Las monedas de América Latina operarán estables al menos hasta el miércoles, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos dará a conocer su comunicado de política monetaria tras un encuentro en el que se prevé ampliamente que no subirá su tasa de interés referencial.

Los corredores de cambio quieren saber si la Fed mantiene el enfoque que planteó su presidenta, Janet Yellen, el mes pasado. En forma imprevista, la jefa del banco central frenó su plan de ajustar el costo del dinero, por lo que ahora el mercado piensa que como mucho subiría las tasas dos veces este año.

En la nueva visión de Yellen, los peligros derivados de la situación internacional, como el riesgo asociado al referendo de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea y la incertidumbre sobre la economía china, pesan más en el panorama que el constante repunte de la actividad en Estados Unidos.

En México, el peso oscilaría en un rango de 17,30 a 17,70 por dólar. "Todo el mundo está muy curioso sobre el comunicado (de la Fed), si traerá el mismo tono de preocupaciones en su balance de riesgos o el entorno global", comentó Jorge Gordillo, de CI Banco en la Ciudad de México.

Además de considerar la reunión del banco central estadounidense, los cambistas mexicanos tendrán en cuenta las cifras del PIB de Estados Unidos que también saldrán esta semana, así como datos del desempeño de la economía local, entre ellos las ventas minoristas y el índice de actividad IGAE.

En Brasil, el real se mantiene en torno a 3,60 por dólar gracias a que la postura de la Fed alienta las apuestas a activos de riesgo y a las expectativas de que la presidenta Dilma Rousseff será impugnada, permitiendo la llegada de un nuevo gobierno con un enfoque más amistoso hacia los mercados.

Pero la perspectiva de fondo continúa incierta para la moneda local. "Seguimos siendo bajistas para el real", dijo Bank of America Merrill Lynch en un reporte. "Una profunda recesión combinada con inflación alta agregarán presión sobre el real", dijo, citando también las turbulencias políticas.

En Chile, el peso se negociaría de 657 a 669 por dólar, mientras que el peso de Argentina se ubicaría alrededor de 14,50. Argentina dejó atrás la semana pasada una larga batalla judicial con bonistas "holdouts" -que no participaron en canjes de deuda propuestos por el Gobierno- tras el pago de unos US$ 9.300 millones.

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