FINANCIAMIENTO
Las autoridad analizan nuevas fuentes de financiamiento y estudian emitir yenes luego de ocho años de la última operación.
“Ante la coyuntura extraordinaria que actualmente atraviesa la República, resulta necesario acudir a nuevas fuentes de financiamiento, entre ellas el mercado financiero de Japón”, dice una resolución firmada por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou y los ministros Azucena Arbeleche (Economía y Finanzas) y Omar Paganini (Industria, Energía y Minería) el pasado lunes.
Esa resolución aprueba la firma de un memorándum de entendimiento entre el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el Banco Japonés de Cooperación Internacional (JBIC, por sus siglas en inglés).
El documento señala que autoridades y funcionarios del MEF y de Industria, “han mantenido contactos en los últimos meses con funcionarios del JBIC a efectos de explorar la participación de dicha institución como inversor en futuras emisiones de bonos soberanos en yenes de Uruguay, así como la participación de empresas japonesas en proyectos de inversión radicados en Uruguay”.
La última vez que Uruguay colocó deuda en yenes (se denominan Bonos Samurai) fue el 27 de mayo de 2011 con 40.000 millones de la moneda nipona (equivalían a US$ 491 millones en esa fecha). En esa oportunidad, el JBIC garantizó la emisión de Uruguay.
Ese título de deuda vence el año próximo.
Ahora, el gobierno pretende volver a contar con el respaldo del JBIC para colocar deuda en yenes, en momentos en que la pandemia del coronavirus a nivel mundial dificulta las emisiones de títulos a nivel global.
De todas formas, este es un primer paso hacia la emisión de deuda en yenes y todavía faltan otros aspectos antes que Uruguay coloque un bono en ese mercado.
La estrategia de financiamiento del gobierno ante el impacto de la pandemia del coronavirus (que le implica gastar más y recaudar menos) ha sido la de acudir a los organismos multilaterales. Como primera medida, activó US$ 1.500 millones en créditos contingentes (ya los tenía aprobados y pagaba una comisión anual por tenerlos latentes para utilizar) y por otro lado, negocia otros US$ 1.000 millones en préstamos de ese tipo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial, la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y el Fonplata.
Con esos US$ 1.000 millones, reforzará la línea de créditos contingentes que había quedado con US$ 700 millones tras el desembolso mencionado.
Pero a esta se suma explorar la posibilidad de emisiones en el mercado global (actualmente es difícil) y en el japonés. La emisión en yenes le aseguraría diversificar el riesgo por monedas y financiarse a una tasa de interés más baja.