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El "efecto susto" ya es una estrategia de la Impositiva

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La DGI detectó una red de venta y distribución de facturas irregulares. Foto: F. Ponzetto
Expedientes acumulados en la Direccion General de Impositiva (DGI), documentos, Mvdeo., ND 20160706, foto Fernando Ponzetto
Archivo El Pais

USO EFICIENTE DE LOS DATOS

Notifica inconsistencias por carta y así apuesta al cumplimiento voluntario.

La Dirección General Impositiva (DGI) maneja cada vez más datos de los contribuyentes y los está utilizando para detectar posibles focos de evasión, notificar a los involucrados y lograr que exista un cumplimiento voluntario. Dentro de esa política, envió cartas a pequeñas empresas que tributan bajo el régimen simplificado y tenían "inconsistencias" en su tributación, logrando un incremento del 80% en el pago de impuestos.

"Lo que hacemos es detectar las inconsistencias muy cerca en el tiempo y le decimos al contribuyente: usted tiene este desvío, corríjalo porque si persiste haremos una actuación de otro tipo (una inspección) para reliquidar impuestos y eventualmente realizar acciones legales. Es decir vamos a ir más a fondo", explicó el director de Rentas, Joaquín Serra.

Detalló que recientemente se centraron en aquellas empresas que tributan bajo el literal E —por facturar menos de 306.000 Unidades Indexadas al año (unos US$ 38.500 a valores de hoy) no pagan IVA ni IRAE sino que abonan un ficto— y al realizar el cruce de datos "había elementos" para saber que tenían un nivel de actividad superior. "Manejamos información de las ventas informadas por terceros, sabemos las compras que realizaron y otros indicadores que nos pueden indicar si están usando mal el régimen simplificado", reveló Serra al ser entrevistado en el programa Quién es Quién de Diamante FM y TNU.

Las empresas en esa situación fueron notificadas por la DGI "en vez de ir y hacerles una actuación inspectiva para reliquidarles" impuestos, buscando que corrigieran su situación voluntariamente, lo que ocurrió "con la mayoría", destacó el titular de Rentas. Además, manifestó que esas omisiones en la tributación se detectan y comunican en el corto plazo, permitiendo al contribuyente pagar un monto menor que si se detecta durante una inspección una evasión prolongada por mayor tiempo.

"Hemos hecho acciones de este tipo y pensamos incrementarlas a futuro. Todas las administraciones modernas basan la recaudación en el autocumplimiento de los contribuyentes, porque el 90% de la recaudación es por pagos voluntarios", señaló Serra.

La DGI ya había divulgado los resultados de al menos dos actuaciones similares a las realizadas ahora.

En 2014 había enviado a un grupo de empresas una carta donde informaba sobre la probabilidad que tenía ese contribuyente de ser auditado por inspectores del organismo y recordaba la multa a pagar en el caso de detectarse una evasión, logrando que aquellos que recibieron la misiva abonarán 14% más de IVA que el grupo de control (empresas de características similares).

Cuando se presentaron los resultados de ese experimento, el exsubdirector de DGI, Hugo Vallarino, definió la estrategia utilizada como "efecto cagazo" en referencia al temor de los contribuyentes ante una posible inspección. "En general el contribuyente cuando percibe que es controlado corrige su comportamiento", indicó Serra.

En 2015, la autoridad fiscal mandó a otro grupo de contribuyentes una carta comunicando diferentes acciones que se podrían realizar (como entregar 42.000 computadoras a escolares, construir cuatro liceos, nueve escuelas y dos centros de formación técnica, o adquirir 80 patrullas y contratar a 500 policías) si las personas evadieran 10% menos. Esto provocó un aumento de entre 7% y 9% en los pagos de IVA de las empresas que recibieron la misiva en comparación con otras que no les llegó la comunicación, según informó el semanario Búsqueda.

Además, hace unos días en las Jornadas Tributarias de DGI se presentó un estudio que reveló que creció 15% el cumplimiento voluntario de las obligaciones fiscales de aquellos contribuyentes del sector agropecuario que habían sido inspeccionados en 2012 por inconsistencias. Uno de los autores del trabajo, Fernando Peláez, dijo que hacer controles a grupos puntuales de contribuyentes "incide en la percepción de riesgo alterando sus niveles de cumplimiento voluntario".

Serra destacó la cantidad de datos que maneja la DGI y explicó que esa "información en general es utilizada para controlar a los sectores que tienen un patrimonio más importante, y se controla tanto IRPF como Impuesto al Patrimonio". Respecto a este último tributo, añadió que desde 2018 habrá mayor capacidad de fiscalización porque se recibirá la información bancaria de los uruguayos con cuentas en el exterior, que deben pagar impuestos por los intereses generados.

Pymes con e-factura por la web de DGI.

nEl director de Rentas, Joaquín Serra, informó que el sistema de facturación electrónica alcanzará este año al 66% de la documentación emitida por las empresas y señaló que "al día de hoy existen unas 2.000 millones de facturas" en circulación bajo este formato. El objetivo oficial es llegar al 2019 "con la universalización de la factura electrónica" y para ello la DGI está avanzando en el diseño de un sistema de emisión de la documentación "que le permita a los pequeños contribuyentes incorporarse al formato digital sin un incremento del costo de cumplimiento".

En ese sentido, Serra explicó que el programa apuntará por ejemplo al "grupo importante de contribuyentes que no emiten más de 100 facturas al mes", como quienes facturan servicios personales, y les permitirá registrar sus ventas en la web de DGI y emitir un documento electrónico que podrán entregar a sus clientes. "La gente a la que queremos simplificarle la vida es a aquellos que están por debajo de las 4 millones de Unidades Indexadas (UI) de ventas anuales —unos US$ 504.000 a valores de hoy— y por tanto no están obligados a llevar una contabilidad suficiente en sus empresas", destacó el jerarca.

A su vez, adelantó que se analizan "soluciones de otro tipo para aquellos contribuyentes de escasa dimensión económica que facturan consumo final" como almacenes, panaderías o negocios similares de otros rubros.

Mientras que también se buscará a partir de 2018, cuando DGI asuma el cobro del Impuesto de Primaria, incorporar "soluciones que hagan más fácil el pago" del tributo. Serra anticipó que podría implementarse algo similar a lo aplicado desde este año con las declaraciones juradas del IRPF, donde se precargaron los datos del contribuyente en la web y este únicamente debía comprobar la información y "completaba el trámite en menos de cinco minutos".

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