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Los efectos colaterales de medida contra la inflación

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Banco Central del  Uruguay. Foto: Archivo EL PAÍS
Archivo El País

La suba de encajes dificultará la desdolarización en Uruguay, dice informe.

Una medida del Banco Central (BCU) destinada a contener la inflación —que llegó a dos dígitos por primera vez desde agosto de 2004— tendrá efectos colaterales como afectar las ganancias de los bancos en US$ 31 millones y complicar los esfuerzos para reducir la desdolarización. Eso se desprende de dos informes —a los que accedió El País— de la consultora CPA Ferrere y la calificadora de riesgo Moody’s.

A partir del viernes, los bancos deberán inmovilizar más dinero en el BCU y eso limitará sus fondos disponibles para dar crédito. Esa medida es la suba de encajes (porcentaje de los depósitos que los bancos deben inmovilizar en el Central) en moneda nacional y extranjera.

En el caso de los que son en pesos, el encaje pasa de 23% a 28%, es decir, por cada $ 100 que tienen los bancos en depósitos deberán inmovilizar $ 28. Para los que son en dólares, el encaje pasa de 26% a 28%, esto es por cada US$ 100 en depósitos deberán inmovilizar US$ 28.

"El objetivo de esta modificación es el de reducir la liquidez en el sistema bancario, afectando eventualmente la oferta de créditos disponibles y/o las tasas de interés", señaló CPA Ferrere.

"De acuerdos a nuestras estimaciones preliminares, el aumento de la tasa de encaje implicaría retirar de plaza un monto aproximado de US$ 710 millones, de los cuales unos US$ 450 millones corresponden a encajes en moneda extranjera y el resto (US$ 260 millones) en moneda nacional", agregó.

Según CPA Ferrere, "en la medida que la remuneración de los encajes (lo que paga el BCU a los bancos por esa inmovilización) es significativamente inferior al costo de oportunidad de invertir los fondos en activos líquidos, el efecto de estas medidas sobre los resultados de los bancos podría ascender a US$ 31 millones (1,2% de su patrimonio)".

Aunque "se espera que la suba de las tasas de encaje se traslade a un aumento en las tasas activas de los bancos (las que cobran a familias y empresas por los préstamos) y no a una caída en la rentabilidad", añadió.

Por su parte, Moodys evaluó que la medida llega en un momento en que "el crecimiento de los préstamos en dólares ha sido modesto" y si bien "los préstamos denominados en pesos crecieron a un promedio robusto medio de 20% anual en los últimos tres años", el mismo "no fue un aumento significativo en términos reales".

Según la calificadora de riesgo, "la restricción a los bancos del acceso a los depósitos en pesos limitará su capacidad para expandir los préstamos denominados en pesos, incluyendo los créditos al consumo, donde los márgenes son más atractivos".

El informe de Moodys sostuvo que como efecto colateral de la medida, "la equiparación de los requisitos de encaje para los depósitos en moneda extranjera y nacional complicará aún más los esfuerzos del Banco Central para reducir el elevado índice de dolarización financiera en Uruguay".

Recordó que "tanto las tasas de dolarización de los depósitos y de los préstamos aumentaron en los últimos tres años. La dolarización de los depósitos en dólares han aumentado a un 80% desde el 72%, mientras que la dolarización de los préstamos se elevó a 56% desde el 52%. Esto implica que del total de depósitos de la plaza financiera uruguaya, 80% está en dólares y solamente 20% en moneda nacional y que del total de créditos que dan los bancos, 56% está en dólares y 44% en moneda local.

"La alta incidencia de la dolarización en la economía es un reto para la gestión de la política monetaria", expresó la calificadora de riesgo. Según esa visión, la política monetaria se vuelve menos potente para combatir la suba de precios.

"Al mismo tiempo, la persistencia de altas tasas de inflación debilitan la confianza en el peso uruguayo, y se ponen a prueba los nuevos esfuerzos para desdolarizar. Además, la alta dolarización limita la capacidad del Banco Central para actuar como prestamista de última instancia y como apoyo a los bancos en caso de necesidad", sentenció Moodys.

"Como la inflación alta típicamente reduce el poder de compra y la capacidad de pago de los que tienen préstamos, en consecuencia debilita la calidad de los activos de los bancos, teóricamente una inflación baja debería beneficiarlos en el largo plazo", agregó.

"Sin embargo, la calidad de los activos de los bancos uruguayos se ha mantenido sólida gracias a la prevalencia de los mecanismos de indexación de la economía. En consecuencia, cualquier beneficio para el sistema bancario de una inflación más baja será limitado", concluyó la calificadora.

Las explicaciones que dio Bergara.

El presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, anunció la suba de encajes el pasado 9 de marzo en un almuerzo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) titulado: "Ni sobrerreacción, ni parálisis: mantener el rumbo".

Allí Bergara explicó que "es una medida de manual, de fortalecimiento de la política monetaria que contribuye a que haya señales en la dirección de un combate a la inflación". Señaló que con la misma, se busca "influir en la cantidad de dinero que circula en el mercado" para reducir la volatilidad del dólar y evitar "que el tipo de cambio suba y baje con vaivenes tipo montaña rusa". Al sacarle pesos a los bancos, éstos no pueden destinarlos a crédito ni a la compra de dólares. Agregó que la medida contribuirá a "estabilizar el mercado cambiario y por lo tanto a la estabilidad financiera del país".

Respecto a igualar los encajes en pesos y en dólares, Bergara fundamentó que "no queríamos dar la señal de que el encaje en moneda extranjera fuera menor que el de moneda nacional porque tampoco es la intención dar incentivos a la dolarización".

Sin embargo, la calificadora de riesgo Moodys cree todo lo contrario. Al equiparar los encajes se dificulta la desdolarización (ver nota central).

Bergara también argumentó que "en el costo del funcionamiento financiero no va a tener mayor impacto, pero sí en el terreno de las señales y las expectativas".

En esa ocasión, una fuente bancaria señaló a El País que la medida es más pour la galerie que por los efectos prácticos que tendrá, y busca mostrar que se "hace algo" contra la inflación. Otro ejecutivo coincidió en que difícilmente esta medida modere el crédito que viene estancado en los últimos meses.

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Banco Central del Uruguay. Foto: Archivo EL PAÍS

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