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Los datos que los bancos piden para abrir cuentas y cómo los controlan

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Los controles de los bancos han crecido por mayor exigencia de la normativa, por disposiciones de la casa matriz y por temas de reputación. Foto: Shutterstock

FINANZAS DE BOLSILLO

Proceso incluye indagar sobre la actividad del cliente y los rechazos son mínimos.

Mayúscula fue la sorpresa de la protagonista de este breve relato cuando se enteró que el mismo ejecutivo del banco que la había atendido días atrás -cuando fue a comenzar el trámite para abrir una cuenta y depositar el dinero de una herencia- fue hasta el barrio donde le había dicho que la persona fallecida tenía su empresa. Ese era el origen declarado del dinero y el empleado llegó a consultar a los vecinos para saber la veracidad de la información que proporcionó el cliente.

Este caso refleja las cada vez mayores exigencias a la hora de sumar clientes que tienen los bancos, tanto por la regulación local, como por las políticas de sus casas matrices y por temas reputacionales.

Ese combo los ha llevado a intensificar los controles para abrir una caja de ahorro o cuenta corriente, aunque desde varias entidades aclararon que el trámite es sencillo y la mayor complejidad está reservada para algunos clientes con determinadas características.

Según la normativa del supervisor, el Banco Central (BCU), se debe requerir al cliente “datos mínimos identificatorios” -tal como el nombre, documento, estado civil y nombre del cónyuge (si tiene), dirección, teléfono y nivel educativo-, información sobre la actividad que desarrolla, el origen de los fondos, los propósitos de la cuenta y los movimientos financieros que espera tener.

En el Banco República (BROU) explicaron a El País que para la apertura de cajas de ahorro -comunes o las denominadas “cuentas sueldo” abarcadas por la ley de inclusión financiera- el trámite puede iniciarse en la web, donde se ingresan los datos personales, se elige una sucursal y se agenda día y fecha para concurrir y culminar la gestión.

En dicha instancia al cliente le pedirán un comprobante de ingresos (puede ser un recibo de sueldo o de la jubilación) y constancia de domicilio (alguna factura a nombre de la persona o certificado de domicilio policial).

Algo similar es el proceso en Scotiabank, donde se pide primero la información personal y después en una entrevista con el cliente “se logra un conocimiento mayor” del cliente y el uso que piensa darle a la cuenta. A su vez, en el BBVA indicaron que para la apertura de una cuenta corriente “se solicitan tres referencias”.

Cumplida la etapa inicial para tener una cuenta bancaria, “la información recibida (de parte del cliente) es validada apoyándonos en procesos tecnológicos que nos aportan velocidad de respuesta y multiplicidad de fuentes de consulta (locales e internacionales)”, para verificarla, explicaron en el banco HSBC.

Mientras que en BBVA señalaron que se controlan los datos aportados “mediante diferentes herramientas” como la Central de Riesgos del BCU (donde figuran detalles de los créditos tomados por personas físicas y jurídicas) y el Clearing de Informes (aparecen las deudas y el score positivo de la persona).

El acceso a Internet y a una PC en el hogar facilitará el proceso. Foto: Shutterstock
Foto: Shutterstock

Desde Scotiabank agregaron que se consulta el World-Check, una base de datos internacional donde aparecen “los antecedentes (financieros) que comprometen” a ciertos individuos.

En el caso del BROU este proceso incluye “cruzar datos y recurrir a fuentes de información confiables”, elaborando “perfiles para los clientes según los que se estima la razonabilidad del comportamiento” que declaró.

Durante esta etapa, los bancos aplican los procedimientos de debida diligencia que exige la Secretaría Antilavado, que varían -hay tres categorías de controles: simplificado, normal e intensificado- según el tipo de cliente, el negocio que realiza y la ubicación geográfica. El objetivo es “verificar si el volumen de ingresos es acorde a la actividad declarada y consistente con la documentación económico-financiera presentada”, dijeron en BBVA.

Para los controles intensificados puede llegar a solicitarse información adicional al cliente -“cuando de acuerdo al perfil se entiende que los montos involucrados son elevados”, indicaron en el BROU-, en especial si son extranjeros, explicaron desde varias entidades bancarias.

Datos y diligencia

El proceso para la apertura de una cuenta en un banco de plaza consta básicamente de dos etapas: una primera donde el cliente aporta la información, y posteriormente entra en acción el banco con sus herramientas (cada vez más) para probar la veracidad.

Respecto al tema de la aplicación de tecnología en los procesos, en HSBC expresaron que “también es utilizada por quienes buscan fisuras en el sistema y poder operar sin estar dentro de los estándares (exigidos)”, entonces es “un desafío permanente evolucionar en los controles” usando estas herramientas.

En tanto, el gerente de Segmentos Particulares y Productos de BBVA, Emilio Díaz, indicó que “en los últimos años se han visto incrementados los requerimientos regulatorios producto de mayores exigencias del regulador local y de políticas corporativas” del banco. Esto obedece mayormente a los controles que realiza el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y “otros organismos de similar naturaleza”, añadió.

De hecho, desde este lunes la sección de América Latina del GAFI comenzará una inspección de las políticas locales para combatir el lavado de dinero.

En Scotiabank manifestaron que “los controles se perfeccionan todos los años” en atención a los nuevos estándares internacionales y que la tecnología “permite automatizar controles y ser más eficientes”.

Consultados los bancos por la cantidad de clientes que quieren abrir una cuenta y son rechazados, en el BROU dijeron que “el porcentaje es mínimo”, y en HSBC que “los índices de no aceptación tienden a cero”.

BROU prestó dinero a una imprenta de última generación y no se le reintegró la suma adecuada. Foto: F. Ponzetto
Foto: Fernando Ponzetto.

El gerente de BBVA señaló que los rechazos “son puntuales” y responden a una política interna del banco de no aceptar a “personas que se rehusen a facilitar información o dar la documentación requerida, o no cumplan con los requerimientos de identificación y debida diligencia, o existan dudas fundadas acerca de la legitimidad de sus actividades comerciales o profesionales”.

Según los datos del Banco Central, a fin de 2018, había 2.907.954 cuentas bancarias en Uruguay. Casi 50.000 de esas cuentas pertenecían a personas no residentes.

Para esta nota también fueron consultados los bancos Santander e Itaú, pero ambos no respondieron.

Más control a personas políticamente expuestas

Al momento de abrir una cuenta bancaria, las entidades deben pedir al cliente una declaración sobre su calidad o no de Persona Políticamente Expuesta (PEP). Por los cargos que ocupan, estas personas deben tener controles financieros más exigentes. Según la definición dada por ley, los sujetos PEP son aquellos “que desempeñan o han desempeñado en los últimos cinco años funciones públicas de importancia en el país o en el extranjero, tales como: jefes de Estado, políticos de jerarquía, funcionarios gubernamentales, judiciales, o militares de jerarquía, representantes y senadores del Poder Legislativo, dirigentes destacados de partidos políticos, directores y altos ejecutivos de empresas estatales”. También abarca a los cargos jerárquicos en organismos internacionales.

Acuerdo de cooperación del BROU con Banco Nación

Próximamente el Banco República (BROU) y el Banco de la Nación Argentina firmarán un acuerdo que establecerá mecanismos de cooperación recíproca, colaboración y asistencia mutua en temas vinculados a la prevención del lavado de activos y la financiación del terrorismo. Según informaron en el banco estatal, el convenio “buscará favorecer el intercambio de las mejores prácticas asociadas a la prevención” de estos aspectos, y “contemplará la posibilidad de realizar instancias de capacitación a cargo de integrantes de las dos instituciones y de expertos en la materia de Argentina y Uruguay”. Además, los técnicos especializados de cada banco “fomentarán el intercambio de toda información no confidencial relacionada a sus sistemas y procesos de prevención de lavado de activos”. En el BROU aclararon que no se compartirá ninguna información relacionada con clientes o cuentas.

La pregunta y la respuesta
¿En qué se parecen y en qué se diferencian una cuenta corriente y una caja de ahorro?
Carrera. Sus padres amasaron fortunas, ellos eligen su camino. Foto: Shutterstock.

El titular de una cuenta corriente puede efectuar pagos mediante la emisión de cheques. En tanto, quien dispone de una caja de ahorro, previamente a realizar sus pagos, debe retirar el dinero, a menos que haya dado una orden al banco para efectuar determinado pago o haya contratado el servicio de débito automático de las facturas correspondientes a sus gastos.

Ambos tipos de cuentas son muy líquidas, en el sentido que permiten disponer del saldo en cualquier momento. Son también sencillas de usar, permiten el uso de tarjetas de débito o crédito asociadas a una cuenta.

La mayoría de los bancos ofrecen el servicio de débito automático, de gran practicidad para el usuario. En este sentido, las cajas de ahorro posibilitan su manejo a través de cajeros automáticos. Como contrapartida a todas estas ventajas, debe tener en cuenta que el banco podrá cobrarle comisiones de administración y mantenimiento, por la realización de transferencias, por el uso de cajeros automáticos que no pertenezcan a la misma red bancaria o por sobregiros en cuenta corriente. Ambas cuentas tienen escasa o nula remuneración. Esto se debe a que el banco tiene la obligación de tener ese dinero a disposición del titular de la cuenta, por lo que no puede hacer colocaciones del mismo que le reditúen y posibiliten trasladarle parte de su ganancia, mediante un interés más alto. [Fuente: Banco Central]

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