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¿Cómo hacer frente al fraude o clonación de las tarjetas?

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Foto: Fernando Ponzetto

Finanzas de Bolsillo

En qué casos es responsable la entidad que la emitió y cómo comprobarlo.

Cada vez más, los uruguayos tienden a sustituir el uso de billetes por plásticos (tarjetas de crédito y débito). Si bien eso tiene algunas ventajas (menor pérdida ante el robo de dinero, descuentos de IVA, promociones asociadas), también tiene su desventaja: el fraude (cuando la tarjeta es robada o extraviada) y la clonación.

A fin de junio, había 3.370.479 tarjetas de crédito y 2.799.727 tarjetas de débito. Con las primeras, se hicieron pagos por US$ 3.140 millones en el primer semestre y con las segundas por US$ 2.671 millones.

En casos de robos o extravío de las tarjetas se pueden dar compras que el usuario desconoce, por lo que lo mejor es comunicarlo inmediatamente al banco. Si un cliente detecta ya sea en el estado de cuenta o previo a recibirlo transacciones que no realizó, debe también notificarlo de inmediato ya que el plazo para reclamar es hasta 10 días hábiles después de recibir el detalle del gasto. También es posible contratar un seguro contra fraude, que cubre el usuario si sufre un daño económico por el uso indebido o fraudulento por parte de un tercero del plástico.

Aún así, el Banco Central (BCU) recibe en forma frecuente denuncias de clientes contra bancos por no aportar documentación respaldante del consumo, según señaló en su Reporte Atención al Usuario Financiero 2017.

El BCU indicó que "las entidades emisoras están obligadas a demostrar que todas las transacciones realizadas con la tarjeta fueron efectuadas de acuerdo con los procedimientos acordados con el cliente, que fueron registradas y contabilizadas correctamente y que no se han visto afectadas por fallos técnicos o cualquier otra anomalía".

Si la entidad no aporta los resguardos que permitan comprobar fecha y hora de las operaciones, identificación de operadores, emisores y receptores, cuentas y montos involucrados, terminales desde las cuales se operó, "será responsable ante el tarjetahabiente del perjuicio ocasionado", indicó el BCU.

Si, por ejemplo, a los comprobante o vouchers que respaldan la operación les falta alguno de los requisitos exigidos (firma del titular, cédula de identidad), "el emisor de la tarjeta debe asumir su responsabilidad por el daño sufrido por su cliente", afirmó el regulador.

"Esta obligación protege al tarjetahabiente en especial de los consumos que pudieron registrarse en el período que va del robo o extravío de su tarjeta al momento de la denuncia", agregó.

Aún así, el BCU recordó que en el caso de tarjeta de débito y para "transacciones presenciales" que no superen las 5.000 Unidades Indexadas a la inflación ($ 19.907 a hoy), el "método de autenticación" es el PIN (el número clave de cuatro dígitos).

Según el Central, "en ocasiones, los propios tarjetahabientes son los responsables por los hechos que denuncian al hacer un mal uso del instrumento, a modo de ejemplo, al no tomar los suficientes recaudos dando lugar a que un tercero la utilice y realice operaciones para su provecho o divulgar su código de identificación". Esto puede ocurrir en las compras realizadas por Internet (ver aparte).

Clonación.

El BCU también ha detectado entre las denuncias frecuentes las de fraudes por duplicación o clonación o skimming de tarjetas.

Para clonar tarjetas, un grupo delictivo distribuye a sus integrantes en tres estaciones diferentes de la estafa.

El Central recordó que "las tarjetas convencionales de banda magnética se encuentran sujetas a clonación" por lo que se tienden a sustituir por tarjetas con chip que hacen "una verificación de uso y validez en cada transacción que se realice".

Algunos bancos han comenzado este proceso de sustituir sus plásticos con banda magnética por otros con chip. El BCU expresó que en Uruguay, a diferencia de otros países, no existe normativa que obligue a las entidades financieras a mejorar la seguridad de las tarjetas.

Pero, señaló que "la clonación implica un mal funcionamiento del sistema o fallas en su seguridad no atribuibles a incumplimientos de las obligaciones por parte del usuario; por lo tanto, considerando las particularidades de cada caso, se ha entendido que la entidad emisora de la tarjeta es responsable".

Para probar la clonación, es más que suficiente "comprobar que la tarjeta haya sido utilizada en distintos lugares con diferencias horarias que hacen imposible concluir que la persona haya podido trasladarse de un lugar a otro. También dan indicios de clonación, los cambios en el patrón de uso de la tarjeta, las reiteraciones en los rechazos de las transacciones realizadas con la tarjeta, o no contar con el comprobante de la operación debidamente conformado, entre otros aspectos" aseguró el BCU.

Actualmente hay mecanismos para dificultar la clonación, como que los cajeros automáticos piden el número de cédula y bancos que envían mensajes al cliente cada vez que se utiliza la tarjeta.

Los cuidados a tener al momento de comprar web

La compra por Internet puede ser el momento para que le "roben" información de la tarjeta y luego se realicen compras con ella. Para evitarlo hay opciones. Una es utilizar PayPal (se registra allí la tarjeta) y luego al hacer la transacción no se pone el número del plástico. La otra es utilizar una tarjeta prepaga, a la que se carga el monto a gastar previamente y de esa forma se limita el fraude que pueden ocasionarle.

¿Cómo hacen las bandas para clonar una tarjeta?

El primer grupo de la organización clonadora, es el encargado de instalar en el cajero automático un aparato en la ranura donde se inserta la tarjeta (para leer y grabar la información de su banda magnética) y una pequeña cámara que registra el PIN de la persona cuando lo digíta en el teclado. El segundo grupo recibe estos datos, e inserta en otro plástico —al que se le borró su información original— los obtenidos de la tarjeta. Un tercer equipo va hasta un cajero y, armado con esa tarjeta y el PIN, saca el dinero.

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