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Criollos: una selección en "Marcha"

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Foto: Fagner Almeida

Comienza a definirse la 47ª Marcha Funcional “Gustavo Souza” por los caminos de Artigas.

Como gran herramienta de selección que representa, la Marcha Funcional de los Caballos Criollos marca, desde hace más de medio siglo, un mojón fundamental en el camino de la raza en el Uruguay.

Entonces, cuando en ninguna parte del mundo se hacía, surgió esta prueba de comportamiento de los caballos Criollos que a través del tiempo ha demostrado una y otra vez la rusticidad, poder de recuperación y resistencia.

Pero la Marcha es mucho más que caballos.

La competencia, que durante 15 días recorre 750 km., es también una prueba de la pasión por los Criollos que tienen sus criadores.

Y la familia...

Integración.

En la 47ª edición que se está realizando en Artigas, denominada "Gustavo Souza Arotce", siguiendo esa buena costumbre de homenajear en vida a los criadores destacados de la raza, 54 binomios encararán la última semana de competencia.

Entre los jinetes hay mujeres y hombres, adolescentes que debutan y otros avezados. Todos unidos por la pasión.

Van en competencia cuatro mujeres: Valentina Paiva, Paula Pérez, Inés Pérez y María José Bentancur.

Entre los jinetes que debutan hay dos chicos de 15 años: Juan Francisco Borges y Nahuel Acevedo.

También tres jinetes compiten junto con sus hijos: José María Del Campo Gigena con el debutante Gonzalo Del Campo Saravia; Juan Manuel y Juan Francisco Borges y Luis "Toto" Astore con Lucía Astore.

Así como hay debutantes, también están ganadores de Marchas como José María del Campo, Gonzalo Souza, Elder Dorneilles y Martín Vidal.

Tradición.

El jinete mayor de esta prueba y el más experimentado también, es el Ing. Agr. José María del Campo Gigena. Y es un fiel reflejo de esa selección en Marchas...

Nacido y criado entre las patas de los Criollos, tuvo la fortuna de ganar dos Marchas (una nacional y una internacional) en presencia de sus padres (Gustavo del Campo y Susel Gigena) y ahora disfruta el hecho de competir junto con sus tres hijos "que tienen la misma pasión, han participado en varias y han andado bien, confiesa orgulloso".

Aseguró que "crío a mis hijos como fui criado por mis padres y en casa trabajamos a caballo, hay que andar detrás de las vacas y ovejas. Así se seleccionan, andando, probándolos en el trabajo diario", aseguró Del Campo.

Con prácticamente 30 Marchas disputadas, el jinete de Cerro Largo definió a la competencia como "la prueba máxima de la raza, herramienta fundamental del biotipo de caballos que criamos: de resistencia, de fortaleza, poder de recuperación, guapeza, rusticidad". Dijo que es una prueba realmente dura "como no existe otra a nivel mundial. Y el que la aguanta es porque es bueno".

Por ello en su casa ésta es la prueba última de una yegua, tras correr enduros y andar, llegan a la Marcha y después va a la manada a producir.

Según su punto de vista a lo largo de los años el Criollo es el mismo, "lo que ha evolucionado mucho es la selección de las líneas de sangre que se prestan para eso". Y además la preparación de los animales.

En su caso particular dijo que "hace años que en casa se logró lo que mi padre quería y buscaba: un caballo resistente, fuerte, con poder de recuperación, inteligente, con buenas patas, y manso por sobre todas las cosas".

Obviamente que un caballo adaptado a las tareas, porque dijo, "es la herramienta de trabajo más importante en casa. No es un hobby, es una herramienta de trabajo, que además tenemos pasión. Y lo montamos toda la familia".

Dura.

Esta Marcha que se está disputando en el departamento de Artigas, según José María Del Campo esta siendo muy dura. "Durante la concentración la caballada sufrió varios temporales y quedaron sentidos. No obstante ello con el correr de los días empezó a andar y se empezó a ver más linda". Pero en la mitad de la competencia, se está viendo que están sintiendo el esfuerzo.

El experimentado jinete analizó que influye que se está disputando en un lugar "donde las pasturas no son las mejores, son campos flojos y un terreno duro, con mucha piedra y muchos cerros".

En cuanto a la evolución, para el Ing. Del Campo lo que ha cambiado no es la caballada, el biotipo de los Criollos, sino la manera de preparar los caballos. "Si bien es una prueba de comportamiento, se ha vuelto una competencia porque todo el mundo quiere andar bien, quiere ganar, porque todos vendemos yeguas y una buena actuación también influye en lo comercial. Es lo mismo que pasa en otras disciplinas deportivas que también tiene la raza. Y está bien".

Todo esto también ha provocado cambios en las Marchas. Reconoció que antes se corría de una forma más campera, "hoy se prepara más tiempo una yegua; tenemos otro tipo de pruebas como el Enduro que durante todo el año permite que el animal se vaya entrenando. Y llegan después a las Marchas con muy buen nivel de preparación y de comida".

Objetiva.

Por su parte para Diego de Brum Delgado la Marcha sigue siendo una gran herramienta de selección de la raza Criolla y la definió como "la única prueba objetiva que tiene la raza Criolla".

Justificó su afirmación en que "es tiempo y distancia, nadie interviene para puntuar en forma subjetiva". No obstante ello aclaró: "no digo que sea la mejor actividad, sino que es la única objetiva". Además destacó que fue la primera prueba de comportamiento del mundo, "desde al año 1946 se disputa cuando quizás ni en Estados Unidos se hacían pruebas con otras razas o especies".

Desde entonces a hoy, según De Brum, la raza mantiene las tres características, "pero los medios, el galope, los movimientos y el tipo de caballo han cambiado mucho, se ha ido a un animal más deportivo".

Esto, aseguró el integrante de la Comisión de Marchas, se ha dado en una selección buscada por los criadores, "se trata que el caballo haga tranco, trote y galope cómodo y tranquilo".

Analizó que hace unos años un animal con buenos medios llegaba a ganar una Marcha, hoy ha cambiado la cosa. "Antes a trote y con algún galope en las libres se podía. Hoy hay que galopear los tres días si se quiere ganar. Y de ahí que ahora hasta el último día no se sabe quién la gana".

Sobre la definición de esta edición 2017, De Brum consideró que si bien llovió en el norte y provocó inundaciones, la caballada está bien, si bien algunas yeguas vienen sentidas por el esfuerzo.

Más allá que está bien de pasto y por tercer año se da un complemento de fardos lo que ha ayudado, el criador recordó que fue un verano muy llovedor en Artigas "y cuando el verano es así los pastos quedan aguachentos y esto atenta directamente contra el porcentaje de arribos de las Marchas". Por eso dijo que "si no fuera por los fardos, ésta iba a ser una Marcha con bastantes deserciones", dijo.

Evolución.

Aun cuando el objetivo de la Marcha Funcional no es la velocidad, sino comprobar la rusticidad, poder de recuperación y resistencia de los caballos Criollos, también en los tiempos totales se aprecia una superación de la raza.

El mejor tiempo total de la Marcha, durante los 15 días tras 750 km, fue el de la ganadora del año pasado, disputada en Florida, "Campana Yana" (Huracán La Invernada x Chicharra Molles (Curioso Cencerro), de cabaña "La Martineta" de Joaquín Cuello, con Martín Vidal de jinete, con un acumulado de 66:59:52, horas.

Si bien se deben considerar las condiciones climáticas y de los caminos, es bueno recordar que recién en la Prueba del año 1990 se bajó de las 70 horas: 68,49,34. Y en lo que va del siglo, sólo en 5 Marchas el tiempo de la ganadora fue por debajo de las 68 horas.

Otro factor que refleja esa evolución genética y de preparación tanto de caballos, como jinetes, es la estadística, elaborada por el criador Luis Pedro Valdes Strauch, en cuanto al porcentaje de abandonos por año. Mientras hubo años, a principios de la década del 90, con más del 50%, en las últimas Marchas, han sido del 38%, pero hay dos pruebas con sólo el 20% de abandonos.

También considerando los últimos 25 años, en la competencia donde participaron más animales fue en la Marcha de Salto 2015, con 100 caballos, y también en la cual más completaron la prueba: 62. Le sigue la del año 2014 en Melo, con 98 participantes y 52 arribos. Este año en Artigas 60 caballos se hicieron al camino.

Lo que sigue.

Hoy domingo se recorrerán 7 leguas en la mañana (33,8 Km) y 3 en la tarde (14,5 Km), con tiempo regulado. Mañana lunes será el único día de descanso en los 15 de la prueba. El martes se disputará la llamada "Lima Sorda", con 10 leguas en la mañana (48,28 Km) y 6 leguas en la tarde (29 km) con tiempos regulados. El miércoles se recorrerán, sólo en la mañana, 6 leguas (29 Km.) también en tiempo regulado. Y a partir del jueves, comenzará la definición de la competencia con las pruebas libres: el jueves serán 6 leguas en la mañana y 4 en la tarde, el viernes 10 en la mañana y 4 en la tarde. El sábado se realizará la última etapa regulada: 6 leguas en la mañana y 4 en la tarde. Y todo se definirá el próximo domingo con las últimas 8 leguas (38,6 km) libres desde la hora 7 de la mañana.

Como desde hace tres años, las etapas libres serán cronometradas a través de chips, por la empresa Suca Sport. De esta forma se realizará el cronometraje electrónico, con cero error en la definición, dándole más tranquilidad y profesionalismo a todos los competidores.

Entonces pues, hoy comienza la semana decisiva en la definición de esta Prueba que, además de ser un gran banco de datos y selección, significa uno de esos mojones relevantes en el camino de los caballos Criollos a lo largo del año.

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Foto: Fagner Almeida

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