Los cambios tributarios

De una “relativa estabilidad” en 19% del Producto, pasó a 20,7% en 2017.

El ajuste fiscal que realizó el gobierno en la Rendición de Cuentas 2015 (y que comenzó a regir en 2017) elevó la presión (recaudación sobre tamaño de la economía) de la Dirección General Impositiva (DGI) luego de años de "relativa estabilidad", señaló el Boletín Estadístico 2017 del organismo divulgado ayer.

"Durante el año analizado operaron diversas modificaciones en la legislación tributaria y cambios en los procedimientos de la recaudación que, considerados globalmente, implicaron un registro recaudatorio superior al que se hubiese obtenido con las mismas condiciones del año anterior. Los efectos de estos cambios implicaron un incremento en la recaudación bruta equivalente a 1,1% del Producto Interno Bruto (PIB)", indicó el informe.

El gobierno había definido —luego fue aprobado por el Poder Legislativo— ajustes al alza en las tasas del Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS), así como reducción de deducciones en ambos, además de modificaciones en el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE). A su vez, rebajó dos puntos adicionales el IVA para compras con tarjetas de débito.

En la proyección oficial, eso iba a redundar en 0,75% del PIB más en recaudación. Finalmente, según el informe de DGI rindió 1,1% del PIB más. El déficit fiscal que era de 3,9% del PIB a fin de 2016 bajó a 3,5% del PIB a fin de 2017, cuando el gobierno estimaba que lo haría a 3,3% del Producto con las medidas.

La presión fiscal de DGI aumentó por consiguiente. "Se observa una relativa estabilidad en la relación entre la recaudación bruta y el PIB en el entorno al 19%, incrementándose a 20,7 % en el último año (2017), consecuencia del impacto que produjeron las medidas tributarias y administrativas implementadas, comentadas anteriormente", explicó el organismo en su informe. En 2008 la presión fiscal de DGI era de 19,3% del PIB, luego se redujo a 18,9% del Producto en 2009, 2010, 2011 y 2012, en 2013 pasó a 19% del PIB, bajó a 18,8% del Producto en 2014, fue 18,9% del PIB en 2015 y se incrementó a 19,4% del PIB en 2016.

"La recaudación originada en el sector privado ha sido creciente en casi todos los años observados, en particular en el último año", afirmó el organismo. Es que empresas y familias explicaron 17,8% del PIB de la recaudación de 2017, frente al 16,6% del Producto del año previo. En 2008 la presión fiscal sobre el sector privado era 15,4% del PIB.

En tanto, la recaudación del sector público explicaba 3,9% del PIB en 2008, llegó a bajar hasta 2,3% del Producto en 2014 y subió a 3% del PIB en 2017, según los datos de DGI.

Al mirar la recaudación neta (impuestos menos devoluciones de tributos), "puede advertirse una recuperación de la presión neta total de impuestos administrados por DGI en particular, en el último año", indicó el informe. Esta fue de 18,6% del PIB frente a 17,6% del Producto en 2016. "Se observa una relativa estabilidad en este ratio en el entorno de 17,6% en promedio en el período observado (2008-2017)", agregó.

El mayor aporte a los ingresos de Impositiva, proviene de los tributos al consumo. "Los impuestos al consumo representaron 56,1% de la recaudación total de la DGI en 2017. De estos impuestos, la mayor parte corresponde al IVA (46,1%) y el restante 10,1% corresponde al Imesi", explicó el organismo.

"Los impuestos a la renta representaron en 2017 36,9% de la recaudación total de la DGI. La mayor parte de estos impuestos corresponde a los impuestos a las rentas personales (IRPF e IASS) con 20,5% de la recaudación total, seguido por el IRAE con 14,5%, el Impuesto a la Renta de No Residentes (IRNR) con 1,5% y, por último, el Impuesto a las Enajenaciones de Bienes Agropecuarios (Imeba) con 0,4%", añadió.

Por su parte, "los impuestos a la propiedad representan en 2017 5,8% de la recaudación total de la DGI. De estos impuestos, la mayor parte corresponde al Impuesto al Patrimonio (5,3%) y el restante 0,5% corresponde al Impuesto a las Transmisiones Patrimoniales", expresó el Boletín Estadístico.

El restante 1,2% de recaudación de la DGI en 2017 provino de impuestos derogados, multas y recargos.

La recaudación neta (descontada la devolución de impuestos) creció 1,8% en términos reales en enero-agosto frente al mismo período del año pasado y totalizó US$ 7.616,4 millones, informó ayer el organismo.

La recaudación bruta aumentó 2,1% real en enero-agosto respecto al mismo período de 2017 y la devolución de impuestos se incrementó 5,1% en términos reales en el mismo comparativo.

Los ingresos por el principal impuesto que recauda la DGI, el IVA, apenas crecieron 0,2% en enero-agosto en términos reales para un total de US$ 3.824,5 millones. La recaudación del IVA interno sube 3,4%, mientras que la del IVA a las importaciones cae 6,2% y la del IVA mínimo (que paga la pequeña empresa) baja 0,6% en ese período.

El otro tributo al consumo, el Imesi, cae en su recaudación 2,9% en términos reales en enero-agosto y totalizó US$ 817,9 millones.

La suba de la recaudación en los primeros ocho meses del año, se dio principalmente por los tributos a la renta.

Los ingresos por el Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas (IRAE) subieron 5,1% en ocho meses en términos reales frente a enero-agosto de 2017 y totalizaron US$ 1.297,1 millones.

El otro tributo sobre la actividad empresarial, el Imeba (que pagan algunos productores agropecuarios) elevó su recaudación en 5,9% y sumó US$ 38,4 millones.

El Impuesto a la Renta de las Personas Físicas (IRPF) elevó 6,2% sus ingresos en enero-agosto hasta US$ 1.550,9 millones.

En tanto, los ingresos por el Impuesto de Asistencia a la Seguridad Social (IASS) se incrementaron 8,6% real en los primeros ocho meses del año hasta US$ 207 millones.