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La herencia económica: el “relato” de cada bando político y la visión de los analistas

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Las actuales autoridades del MEF salieron al cruce del nuevo gobierno por la evaluación de la situación económica que hereda. Foto: Marcelo Bonjour

CAMBIO DE GOBIERNO

Se desató un cruce de declaraciones entre el gobierno saliente y entrante sobre la situación económica que heredan las autoridades que asumirán el próximo 1° de marzo.

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En Argentina, fue uno de los temas que se llevó buena parte del tiempo y las energías durante el comienzo de la administración de Mauricio Macri, y volvió a ser asunto de discusión en el inicio del mandato de Alberto Fernández. Se trata de la discusión sobre “la herencia”, o sea: la situación fiscal y económica que deja el gobierno saliente al entrante.

“Cada uno establece su propio relato”, reconoció ayer Álvaro Delgado, futuro secretario de Presidencia, aunque luego aclaró que su versión “es la realidad”. Sus palabras en una entrevista el domingo con El País, desataron ayer un ida y vuelta entre las autoridades salientes y entrantes.

“Algunos números son más preocupantes de lo que habíamos previsto”, expresó Delgado y complementó que “la situación en que queda Uruguay, por lo menos en materia económica, fiscal y de empleo, es realmente preocupante”.

Esto provocó la reacción de la actual conducción del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El subsecretario Pablo Ferreri escribió en Twitter que la frase “deja muy mal parado al futuro equipo económico ya que toda la información es pública y transparente”, pudiéndose “discrepar o tener distintas visiones, pero no alegar desconocimiento”.

El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo ayer que Delgado y el futuro director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie, “están hablando de una realidad que no existe”. En diálogo con radio El Espectador, agregó que “desde el primer día estaban todos los números arriba de la mesa, así que la diferencia entre lo previsto y lo real es cero, sabían todo”.

Una visión similar -aunque difiera con Astori en el análisis de la realidad económica- planteó el economista Javier De Haedo, que asesoró en la campaña a Edgardo Novick y dirigió la OPP entre 1993 y 1995. “La herencia era previsible y es bien conocida por los economistas”, dijo en Twitter, y “razonablemente Alfie no habla de sorpresas, conoce bien la información macroeconómica disponible para todos desde siempre”.

De Haedo se refería a las columnas que el futuro director de OPP ha publicado en el suplemento Economía & Mercado, donde en cuatro capítulos analizó el “estado de situación”. Ayer, en la última entrega, hizo un resumen de su visión: “el estado de la economía es precario, exceso de gasto público, deuda en récord histórico, alta inflación, atraso cambiario, empleo cayendo desde hace siete años, inversión con caída del 30%, exportaciones y PIB estancados y falta de reformas estructurales que impulsen el crecimiento entre lo más relevante”.

Luego que el cruce de declaraciones subiera de tono, ayer Delgado fue preguntado por la prensa y reafirmó sus dichos.

Álvaro Delgado. Foto: Francisco Flores.
Álvaro Delgado. Foto: Francisco Flores.

“Basta ver la proyección de la Unidad de Deuda respecto al déficit fiscal primario que por estos días aumentó la proyección, la firma de algunos préstamos internacionales en diciembre y hasta hace pocos días, que va a pagar el próximo gobierno. Eso y una serie de datos hacen que tengamos que tener una atención especial, mucho más de la que se ha tenido, con el tema fiscal”, respondió el futuro jerarca.

El primer punto que mencionó refiere al informe que publicó el 31 de enero la Unidad de Deuda del MEF, donde prevé que el déficit primario del gobierno central -el resultado de la caja del Estado sin contar empresas públicas e intendencias antes del pago de deuda- será de US$ 583 millones en 2020. En octubre proyectaba un déficit primario de US$ 51 millones.

La herencia económica.

Entre los analistas hay matices respecto a la gravedad o no de la herencia económica, pero coinciden que se deben calibrar los puntos de comparación, para no caer en miradas políticas que direccionan los análisis.

La directora del Instituto de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas, Gabriela Mordecki, dijo a El País que “hay una lógica de ciclos” que no se tiene en cuenta al analizar los números que deja el gobierno. “Los ciclos económicos no están alineados a lo político. Hoy tenemos una economía más deprimida que en 2015, que veníamos del máximo del ciclo expansivo. Desde ahí empezó a darse vuelta (el ciclo positivo), los precios de los commodities se resienten y otra serie de variables cambiaron, entonces estamos en otro momento y no son comparables” las situaciones de 2015 y hoy, explicó.

El economista de Oikos, Pablo Moya, señaló que “cuando alguien dice ‘esto es lo que yo recibo’, como achacando que es un problema que le dejan, yo tengo matices, porque por ejemplo en inflación se trata de un problema histórico” del país. Agregó que no es correcto comparar la situación actual con 2015, porque “la gestión económica” estuvo a cargo del mismo equipo, pero tampoco con 2005 porque había indicadores deprimidos por la crisis económica.

“En inflación el gobierno hizo lo que pudo, en el déficit debió haber hecho mejor las cosas. En la deuda el manejo y la gestión fue buena, pero no en qué se destinaron los recursos, porque usar endeudamiento para pagar gastos corrientes no se debería hacer”, analizó Moya.

Para Tamara Schandy, economista y socia de Exante, la información disponible “permitía diagnosticar los frentes desafiantes” que tendrá el próximo gobierno, y compartió las prioridades marcadas por Alfie. “Venimos de años donde esos desequilibrios han sido importantes y han tenido consecuencias sobre las dinámicas macroeconómicas”, señaló.

El órgano desconcentrado del MEF toma el caso aquí. Foto: D. Borrelli
Ministerio de Economía y Finanzas. Foto: Darwin Borrelli.

Mordecki dijo que en la discusión suele omitirse una variable económica clave, y cuyas proyecciones marcan una tendencia favorable: el Producto Interno Bruto (PIB). La construcción de la nueva planta de UPM y otras obras ya programadas “dan un piso de crecimiento interesante en 2020 para el gobierno que ingresa”, y el PIB “es la variable que está por detrás del peor desempeño del empleo o el crecimiento del déficit”.

Por fuera del debate sobre la herencia, Moya indicó que “el nuevo gobierno tiene la posibilidad de generar un marco de negociación” con los distintos actores económicos, para “tratar de ver cómo se financia el Estado, cómo se reduce el déficit y de esa forma mejora la competitividad”, que sería “la última variable” a corregir porque depende en gran medida de las demás.

Las cinco variables de preocupación, según Alfie

1
Puesto de frutas y verduras. Foto: Archivo El País

Inflación

Alfie dijo que el sistema de precios se indexa “mirando hacia atrás”, por lo que sueldos y prestaciones toman la inflación pasada “como base de aumento”. De no ir a una “indexación mirando al futuro, será imposible” bajarla, “a menos que se esté dispuesto a una recesión más profunda”.

2
Gallito Luis. Foto: Darwin Borrelli

Empleo

Analizó que el mercado laboral es “rígido” y “con desconfianza de quienes contratan”. Propone ir a un “régimen de horarios flexibles y evitar las rígidas categorizaciones”, y aclaró que “flexibilidad (de la legislación laboral) no quiere decir precarización, sino adaptabilidad”.

3
Contenedores en el Puerto de Montevideo. Foto: Archivo El País

Atraso cambiario

Dejando de lado la comparación con Argentina por su volatilidad, dijo que “cualquier medida sensata” muestra que el peso local “tiene una apreciación del 20% sobre una paridad razonable”. Ante esto, afirmó que hay “un relevante problema de atraso cambiario”.

4
Foto: Pixabay

Déficit fiscal

“Situación de extrema precariedad”, con un resultado “que medido como corresponde fue 5,1%” al cierre de 2019. Alfie considera por sobre el 4,7% informado por el gobierno, un efecto contable vinculado a una operación de deuda y la caída en el stock de petróleo de Ancap.

5
Dólares. Foto: Archivo El País

Deuda

“La buena noticia” es que se aprovecharon “favorables condiciones financieras internacionales” para estirar vencimientos, lo que “da aire (tiempo) para trabajar”. Lo malo es “que el ratio deuda a PIB ya pasó la zona gris” y se deben tomar medidas de corrección “inmediatas”.

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