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El financiamiento del Estado tras cambio en los mercados

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Foto: Francisco Flores

¿LA VUELTA AL DÓLAR?

Jefe de Unidad de Deuda dijo que hay otras “condiciones” desde febrero.

Desde febrero han cambiado las condiciones de los mercados financieros y eso tiene impacto en el mercado de bonos", dijo ayer el director de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Herman Kamil, en un evento donde explicó la estrategia de emisión de Uruguay tras estos movimientos.

A esto se llega tras un 2017 con "avances" en el financiamiento del gobierno, al emitir 100% en moneda nacional —pesos y Unidades Indexadas (UI)— y colocar por primera vez un bono en los mercados internacionales en pesos nominales, reduciendo "las vulnerabilidades financieras" y "mejorando la madurez promedio de la deuda", resumió el jerarca.

Al participar de la VI Conferencia Internacional de Inversiones organizada por Compass Group —firma regional dedicada al asesoramiento y administración de fondos—, Kamil señaló que "la estrategia de prefinanciación (tener fondos para cubrir los vencimientos de deuda a un año) tiene sus costos pero la vamos a mantener" para no tener que salir a captar fondos "presionados" y correr el riesgo de pagar tasas caras.

En ese marco, analizó que desde septiembre de 2017 los bonos del Tesoro estadounidense (de referencia mundial) "comenzaron a subir, primero de forma moderada pero (con mayor intensidad) con el reporte de febrero del mercado laboral que fue más positivo de lo esperado". Aparte indicó que se dio "un fenómeno de aplanamiento de la curva" porque subieron más rápido las tasas de los bonos a 10 años que las de 30 años, un hecho "que tiene implicancias en las estrategias de financiación", según el director de la Unidad de Deuda.

A esa evolución de los bonos estadounidenses en febrero, la definió como "un cambio dramático" en las condiciones financieras, que mueven el escenario "que nos llevó a emitir en moneda nacional en 2017" por los impactos "en la toma de bonos de mercados emergentes". A su vez, Kamil observó que esa suba de las tasas no fue acompañada de un fortalecimiento del dólar a nivel global.

Si bien podrían alterar el panorama de emisiones para 2018, estos movimientos globales terminaron siendo "una buena noticia para Uruguay porque el riesgo país quedó acotado" a diferencia de otros pares de calificación. En general, el riesgo país crece en los emergentes cuando suben los bonos de Estados Unidos.

Respecto a las necesidades de financiamiento, el jerarca informó que está previsto emitir US$ 2.700 millones en 2018 —en moneda nacional o dólares, y en el mercado internacional y el local— cuando se deben cubrir vencimientos de deuda por casi US$ 3.100 millones, una diferencia que se cubrirá "con un uso más intensivo del financiamiento disponible de organismos multilaterales".

Otro de los objetivos para este año mencionado por Kamil es "continuar profundizando el mercado de bonos en moneda local", aunque por las condiciones externas no se descarta emitir a nivel global en moneda extranjera —esto no significa "revertir la estrategia de desdolarización de la deuda", aclaró. También está planeado emitir en la nueva Unidad Previsional (aún falta la aprobación del Parlamento) para solucionar el descalce de moneda de las aseguradoras y desarrollar el mercado de las rentas previsionales.

Latinoamérica.

El chileno Manuel José Balbontín, presidente ejecutivo y estratega de inversiones senior de Compass Group Estados Unidos, habló de la realidad de los mercados en América Latina y calificó al 2018 como "un año decisivo".

Tras analizar que la caída de las economías y los mercados regionales en los últimos años fue menor a la de décadas atrás, señaló que "en los próximos años esperamos una situación positiva". Mencionó que el precio de los commodities sube (aunque por debajo de los niveles histórico de hace años), el comercio mundial mejora y las monedas regionales se apreciaron menos que la inflación, ganando así competitividad.

"La crisis no fue gratis y resultó en déficits fiscales y comerciales importantes del -6% (en Latinoamérica) y eso no es sostenible en el tiempo", matizó dejando fuera de esa advertencia a Uruguay y Argentina. También marcó como "un shock político" negativo los casos de corrupción que dejaron a la región "sin una buena imagen ante el mundo".

En referencia a los mercados financieros, destacó que "Latinoamérica muestra una oportunidad que vimos pocas veces antes". Recordó que tras buenos resultados en la primera década del siglo, en el siguiente lustro la región "no cumplió con las expectativas de suba anual de las utilidades" de las empresas, pero eso cambió en 2016 y 2017 "con utilidades que crecieron más de lo esperado y dieron una sorpresa positiva" a los inversores.

Macri: el gradualismo y una nueva agenda

El analista político argentino Sergio Berensztein (presidente y director ejecutivo de la consultora Berensztein) examinó la coyuntura política y económica del vecino país, en una presentación que tituló "¿Qué puede salir mal? Escenarios alternativos de cara al 2019 en el contexto de gradualismo y las crecientes tensiones sociales". Para empezar, dijo que "durante mucho tiempo venia a dar malas noticias y ahora todavía me siento incomodo" con el nuevo panorama, que según su visión permite "una mirada más optimista" sobre Argentina.

Sostuvo que en el escenario cercano no aparecen las condiciones "de las típicas crisis argentinas", iniciadas por "un disparador financiero externo" o por "un colapso político". Subrayó que podrán "no cumplirse algunas metas económicas (como la baja de la inflación) pero sí las políticas", y destacó que a falta de un hombre de peso en el plano económico, es el presidente Mauricio Macri quien asume el liderazgo y por ende la responsabilidad por las decisiones.

Luego desmembró "el rompecabezas argentino": definió al gobierno como "gastomaníaco" por las erogaciones en obra pública y planes sociales, asociando esto a la "ganancia electoral (en las legislativas de fines de 2017) en los barrios humildes que antes votaban al peronismo; también indicó que de cara a las elecciones nacionales de 2019, en la que irá por la reelección, Macri "podría correrse al centro" con "una agenda ampliada de la socialdemocracia europea" buscando conquistar con iniciativas de género (como la legalización del aborto) y medioambientales a votantes jóvenes que aún tienen desconfianza sobre su figura.

Además, pensando en el período electoral Berensztein explicó que el gobierno mantendrá "el gradualismo" para implementar las reformas que cree necesarias (por ejemplo, del mercado de trabajo) aspirando a conseguir una mayoría en el Congreso y ahí sí avanzar "de forma más profunda" en el próximo período. Por otra parte, señaló que mientras "hay buena relación con los mercados financieros" existen "choques con el sector productivo", algo "extraño en un gobierno de empresarios".

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