La compañía se fijó como meta alcanzar el cero relleno sanitario de alimentos. Lanzó un desafío a los innovadores locales para transformar alimentos no aptos para la venta en un proceso de valor agregado que tiene como objetivo el cuidado del medio ambiente.

Unilever mantiene esta política con la convicción de que el enterramiento sólo puede causar más tarde o más temprano perjuicios en las zonas donde se ubique el sitio de disposición final, afectando a los vecinos y su entorno como parte del impacto a la comunidad.

El mayor desafío que enfrenta Unilever es la disposición de los productos de alimentos vencidos y las devoluciones de productos averiados que llegan desde los puntos de venta. La mejor vía alternativa que encontró ha sido el compostaje de los mismos. Para ello, actualmente contrató el servicio de un gestor de residuos que separa manualmente cada unidad de envase de su contenido, lo cual, además de ser un trabajo engorroso y muy poco atractivo en el mercado, tiene un costo extremadamente alto.

Es propósito de Unilever Uruguay implementar una alternativa que automatice esta operación logrando un proceso más eficiente para el posterior envío a compostaje o, de lo contrario, la búsqueda de otras alternativas que resulten en el no envío a relleno generando algún valor a partir del residuo.

Se estima un flujo de entrada de unas 20 toneladas mensuales. Sobre la opción de compostaje separando envase de producto se requiere de una separación tal que permita que el orgánico se encuentre libre de restos de envases para que sea admitido.

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