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Incertidumbre a nivel internacional pauta volatilidad del tipo de cambio

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Fed: no hay riesgo de un colapso de confianza. Foto: Archivo El País
AFP - Edificio del Banco de la Reserva Federal estadounidense en la ciudad de Washington - POL - Government - The US Federal Reserve building is seen on August 9, 2011 in Washington, DC. New recession worries and market havoc posed the toughest challenge yet this year for the US Federal Reserve as its policy board met Tuesday holding a near-depleted box of stimulus tools. Economists said the Federal Open Market Committee (FOMC), meeting for the first time since its "QE2" asset purchase program ended in June, had few options to overcome stagnating growth and the growing pessimism that sent stock markets on their deepest plunge since the crisis of 2008. AFP PHOTO/KAREN BLEIER US-ECONOMY-BANK - Washington - District of Columbia - UNITED STATES - KAREN BLEIER - ljm
KAREN BLEIER - AFP - AFP/AFP

El dólar lleva más de cuatro meses de bajas y la pregunta que surge es hasta dónde va a bajar y si se trata de un nuevo período de dólar barato. Hay una combinación de factores que diferencian mucho la situación actual con la vivida hasta el primer semestre del 2013.

Es difícil catalogar la situación actual como una tendencia sostenible y en todo caso la característica dominante es la volatilidad. Por lo tanto lo que se espera es un período de fuertes oscilaciones al ritmo que impone el escenario internacional para el movimiento de capitales.

El comportamiento del dólar en el mercado interno replica su evolución en el mercado internacional y en particular el regional. Ese desempeño refleja la gran incertidumbre existente respecto a la marcha de la economía mundial, lo que lleva a la adopción de medidas de carácter prudencial en los principales centros financieros.

Concretamente la esperada suba de las tasas de interés en Estados Unidos se sigue posponiendo, lo que en el corto plazo genera volatilidad en los mercados internacionales. Esta será la tónica hasta tanto no se materialice dicha suba.

En el último trimestre de 2015 se produjo el primer ajuste al alza de las tasas de interés en Estados Unidos. La tasa de referencia de la Reserva Federal subió un cuarto de punto y se anunciaron subas moderadas para el presente año.

El mercado ya lo venía anticipando y, en un contexto de magro crecimiento internacional, en el que la única economía que mostraba cierto dinamismo era la norteamericana, el diferencial de tasas, pero sobre todo la expectativa de que ese diferencial se ampliase motivó un cambio en el portafolio de los agentes económicos, que a escala mundial se pasaron al dólar.

Uruguay no fue la excepción, y a lo largo de 2015 el peso se devaluó 23% frente al divisa americana.

La economía necesitaba un ajuste de precios relativos que compensase el desfasaje acumulado en años anteriores y la caída de los precios de exportación.

En el marco de una suba programada de las tasas y bajos precios de exportación esperados para este año, se esperaba que el dólar siguiese apreciándose en el mercado interno.

La encuesta de expectativas que releva el Banco Central (BCU) mostraba que la media de los analistas que la responden esperaba una cotización de $ 34,87 para el cierre del presente año, una devaluación del 16,5%.

Pero el año 2016 comenzó muy movido. La situación de Brasil se siguió complicando y el dólar en dicho país llegó a cotizar a R$ 4,2, lo que afectó seriamente la temporada turística.

Pero más allá del fenómeno brasileño agravado por problemas políticos internos, el mayor ruido a nivel internacional lo produjo el temor de una crisis financiera en China.

En esos momentos se ajustaron al alza las expectativas de cotización del dólar a fin de año en el mercado interno hasta $ 36.

Los temores sobre China provocaron un aplazamiento en el cronograma de suba de tasas, ya que Estados Unidos temía con razón que si lo hacía podía frenar su recuperación.

Esto fue un primer indicio a los inversores internacionales, que tras la salida de los mercados emergentes regresaron para aprovechar el diferencial de rendimientos hasta la próxima suba.

Ello se unió al cambio en el humor en el mercado brasileño, que ante la perspectiva cierta de la concreción del juicio político a la presidenta Dilma Rousseff y el cambio en la orientación económica retomaron la confianza y el dólar revirtió su tendencia ascendente.

La evolución del tipo de cambio real bilateral entre Uruguay y Brasil es muy elocuente al respecto. A septiembre del año pasado se había deteriorado 20% respecto al cierre de 2014, nivel que más o menos se mantuvo hasta enero, reflejando la mayor depreciación del real.

A partir de febrero comienza a revertirse la tendencia y el dato a mayo muestra un nivel de competitividad similar al de diciembre de 2014.

Este es un dato importante ya que la evolución del tipo de cambio tiene una alta correlación con el comportamiento que muestre en Brasil. Al respecto, la baja que experimentó el dólar en el mercado interno en los últimos meses tiene mucho que ver con la apreciación del real.

Cabe señalar que en dicho comportamiento hay un componente político muy fuerte y según sea el resultado del juicio político dicha tendencia podrá o no revertirse

Y a nivel internacional aparecieron nuevos ruidos. Despejadas las dudas de corto plazo sobre China, no así a mediano plazo ya que los problemas siguen existiendo, el Brexit y las dificultades en el sistema bancario italiano son nuevos elementos que agregan incertidumbre, ante lo cual aumentan las probabilidades de que se posponga nuevamente la suba de tasas.

En Uruguay ello se vio reflejado en el aumento que registraron las cotizaciones de los bonos, al igual que aconteciese en Argentina y Brasil. Ello es un indicio de retorno de capitales.

Por cierto que en menor escala que en el pasado y bajo una modalidad especial, colocación de cartera, que por definición es volátil.

En este contexto, las expectativas respecto a la cotización del dólar a fin de año se ajustaron a la baja. La media de la encuesta del BCU a mayo (último dato) se ubica en $ 34,8, levemente por debajo del valor proyectado en diciembre.

A su vez el LatinFocus Consensus Forecast a junio que publicó ayer El País señala una cotización esperada por debajo de los $ 33.

El contexto internacional es el que determina el comportamiento de corto plazo del dólar en el mercado interno.

La incertidumbre global que posterga la suba de las tasas de interés y los ruidos regionales tornan muy volátil su evolución en el mercado interno. Situación que se mantendrá hasta tanto se disipen las dudas.

No obstante, en una perspectiva de mediano plazo, la economía necesita seguir ajustando sus precios relativos, y una vez normalizada la coyuntura internacional, el dólar debería retomar su tendencia al alza.

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Fed: no hay riesgo de un colapso de confianza. Foto: Archivo El País

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