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Invertir en arte: cómo elegir la obra y claves del mercado

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La obra constructiva de Pailós se venderá a más de US$ 14.000. Foto: El País

FINANZAS DE BOLSILLO

Renombre del artista e historial de ventas son algunos de los aspectos a valorar.

Puede ser un Joaquín Torres García, un Pedro Blanes Viale o un Virginia Patrone. Si se decide invertir en arte, las opciones en el mercado son variadas. Ahora, ¿cómo elegir la pieza?, ¿qué se debe ponderar?, ¿a qué hay que prestar atención?

A la hora de elegir la pieza, un “inversor grande” que no tiene conocimiento sobre la materia es mejor que se vuelque por el artista clásico.

En Uruguay, puede apuntar a los rioplatenses “que ya tienen un precio de valor de mercado”, dijo Luis Ignacio Gomensoro, director gerente de la casa de subastas Tazart. Como ejemplos mencionó a Joaquín Torres García, Pedro Figari y María Freire. También marcó que hay “otro modo de inversión”. Se puede apostar a artistas contemporáneos o emergentes.

Lo importante es que a la persona le guste el arte que compra “y que haga un estudio de mercado para conseguir el mejor precio”. A su vez, “no siempre hay que adquirir lo que está de moda porque en algún momento la tendencia desaparece y, como consecuencia, las piezas pueden volver a su valor real”, señaló Héctor Bavastro, director de la casa de remates Bavastro e Hijos.

La clave para quien apuesta por el arte por primera vez es el correcto asesoramiento. Se debe recurrir a una persona que brinde confianza, comentó Juan Castells, socio de Castells Remates.

Explicó que es el mismo escenario a cuando se va a comprar un bono. En esas instancias se acude al corredor de bolsa o a un asesor en busca de consejos.

Conocer el historial del artista es otro de los puntos relevantes. Se debe prestar atención al precio de comercialización en las galerías, “pero más que nada al de la subastas”.

"Últimamente se ve una corriente joven" que apuesta en el arte, dijo Bavastro.

Una de las ventajas de apostar por el arte es que “el objeto es tangible y siempre existe”. Al comprar bien, en caso de tener la necesidad, se va a poder vender a un precio adecuado, comentó Castells.

“Si uno adquiere en subasta, significa que está pujando o pagando el valor del mercado. Por lo tanto, cuando se vaya a vender también va a estar esa posibilidad. Es muy transparente desde ese punto de vista”, afirmó.

Costigliolo
Costigliolo, un pionero del arte abstracto uruguayo. Foto: Leonardo Mainé

EL VALOR. El aumento de la valorización de una obra es otro aspecto a ponderar. Para que eso pase “se tienen que cumplir un montón de reglas”. Una de ellas es que el artista sea talentoso.

“Eso pasa en cualquier disciplina artística, incluso en los deportes. Lionel Messi vale lo que vale porque es un súper talento. Picasso vale lo que vale porque es un súper talento”, indicó Castells. Asimismo, remarcó que la escasez de virtuosos hace que sean más apreciados.

Cada persona tiene un gusto particular. Pero, como hay muchos que prefieren lo mismo, se genera la “competencia, motivación y crecimiento de los valores”. Los uruguayos en general buscan arte nacional. Esa es una “característica natural” que se repite en otros países.

Otra cosa que sucede es que “a los súper precios internacionales los uruguayos prácticamente no pueden acceder”. Sin embargo, los extranjeros sí pueden adquirir los altos costos de nuestro país.

“Pasa en el fútbol. Facundo Pellistri se vendió a US$ 10 millones y no hay ningún cuadro uruguayo que pueda pagar ese dinero”, dijo Castells

EFECTOS

¿Cómo influyó la pandemia del COVID-19?

El COVID-19 cambió la forma en la que se vende el arte. En Castells Remates, por ejemplo, comenzaron con subastas online y tuvieron un “éxito impresionante”, según el socio. Asimismo, contó que las redes sociales “tienen una penetración muy grande” y que la digitalización abrió “muchísimas” puertas. Por otra parte, Gomensoro dijo que en lo que va del año el nivel de ventas fue mejor en comparación al mismo periodo de 2019.

En el mercado del arte “no hay reglas, y eso es lo que lo hace muy atractivo”, añadió Castells.

¿La muerte aumenta el precio de un artista? Castells aclaró que eso era “en otra época” y que “cambió sustancialmente”.

En términos generales, “hay una cierta tendencia” a que puede subir el valor, pero sucede si era cotizado previo a su fallecimiento. A su vez, señaló que “hay cientos de pintores contemporáneos que valen precios antes inimaginables”. En el mercado del arte “no hay reglas, y eso es lo que lo hace muy atractivo”, añadió.

En cuanto a Uruguay, “lo bueno es que se pueden adquirir obras de primera línea a precios razonables”. Todas tienen valor de reventa. No obstante, por lógica, cuánto más importante sea, más fácil es volver a colocarla.

El especialista realizó un paralelismo con los bonos: “Uno AAA seguramente sea más sencillo de vender que uno C. Es lo mismo, no hay misterio en ese sentido”.

PERFIL

¿Quiénes apuestan por esta actividad?

“Hay todo tipo de perfiles” y “cada uno adapta el arte a su bolsillo”, contó Castells. La iniciativa “surge al querer comprar una obra o un cuadro para la pared del living. Es muy difícil que alguien compre para guardar. La gente le gusta convivir con el arte. A medida que más se involucra, más conocimiento toma del asunto, y más aprende del tema. Nosotros le llamamos educar el ojo”, añadió.

Aunque existen personas que especulan, “los tiempos en el mercado del arte no se pueden extrapolar de manera directa” al mercado financiero donde, por ejemplo, las letras y los bonos tienen un vencimiento.

“Hay obras que tienen un crecimiento del valor en el largo plazo”. Ese fenómeno no es particular de Uruguay, sino que es así en todo el mundo, contó Castells.

EL SECTOR. El COVID-19 golpeó varios sectores. Sin embargo, movió al del arte, según Gomensoro. “Muchas personas que suelen viajar por negocios o placer no lo pudieron hacer. Entonces, durante el invierno redecoraron sus casas o aprovecharon a invertir el dinero en otras cosas”, dijo.

A quien le “sobran unos pesos o tenía una plata destinada a viajar con la familia, y le gusta un cuadro, se lo compra” y “en vez de comprarse un cuadro más barato, invierte en un cuadro mejor”, afirmó.

¿A qué destinar el dinero?

"La persona que opta por el arte ya tiene otras inversiones hechas. Por lo general, empieza por colgar una obra de arte y se da cuenta de que lo disfruta", comentó Gomensoro.  Por otra parte, señaló que también existen los coleccionistas de arte. 

LA PREGUNTA DEL EXPERTO: Desde el punto de vista regulatorio, ¿cuáles son las principales diferencias entre invertir en el mercado financiero e invertir en obras de arte? 

LA RESPUESTA: Transparencia y uso de información privilegiada. 

El mercado financiero y el mercado del arte son dos mundos completamente distintos. Por lo tanto, alguien que está acostumbrado a operar en las bolsas de valores debe tener en cuenta los siguientes puntos.

Una primera diferencia es que la “negociación de valores está altamente regulada” mientras que en el del arte no hay regulación, explicó Marcelo Casciotti, director ejecutivo de la Cámara de Asesores de Inversión y Gestores de Portafolios del Uruguay (CAIU).

En segundo lugar, “la bolsa de valores tiene reglas estrictas en cuanto al uso de información privilegiada”. Por el lado contrario, en el arte “no se puede definir exactamente qué es el uso de información privilegiada”. Además, “la falta de transparencia en el mercado puede distorsionar la información a los potenciales inversionistas”.

Otro aspecto a valorar es quien elige el arte “no deja la realización de su inversión en un asesor financiero, como es el caso de las inversiones en acciones. El coleccionista no está expuesto al posible riesgo de incompetencia en la administración de los activos, pero debe prestar atención a la autenticidad de la obra de arte”.

¿Qué tienen en común? A nivel regulatorio “ambos inversionistas están sujetos al control para la prevención de lavado de dinero”.

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