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¿Qué se debe tener en cuenta a la hora de invertir en valores?

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Foto: archivo El País

Los inversores inexpertos deben mirar el rendimiento y la liquidez, entre otros.

En los últimos años en Uruguay comenzó de forma incipiente a incrementarse el desarrollo del mercado de valores, ya no solo con nuevas empresas que lo toman como una opción para conseguir financiamiento sino con cada vez más ciudadanos que deciden invertir parte de sus ahorros en busca de una rentabilidad que les asegure ganarle al aumento de precios.

Un ejemplo de esto es el éxito que ha recabado en tres ocasiones diferentes las emisiones de UTE relacionadas con parques eólicos, que no solo tuvieron una demanda ampliamente superior al monto ofertado (principalmente del público minorista) sino que siguen teniendo actividad en el mercado secundario —donde se compran y venden los títulos luego de haber sido negociados por primera vez—.

Pero esa opción de inversión choca con el desconocimiento que existe en el común de la gente acerca del funcionamiento del mercado de valores, los aspectos a considerar cuando se elige un determinado instrumento financiero y los riesgos que esto conlleva.

Como un aporte para educar en ese sentido, el Portal del Usuario Financiero disponible en la web del Banco Central del Uruguay (BCU) responde en la sección referida al mercado de valores varias de las consultas típicas de un individuo sin experiencia en inversiones que piensa colocar sus ahorros. Marca como clave cinco conceptos a considerar para decidir cualquier inversión de este tipo: diversificación, rendimiento, liquidez, información y situación personal.

Acerca de ellos, detalla que la diversificación de la cartera de inversiones disminuye riesgos y brinda rendimientos más estables: con una mezcla de acciones, títulos de deuda u obligaciones negociables y otros instrumentos, combinados en distintos volúmenes, plazos y rentabilidades, el inversor puede armar un portafolio que se adapte a sus necesidades y expectativas. Esta opción resulta claramente más inteligente que invertir todos los recursos en un solo tipo de inversión.

A su vez, el rendimiento de un título es el beneficio que otorga a su tenedor, habiendo instrumentos de renta fija con un rendimiento conocido —el papel otorga idénticos derechos a todos y el emisor se compromete a devolver el capital en los términos y las condiciones previstas—, y otras de renta variable donde la rentabilidad no se conoce de antemano. A la hora de comparar diferentes opciones de inversión, se debe comprender que una alternativa supera a otras cuando es más rentable a igual riesgo.

Otra recomendación relevante es observar la liquidez (es mayor cuanto más sea la demanda por el papel) del título, para ver la posibilidad que habrá en cualquier momento de transformar el dinero invertido en efectivo por medio de una venta que brindará el capital invertido más los intereses o dividendos devengados en la transacción.

En una edición anterior de Finanzas de Bolsillo, el socio y director de Gastón Bengochea & Cia. Corredor de Bolsa, Diego Rodríguez, había manifestado que una de las ventajas de invertir en el mercado de valores "es su rápida convertibilidad en efectivo y eso es algo que los clientes no siempre conocen".

Como un ejemplo de liquidez y rendimientos, los fideicomisos Arias y Pampa de UTE —que dan al inversor certificados de participación cuyo beneficio está atado a la rentabilidad de un parque eólico, estimada en 10% anual— se vendieron la semana pasada en el mercado secundario a 117,5% y 132% respectivamente, representando el porcentaje por encima de 100 (sobre la par) la "ganancia" del tenedor. Ambos papeles tienen una gran liquidez por el interés que generan en los inversores en el mercado secundario.

"Se debe tener en cuenta siempre que la inversión en una bolsa de valores conlleva cierto riesgo, por lo que nadie puede asegurar una ganancia. Generalmente las inversiones que ofrecen elevados rendimientos tienen asociado un alto riesgo", sostiene el BCU en su web en forma de alerta para algún inversor desprevenido.

También menciona como un factor clave la información, en el entendido que el acceso a la mayor cantidad de datos posibles sobre el instrumento y el emisor permite tomar una decisión más inteligente. Se recomienda leer el "Prospecto de la emisión" donde se detallan las características del valor, sus riesgos y si existe algún gasto adicional que reduzca los beneficios de la inversión.

En el caso de emisiones de empresas privadas, es relevante conocer el tipo de negocios al que se dedica, su historial de dividendos, la solvencia y el prestigio de la firma así como también de la entidad financiera que actúa como intermediaria. Asimismo, es clave observar el informe de calificación de riesgo que analiza la probabilidad de que el emisor pague los intereses y el capital en el caso de un título de renta fija, o la probabilidad de mantener el valor del capital y recibir dividendos en el caso de un instrumento de renta variable.

Por último, también se debe considerar para una inversión la situación económica personal y los objetivos que se pretende alcanzar, para así definir el monto y el plazo de la erogación a realizar. En una nota anterior de Finanzas de Bolsillo, el director manager de la financiera Puente, Juan José Varela, explicó que los corredores deben ver la situación del cliente y "en base a la planificación que se haga buscar los activos" para invertir. Señaló a modo de ejemplo, que a una persona de 30 años "se le recomienda activos como acciones, que tienen una mayor apreciación en el largo plazo" y a alguien de 50 años o más "algo más conservador, porque no tiene demasiado plazo para arriesgar su capital y debe ir hacia activos de renta fija, como bonos más seguros".

Los distintos agentes del mercado y sus funciones.

Según la ley vigente, los intermediarios de valores son quienes realizan, en forma profesional y habitual, operaciones de intermediación entre oferentes y demandantes de valores de oferta pública o privada. Es el Banco Central (BCU) el encargado de autorizar y lleva el registro de los intermediarios, distinguiendo entre los corredores de bolsa, los agentes de valores y las instituciones de intermediación financiera. Los primeros son aquellos que actúan como miembros de una bolsa de valores y operan con los títulos que se comercializan allí; los agentes de valores no son miembros de una bolsa y en general operan con clientes no residentes y realizan operaciones en bolsas del exterior. Entre las obligaciones y responsabilidades de ambos intermediarios, figuran ser personas jurídicas, no custodiar valores físicos de clientes en sus oficinas, ser responsables de la legitimidad de los títulos y valores entregados a sus clientes y mantener un depósito en garantía a favor del BCU. Respecto a la relación con el inversor, deben detallar claramente los costos en que incurrirá en cada tipo de operación (cargos, gastos, comisiones, tarifas y otros importes aplicables) indicando para cada caso el concepto, monto, periodicidad de cobro y carácter obligatorio o optativo de cada uno.

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Foto: archivo El País

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