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Los cepos argentinos mantienen en vilo al sector turístico en Uruguay

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Dólar, Argentina

Problemas

Las restricciones al tipo de cambio en Argentina se suman a las conocidas limitaciones sanitarias, para generarle problemas al sector turístico en Uruguay.

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El puerto de Colonia recibió el último ferry con pasajeros de Argentina el sábado 21 de marzo. La vida de la ciudad cambió. El turismo interno de fines de semana no es suficiente; en la hotelería, los gastronómicos y el comercio en general no todos soportaron los casi cuatro meses de cierre; algunos ya no abrirán y otros esperan hacerlo en condiciones mínimamente rentables, hoy algo imposible. Los locales comerciales vacíos en la ciudad suman varias decenas; en marzo -primer mes de afectación por la pandemia-, las solicitudes de subsidio en Colonia al desempleo fueron 2.630, la mayor cantidad después de Montevideo, Canelones y Maldonado, según cifras del Banco de Previsión Social.

Hay propuestas y reclamos, pero hasta ahora no alientan nada concreto. Ese pesimismo se observa en el Índice de Confianza del Consumidor. Colonia es el departamento donde este indicador se comporta peor, según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado por la Cátedra SURA de Confianza Económica de la Universalidad Católica con Equipos Consultores. En efecto, en el acumulado Septiembre ´19-Agosto´20, Colonia aparece notoriamente despegado del promedio nacional con 41,5 puntos (frente al 47,6) en una escala de 0 a 100.

En el Este, mientras tanto; hay algunas señales diferentes; los argentinos con residencia han llegado vía aérea o terrestre, por Montevideo o Fray Bentos; muchos van y vienen. El ministro de Turismo Germán Cardoso ha dicho que se quedaron unos 15.000. Pero el arribo masivo de verano sigue amenazado. 

De acuerdo con Javier Sena, presidente de la Cámara inmobiliaria de Punta del Este y Maldonado, el movimiento en la costa de ese departamento "es importante y las consultas para la temporada se han intensificado, lo que es una señal de que esperan poder veranear igualmente en nuestro país”.

Aguardan alguna señal de reapertura, aunque sea parcial, para recuperar parte de su público; pero al mismo tiempo, reciben con pesimismo el endurecimiento de las medidas del tipo de cambio (cepo cambiario) dispuestas por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).

Argentinos hicieron el "banderazo" en Punta del Este. Foto: Sebastián Umpiérrez.
Argentinos hicieron el "banderazo" en Punta del Este semanas atrás en protesta por la cuarentena extendida del gobierno argentino. Foto: Sebastián Umpiérrez.

Las nuevas medidas del cepo cambiario

Mientras la pandemia del coronavirus avanza en Argentina -casi 133.000 casos activos y más de 12.000 muertos- y las restricciones a la movilización social se mantienen, se suman otros cepos: las nuevas medidas cambiarias anunciadas la pasada semana por el BCRA, implican más restricciones para acceder al dólar y un encarecimiento por la obligación de pagar un anticipo al impuesto a las Ganancias; esto amplificó la brecha ya existente entre la cotización oficial y el dólar blue (paralelo), donde el precio se expresa libremente, en función de la oferta y la demanda.

Entre otras medidas, con el nuevo esquema, el dólar ahorro y los gastos en esa divisa con tarjeta en el exterior pagarán un adicional de 35% a cuenta del Impuesto a las Ganancias o de Bienes Personales. Eso se suma al 30% del llamado impuesto PAIS, con lo que el precio para comprar dólares en el mercado oficial se va a unos 130 pesos argentinos.

Por otro lado, aunque se mantiene el cupo de compra de US$ 200 mensuales por persona, ahora los pagos en dólares que se realicen por compras en el exterior con tarjeta de crédito o débito se computarán dentro del límite del cupo mensual. Y si bien no se fija un tope al consumo con plástico, si los gastos mensuales superan esa cuota absorben la de los meses subsiguientes.

"Es decir, que si uno gastó US$ 1.000 en un mes, por cinco meses no podrá comprar dólares para atender otras compras o para ahorro", explicó el presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, al anunciar las medidas.

Según explica Marina Dal Pogetto, directora ejecutiva del estudio EcoGo de Argentina, “el BCRA venía perdiendo reservas a un ritmo impresionante; en 15 días de septiembre vendió US$ 1.000 millones de dólares, casi lo mismo que había vendido en todo el mes de agosto; en total, unos US$ 4.000 millones desde que comenzó la pandemia contra US$ 6.000 millones de reservas. Por tanto, ante este ritmo de goteo, la especulación sobre un desdoblamiento formal del tipo de cambio y/o una devaluación más rápida estaba en todos lados, ejerciendo una fuerte presión en la brecha cambiaria, sobre los instrumentos indexados al tipo de cambio oficial y fundamentalmente sobre la tasa de interés en dólares”.

A su vez, Rosario Campos, economista argentina radicada en Uruguay, sostuvo que el impacto es muy duro para la producción exportable: “El productor de soja, por ejemplo, tienen una deducción del 33% por concepto de derechos de exportación. A un productor de soja argentino le sacan 33% por derechos de exportación y le liquidan a tipo de cambio oficial: le dan      53 pesos argentinos por cada dólar. Para comprar 1 dólar necesita $130 (30% solidario más 35% a cuenta de Ganancias). La extracción es 60% para el Estado antes de todos los demás impuestos”, detalló.

Por otra parte, Dal Pogetto añadió que el objetivo del BCRA fue el de tratar de cerrar todos los agujeros por donde se van los dólares, pero “es muy difícil estabilizar la brecha así. Si la brecha cambiaria sigue escalando, los incentivos de la economía se caen”.

“El sector privado está lleno de dólares en Argentina y el que no tiene es el Central. Lo que pasa que la demanda de dólares en el mercado privado es infinita y los incentivos con esta brecha es llevarse todos los que puedan. Y cada vez tienen que poner más restricciones para que no se los lleven. La única forma de estabilizar es bajar la brecha, pero con lo que hizo ahora la subió”, afirmó Dal Pogetto.

Los promotores uruguayos señalan que Punta del Este tiene potencial para crecer en demanda fuera de temporada. Foto: Ricardo Figueredo
Al argentino se le va a encarecer acceder a dólares para gastar en Uruguay. Foto: Ricardo Figueredo

¿Y qué pasa con el turismo en Uruguay?

“Si se abre realmente el turismo en verano, al argentino que necesite comprar dólares para gastarlos en Uruguay, le van a salir 65% más caro que el tipo de cambio oficial, como efecto principal”, sostuvo Campos.

Eso, además de las restricciones de la compra con tarjeta de crédito en el exterior donde opera el mismo 65% y los límites de compra establecidos.

De todos modos, la afectación será menor a para aquellos turistas de mayor poder adquisitivo, que no dependen de la cuota de US$ 200 de cupo al mes.

Un consejo que se le comienza a dar a los potenciales viajeros argentinos: tratar de comprar todo lo que se pueda en Argentina antes de viajar, en pesos  argentinos y en cuotas: pasajes, hoteles, excursiones, actividades, alquiler de auto, asistencia al viajero, evitando los gastos con tarjeta y en dólares en el exterior.

Sena, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Maldonado y Punta del Este, desestimó esa posibilidad: “no pueden venir con contenedores de alimentos y otras necesidades ya cubiertas desde Argentina, comprarán acá lo que necesiten, y los comercios uruguayos buscarán, como siempre lo hacen, la forma de facilitarles la venta, aceptando pesos argentinos en efectivo, por ejemplo. Otros operan con tarjetas no emitidas en Argentina. Hay que facilitarles la posibilidad de viajar y hacer sus gastos sin problemas”.

Según operadores turísticos argentinos, las medidas del BCRA echan por tierra las pocas esperanzas que tenían las agencias de viajes de proyectar una recuperación una vez que se reabrieran los vuelos, probablemente en octubre. Se aguarda mayor información oficial para saber, por ejemplo, qué ocurrirá con agencias y operadoras que cobran sus paquetes en pesos argentinos pero deben adquirir divisas para pagar a proveedores del exterior.

En Uruguay, los operadores turísticos asumieron que no habrá una temporada masiva, pero esperan conseguir aval del gobierno para flexibilizar el ingreso de extranjeros, hoy limitado a los que tienen residencia en el país.

"A todos nos preocupa la temporada turística ", dijo el jueves pasado el presidente Luis Lacalle Pou cuando le insistieron sobre la posibilidad de reabrir fronteras para veraneantes. "Cuando uno ve el número de casos diarios y ve el número de muertes diarias es muy difícil", señaló Lacalle en referencia a Argentina.

En ese contexto, el subsecretario de esa cartera, Remo Monzeglio, le hizo llegar un planteo concreto al ministro Germán Cardoso: la posibilidad de sumar una nueva categoría a las nueve preexistentes que permiten el ingreso de extranjeros al país: el turismo salud.

La iniciativa apunta a “un camino gradual, donde en Uruguay entre gente sana, con todas las garantías —afirmó Monzeglio—, eso implica que, personas con PCR negativo máximo 72 horas, que estén dispuestos a cumplir la cuarentena obligatoria de siete noches en hoteles debidamente registrados en el Ministerio de Turismo, aprobados por el Ministerio de Salud”.

Para el jerarca, en el caso de poder cumplirse con esa estrategia u otra similar, “nos daría la posibilidad de traer visitantes de poder adquisitivo medio alto y alto, que dinamizaría parte de la actividad turística y a su vez, tranquilidad a los uruguayos por tratarse de una iniciativa que busca minimizar los riesgos”.

Endurecimiento del cepo cambiario

El "empujón" a los argentinos para residir en Uruguay

Para el tributarista y asesor argentino César Litvin, las últimas medidas tomadas por el gobierno argentino son “otro empujón” a los que se quieren ir del país.

“Los efectos inmediatos de este cepo ampliado son el retraso de cualquier inversión en el país, con más incertidumbre y alentando a los empresarios argentinos a mirar a otros países para resguardar su capital y patrimonio —remarcó— y el que puede sacar sus recursos y sortear la barrera sanitaria lo hace. Estamos trabajando con una enorme cantidad de pedidos de cambios de residencia, que en el 90% de los casos son para Uruguay”, afirmó.

Aseguró que esos pedidos se multiplicaron a partir de la extensión de las tax holiday anunciada hace pocos días por el gobierno uruguayo.

El especialista explicó que quien inicia el cambio de radicación ya está pudiendo entrar, pero la tarea pendiente del gobierno uruguayo es acelerar los trámites burocráticos. “Hay una fecha límite para que a los argentinos les sea redituable el cambio de residencia en 2020: tener la residencia legal, permanente y migratoria al 31 de octubre”, dijo.

“En la medida en que se hagan más rápidas las diligencias y se tenga en cuenta esa fecha límite, el resultado será bueno para todos. La constancia para la residencia permanente, si sale, después ya no sirve para bienes personales 2020, que es el gran costo que la gente quiere esquivar”, agregó.

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