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Un inédito bono en pesos sedujo y levantó US$ 1.250 millones

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Participaron de la operación más de 100 inversionistas institucionales. Foto: Reuters
Traders work on the floor of the New York Stock Exchange (NYSE) February 11, 2016. REUTERS/Brendan McDermid USA-STOCKS/
BRENDAN MCDERMID/REUTERS

Demanda equivalió a US$ 5.600:, cerca de 4,5 veces más que lo emitido.

Por primera vez en su historia, Uruguay realizó ayer una emisión de deuda mediante un bono global en pesos nominales en el mercado internacional, como parte de una operación de manejo de pasivos. La avidez de los inversores por deuda en moneda local llevó la demanda al equivalente a US$ 5.600 millones y finalmente el gobierno colocó papeles por US$ 1.250 millones. Así, la demanda total recibida por el bono uruguayo fue aproximadamente 4,5 veces más del total emitido.

Conjuntamente con la emisión del título, se lanzó una operación de recompra del bono global en Unidades Indexadas (UI) a la inflación con vencimiento en 2018 y otra de canje (del nuevo bono en pesos) por títulos de deuda emitidos en el mercado local en pesos y UI que vencen entre agosto de 2017 y marzo de 2020.

Del monto total demandado, US$ 1.000 millones fueron en efectivo y otros US$ 250 millones corresponden a este canje de títulos locales.

Con esto, el gobierno consigue el objetivo de crear un bono de referencia en pesos a nivel internacional con lo que a futuro le resultará más sencillo emitir en esa moneda a mayores plazos. Además, despejó vencimientos de deuda (mediante la recompra y el canje) y consiguió fondeo en moneda local, lo que es una protección ante eventuales subas bruscas del dólar.

La emisión de un bono en pesos a nivel internacional es la primera de su tipo, ya que antes Uruguay colocó títulos en moneda nacional a nivel global, pero indexada a la inflación.

Ayer, a la hora 9:22 de Uruguay, la Unidad de Gestión de Deuda (UGD) del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció la operación y emisión del nuevo título por el equivalente a entre US$ 500 millones y US$ 1.000 millones. Apenas 12 minutos después, la demanda por ese bono en pesos que vencerá en 2022 alcanzaba al equivalente a US$ 2.500 millones.

Finalmente, el libro con los pedidos de los inversores se cerró cerca de las 14 hora uruguaya con una demanda de US$ 5.600 millones. El gobierno optó por tomar US$ 1.250 millones, a una tasa de 10%. La emisión pagará una tasa de interés de 9,875% anual en pesos, según un comunicado divulgado en la noche de ayer por el MEF.

Participaron de la operación más de un centenar de inversores institucionales de Estados Unidos, Europa, Uruguay y otros países latinoamericanos.

"Esta nueva operación confirma una vez más la confianza que los inversores locales e internacionales tienen en la fortaleza macroeconómica e institucional de la República y sus perspectivas económicas", indica el comunicado, y agrega que "pone de manifiesto la flexibilidad con la que cuenta el país para acceder a nuevas fuentes de financiamiento".

La de ayer fue la primera emisión en cinco años que efectuó un gobierno de un país emergente en moneda local a tasa nominal y bajo jurisdicción internacional, destacó el MEF.

Por su parte, el managing director de la sociedad bursátil ProCapital, Nicolás Coccino, calificó a la colocación como "muy exitosa" y subrayó que "era el momento adecuado para salir".

El experto añadió que la cuantiosa demanda que hubo por el bono uruguayo "es una señal de confianza" de los mercados y pone de manifiesto "el apetito que hay por este tipo de deuda".

Roadshows.

La semana pasada, representantes del gobierno participaron de reuniones con inversores institucionales en Europa y Estados Unidos para preparar esta emisión, una colocación inédita para el país.

El director de la UGD del MEF, Herman Kamil, junto a Antonio Juambeltz (asesor financiero de la UGD) y Alberto Graña (gerente de la División de Política Económica y Mercados del Banco Central) fueron los representantes del gobierno en los roadshows —ronda de presentaciones itinerantes para captar clientes— que se realizaron en Londres, Nueva York, Boston y Los Ángeles. Uruguay contrató para que coordinen estas reuniones con potenciales inversores institucionales al BBVA, Bank of America Merrill Lynch y Morgan Stanley.

Analistas financieros consultados por El País en esa oportunidad indicaron que era un momento propicio para salir a los mercados internacionales por una serie de factores, entre los que se encuentran la inflación dentro del rango meta (entre 3% y 7%), un dólar "planchado", la avidez que existe por los títulos de países emergentes y la buena calificación de las consultoras que Uruguay ha conseguido preservar.

A fines de mayo la calificadora de riesgo Standard & Poors (S&P) informó que había modificado la perspectiva de la deuda uruguaya de "negativa" a "estable", al tiempo que mantuvo la nota crediticia de BBB —dos escalones por encima del grado inversor— a largo plazo y de "A-2" para el corto plazo.

Desde filas del gobierno también se había hecho alusión al escenario que alentaba una emisión de este tipo. A mediados de mayo Kamil había señalado que Uruguay estaba "en un muy buen momento", debido a condiciones tanto internacionales como locales, para emitir deuda en pesos nominales a través de un bono de referencia —por un monto equivalente por lo menos a US$ 500 millones— que ayudara a construir una "curva" de tasas de interés en la moneda.

El panorama a nivel internacional, donde los capitales han vuelto a mercados emergentes para posicionarse en moneda local y una "caída sustancial de la inflación" a nivel doméstico hacen que haya interés por la deuda uruguaya en pesos nominales, sostuvo Kamil en una conferencia en aquella oportunidad.

"Escenario perfecto" para esta emisión.

En el correr de los últimos tres meses "se configuró el escenario perfecto" para que Uruguay saliera a financiarse en los mercados internacionales en moneda local, sostuvo el managing director de la sociedad bursátil ProCapital, Nicolás Coccino.

La moderación de las expectativas de inflación generó que las tasas nominales en pesos tuvieran una fuerte corrección a la baja, a lo que se sumó un dólar estable, explicó. Asimismo, ya el año pasado se empezó a percibir un retorno del "apetito de los inversores del exterior por colocarse en monedas emergentes y acceder a los buenos rendimientos que estas ofrecen en comparación con las posibilidades de inversión que tienen en monedas duras" como el dólar o el euro, añadió.

El experto también señaló que además de financiarse en moneda local —lo que ayuda a mantener tanto la diversificación como los ratios de endeudamiento en pesos— el gobierno lo hizo mediante una emisión global, emitiendo nuevamente deuda en moneda nacional en los mercados internacionales, pero por primera vez en pesos nominales.

"Al ser global le da acceso a todos los inversores del mundo, ya que estos bonos son custodiables en cualquier custodio global como Euroclear, Clearstream y DTC", indicó. Esto posibilita "atomizar la base de inversores y ampliar las posibilidades de acceso a financiamiento, así como mejorar la liquidez de los títulos en el mercado secundario", redondeó.

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Participaron de la operación más de 100 inversionistas institucionales. Foto: Reuters

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