El gobierno central de Brasil registró su mayor déficit presupuestario primario (previo al pago de deuda) mensual en ocho meses en mayo, con lo que casi elimina el superávit de abril ante un desplome en los ingresos impositivos.

El país anotó un déficit presupuestario primario de 8.051 millones de reales (US$ 2.580 millones) en mayo, según datos del Tesoro Nacional divulgados ayer, frente al superávit de 10.085 millones de reales de abril.

Pese a una serie de alzas de impuestos y recortes de gastos, la presidenta Dilma Rousseff está complicada para ahorrar el dinero suficiente como para cumplir con sus metas fiscales en el 2015, lo que es considerado clave para recuperar la confianza de los inversores tras años de fuerte gasto público.

El jefe del Tesoro, Marcelo Saintive, reiteró ayer que no era apropiado discutir en este momento una reducción del objetivo de presupuesto primario y que el gobierno tenía nuevas medidas a mano para aumentar los ingresos.

Sin embargo, Saintive afirmó que el Gobierno no espera recibir dividendos de Petrobras o Eletrobras, compañías controladas por el Estado.

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