrias

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Fue salida del Liebig, Anglo, tasajo, madera de Eufores, troncos, chips, citrus y granos

El puerto de Fray Bentos fue en el pasado acaso uno de los principales del río Uruguay y por ende de nuestro país, basta pensar que allí se había instalado en 1862 el famosos Frigorifico Liebig nada menos, adonde anualmente llegaban centenares de naves (barcas y naves a vapor de diferentes banderas) a buscar desde Europa el demandado extracto de carne. Pero antes lo habían hecho otros barcos más pequeños o más grandes en busca del tasajo que centenares de prestigiosos saladeros preparaban básicamente para Brasil, Cuba, el Caribe, países de clima cálido, o bien para consumo de las tripulaciones de los barcos. Comenzado el siglo XX, por razones de negocios o desafíos del mercado, el Frigorífico Anglo se instaló en aquellas plantas industriales del Liebig y el movimiento industrial cárnico de esa empresa movilizó de todo, desde modernos equipos y más barcos, sobre todo más grandes y especializados en refrigeración.

Fray Bentos respondió a ese desafío y comenzó a plasmarse un formidable crecimiento social, comercial e industrial en esa ciudad, y la plaza dio mayores esperanzas. Pero el Anglo se fue y vinieron curiosamente años de desesperanza; después de experiencias industriales tan fuertes no había quedado sembrada ninguna artesanía, ninguna inspiración. Fue años más tarde que se produjo el remonte con la llegada de la empresa española forestal Eufores que tras M’Bopicuá vino el renacimiento de Fray Bentos con los embarques de rolos y chips, así como también los embarques de granos.

EL PUERTO. El puerto ya era chico a pesar de los cambios que de a poco se le fueron introduciendo. A mediados de los años 20 una ola constructiva y modernizadora se apoderó de la voluntad de los políticos y varios fueron los puertos del litoral al influjo del cabotaje y los viajeros, y las cargas cuyos tonelajes crecían sufrieron cambios, entre ellos Fray Bentos, Paysandú y Nueva Palmira y, obviamente, Colonia. Hace algunos años leímos la historia del puerto de Fray Bentos en una publicación del año 1938 refiriéndose a la construcción de este puerto que se llevó a cabo en 1927. Señalaba aquel artículo que casi todo el año anterior se había insumido en trámites ante el Consejo Nacional de Administración y la presentación de planos y proyectos. En el puerto y su ampliación se invirtieron aproximadamente un millón de pesos que entonces equivalían a más de un millón de dólares, quién sabe hoy cuántos millones dólares serían necesarios. La obra se financió con parte del empréstito que se hizo en Estados Unidos llamado Halgarden. También con esos dólares se erigieron los puertos de Nueva Palmira y Paysandú, dándole mayor entidad económica a los de Salto y Paysandú.

La empresa ganadora de la licitación fue Kimbaum Grueen Bilfinger, cuyos estudios demostraron que por su naturaleza, el subsuelo del río Uruguay no permitía hacer un tablestacado para los muelles con tanta longitud. Entonces se encomendó a dicha empresa el estudio del terreno y sondajes que demandaron varios meses realizados en el área de los muelles. Reputados técnicos de la mencionada empresa alemana conjuntamente con ingenieros tan capacitados como Federico Krusse y A. Brukali, proyectaron su actual muelle. Su sistema de grandes fundaciones cilíndricas es semejante a un gran puerto construido por dicha empresa en Estocolmo en 1924, de manera que todo nos hace pensar y así está consignado en una publicación, que el puerto de Fray Bentos es una copia de ese puerto sueco. El autor se está refiriendo a obras de fines de los años 20, lo cual quiere decir que Estocolmo como puerto debe haber cambiado y evolucionado varias veces desde entonces. Lo interesante de señalar, según lo consigna el artículo, es que “los ingenieros Krusse y Brukali son dos grandes técnicos, el último es también físico-químico que después de actualizar en Buenos Aires el limo y las arenas fraybentinas, ordenó que se pidieran los análisis y estudios que se habían hecho en Estocolmo para aprobarlos aquí.

MáS CAMBIOS. Pero por el año 2000 vendrían cambios bien importantes para este puerto a raíz de un lamentado accidente. El 24 de enero de 1999, el barco maderero “Rosita”, en momentos que enfilaba hacia el muelle para amarrar, embistió la estructura con tal fuerza que produjo serios daños a la infraestructura de hormigón, inutilizando la mitad de ese muelle por largo tiempo. Su reparación demandó algo así como año y medio.

La propia nave sufrió daños. Siendo presidente de la ANP nuestro jurista el Dr. Edison González Lapeyre, se negoció con la empresa armadora la reparación conjuntamente con las empresas de seguros. Pero no solamente se tenía proyectado ese objetivo sino que también se llevó a cabo la extensión del muelle de Fray Bentos en 75 metros más, así que ahora cuenta con casi 200 metros; la obra se terminó en 2006. Pero además hubo avances técnicos. Los pilares originales derribados por el choque del barco eran de hormigón, los que se colocaron ahora fueron 15 caños de acero de medio metro de diámetro por más de 20 metros de largo enterrados unos 20 centímetros en el fondo y luego rellenados con hormigón armado. Suponemos que una cantidad mayor de pilares se hincaron en la prolongación de los 75 metros del muelle.

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