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La inseminación artificial en vacunos va creciendo

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Negocios rurales.

La adopción de la inseminación artificial en el rodeo de carne uruguayo viene creciendo, pero esta tecnología todavía tiene que lidiar contra el desconocimiento y el descreimiento de aquellos que la usaron mal y no lograron los resultados que esperaban.

Por un lado, la cantidad de dosis de semen bovino congelado que ingresan a Uruguay se encuentra estable e incluso en algunos años crece. El año pasado, se importaron 914.788 dosis de semen bovino congelado y de ese total, 637.732 dosis correspondieron a la raza Holando, mientras que en la ganadería de carne domina lejos el Angus con 169.829 dosis, según los datos del Departamento de Control de Comercio Internacional del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).

Este año, se llevan importadas 517.969 dosis hasta el pasado mes de agosto, donde el Holando acaparaba 461.701 dosis, pero falta computar toda la zafra de primavera de ganado de carne, que suma bastante.

Más allá de las cifras, que pueden crecer o no dependiendo del mercado, las empresas dedicadas a la venta de semen bovino congelado e incluso los veterinarios, que son los que orientan y ejecutan los programas sanitarios y reproductivos en los establecimientos, sostienen que también hay un crecimiento en el uso de la inseminación artificial. En paralelo, hay un mercado de dosis de toros nacionales que no está cuantificado.

Pablo Barreto, director de Selecta, empresa que representa a la estadounidense Select Sires, aseguró a El País que en la ganadería de carne uruguaya "el uso de la inseminación artificial aún es bajo".

El empresario reconoció que "basándose en la venta de los kit de hormonas que se utilizan en los programas —principalmente para lo que es la inseminación artificial a tiempo fijo en ganado de carne— y en las ventas de semen, puede deducirse que hay un crecimiento sostenido de alrededor de 10% anual".

Esta tecnología reproductiva ha sido muy adoptada en la lechería uruguaya. "El productor con más años no la discute porque sabe que es buen negocio. El joven está más abierto a la adopción de tecnología y el productor chico, tampoco la discute, porque se sacó el toro de adentro del campo", explicó el director de Selecta.

La inseminación artificial evita la transmisión de enfermedades venéreas vinculadas con la reproducción y esa es una enorme ventaja en momentos en que los veterinarios hablan de una mayor incidencia de este problema en los rodeos de carne.

Sin embargo, la mayor limitante hoy "es el desconocimiento de la tecnología y los beneficios que tiene. Si se conociera a ciencia cierta cómo funciona la tecnología de inseminación artificial a tiempo fijo (IATF), por lo menos sobre los ganados solteros tendrían que tener mayor incidencia", dijo Barreto.

Pero a veces, más que desconocimiento de las ventajas, se dan casos de productores que "quieren asumir tecnologías y no cumplieron las etapas anteriores. Creo que el que recrió bien, el que vacunó adecuadamente asesorado por un profesional que lo ayudó a controlar las venéreas, no permitiendo entrada de ganado de afuera del campo y controlando más el rodeo, aquel que luego hizo una buena revisión de los ganados y posteriormente aplicó la IATF, en estos casos se consiguen cifras de preñez que la gente no puede creer", reconoce Barreto.

Contrariamente, cuando la gente "quiere saltearse algún paso y va directo a la IATF como si hubiera descubierto petróleo, ahí es donde aparecen los problemas y mucha gente dice es una tecnología que no sirve y que preña muy poco. El problema es que no se hicieron las etapas anteriores", destaca.

Capacitación.

Por su parte, el gerente de ventas de la empresa estadounidense ABS, Pablo Harispe, también destacó que viene creciendo el uso de la inseminación artificial, pero es a pasos cortos.

Harispe dice que en ganado lechero se insemina el 80% de un rodeo compuesto por 400.000 vacas lecheras, mientras que en rodeos de carne apenas se llegaría al 7% de un total de 4.261.701 vacas de cría; en ganado de carne lo que más se inseminan son las vaquillonas.

Harispe informó que en caso de ABS hay un crecimiento en Uruguay de 10% anual en las ventas de semen congelado de sus toros. Curiosamente, ese crecimiento se viene dando a nivel de rodeo comercial y como limitante para crecer, el empresario sostiene que está faltando "más capacitación y más entrenamiento en la técnica. Si bien entró muy fuerte la inseminación artificial a tiempo fijo, a los productores todavía les cuesta adoptarla".

Agregó que los productores que comienzan a usar la inseminación artificial en sus vaquillonas no paran más, se afianzan en el uso de la tecnología y luego la aplican sobre su rodeo de cría. "El que comienza con IATF porque le vendieron la idea de primera, el 50% no reincide", remarcó Harispe.

Pero según su visión, hay otra limitante que pesa fuerte sobre el productor de terneros: "el productor no ve el fruto de la mejora genética al momento de vender el novillo o la vaquillona, falta que la industria premie más la calidad del ganado".

Fuerte cambio.

A su vez, Rafael Días, director de Reproductores SRL y médico veterinario, consideró que "existe una estabilidad en el número de dosis de semen bovino congelado importado" y al igual que los demás consultados, estimó que "hay un gran campo para que crezca el uso de la inseminación artificial en ganado de carne", pero consideró un problema que "muchos ganaderos sigan apostando poco a la genética, porque es tan ambiguo el precio del ternero que no saben si invernar o vender". Se nota una gran diferencia con los años. "Hoy los programas son más a base de hormonas, es una inseminación corta de 10 o 15 días o un servicio a tiempo fijo y posteriormente repaso con toros"

Mayor uso de sexado en lechería.

Las tecnologías reproductivas avanzan y hoy, en Uruguay, en ganado lechero, es cada vez más común el uso de semen bovino congelado y sexado. Pablo Harispe, gerente de ventas de la estadounidense ABS, aseguró a El País que hay un crecimiento fuerte en el mercado. "En semen sexado venimos creciendo 10% todos los años, contó a El País. Son muchos los tamberos que apuestan al semen sexado para producir sus propias vacas y evitar enfermedades El problema que limita el mayor uso del semen bovino congelado y sexado son los costos. "El problema es que las maquinarias para sexar están patentadas y por dosis hay que pagar una licencia muy cara", dijo Pablo Barreto, principal de la empresa Selecta.

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