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Bergara: "sin dramatismo" con déficit, precios y empleo

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Según el titular del BCU, se pueden atacar diversos frentes a la vez. Foto: A. Colmegna

EL BANCO CENTRAL Y LOS DATOS

“Bienvenida la preocupación” porque “hay cosas para corregir”, afirmó.

No es una situación dramática". Esa fue la frase más repetida ayer por el presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, en una disertación ante empresarios en la que transmitió que aunque existen ciertas preocupaciones macroeconómicas, el panorama es de estabilidad. El mensaje sirvió tanto para hablar de la inflación, del déficit fiscal, de la caída del empleo o del valor del dólar.

Sobre el tema más reciente que era el nuevo registro del Índice de Precios del Consumo (IPC) que se conoció el lunes (7,07%) y marcó que la inflación salió del rango meta del BCU —entre 3% y 7%— tras 11 meses, Bergara expresó que "es bienvenida la preocupación" y "el dramatismo" que se genera por esto tras "más de medio siglo de IPC de dos y tres dígitos".

Al hablar en un desayuno organizado por la Cámara Oficial Española de Comercio, Industria y Navegación, señaló que se trabajará en corregir la aceleración del IPC "desde la serenidad, porque tenemos una estabilidad de precios", y aclaró que ningún agente económico "cambia sus decisiones porque la inflación pase de 6% a 7%".

En la edición de ayer, El País dio cuenta de la visión de analistas privados que marcaban un dilema que enfrenta el gobierno, ya que aplicar un endurecimiento de la política monetaria (como indica el manual frente a una suba de precios) presionaría a la baja el dólar, lo que agravaría la situación de competitividad que ha generado diversas críticas del sector empresarial. A esto, Bergara respondió que "en ningún momento dejamos de lado los múltiples objetivos (macroeconómicos), no tenemos el enfoque de sacrificar uno para priorizar otro".

Además, sostuvo que la inflación no está asociada al precio del dólar y "son temas que van por carriles diferentes", contradiciendo a los datos, ya que la reducción del IPC en 2017 se debió en buena medida al debilitamiento de la divisa estadounidense en el mercado local lo que se reflejó en los precios de los bienes transables (aquellos que se comercian con el exterior).

Luego de estos planteos, el economista Javier De Haedo —que integró el directorio del BCU y presidió la OPP durante la presidencia de Luis Alberto Lacalle— escribió en Twitter: "Política de objetivos múltiples (el nuevo nombre de los platitos chinos) quiere decir que tienen más objetivos que instrumentos, lo que queda cada día más claro".

La aceleración de los precios se produce en momentos que se aproxima un nuevo Consejo de Salarios, donde negociarán más de 200 sectores privados y también deberán hacerlo los trabajadores públicos —es la mayor ronda salarial de la historia—. El gobierno debe definir los lineamientos que presentará en esa instancia, y ante los reclamos del Pit-Cnt de aumentos por encima de la inflación, Bergara insistió con pautas de ajuste nominal.

"En la ronda anterior recuerdo que se criticaron las pautas porque se decía que con la nominalización de la negociación salarial y una inflación de 10% (guarismo en que estaba hace un año) no había forma que el salario real creciera. La vida demostró que eso no fue así y la ronda fue exitosa, porque el salario nominal creció. Creo entonces que ese proceso ha legitimado una forma de negociación en base a acuerdos nominales y no volver a elementos de indexación", manifestó.

Sobre el tema, agregó que comenzar a negociar con unas expectativas de inflación que se ubican en torno al 7% "es una buena noticia" y anticipa una negociación "mejor" entre empresarios y trabajadores.

Déficit y empleo.

"La economía uruguaya sigue evolucionando saludablemente, aunque con desafíos. Siempre hemos planteado un tono optimista de cómo va la economía, pero no dejamos de reconocer que hay cosas para corregir", expresó el presidente del BCU. Confirmó que la previsión oficial es que se mantenga una tasa de crecimiento de "entre 3% y 3,5%" este año, lo que consideró "positivo" en el "contexto regional y global" que se vive.

Igualmente, aclaró que este es un diagnostico "macro" y reconoció que "no a todo el mundo le va igual y hay sectores en problemas" que deben ser analizados a la interna de cada sector —"hay que separar la paja del trigo", dijo en referencia a los reclamos de empresarios—. Bergara analizó que si hubiera "problemas serios de competitividad" como sostienen los agentes privados, las exportaciones "no deberían crecer de forma sistemática" como lo hacen desde el año pasado ni tener un superávit de cuenta corriente.

"Esto no quiere decir que todo está maravilloso, pero en Uruguay los problemas (de las empresas) están más asociados a la rentabilidad de los sectores que a la capacidad competitiva a nivel regional y global", dijo.

Acerca de la situación del déficit fiscal —que trepó a 3,6% del PIB en los 12 meses a enero—, el jerarca sostuvo que "es un guarismo manejable" y la realidad del sector público aún es "manejable". Aunque reconoció que "es un factor de preocupación", también lo matizó señalando que creció "en todas las economías emergentes" y en Brasil está cercano al 10% y en Argentina al 8% del PIB.

Bergara insistió que "la estructura del gasto público tiene mucha rigidez" por lo que se le dificulta al gobierno disminuir sus egresos. "Es sencillo decir hay que bajar el gasto pero no puedo pagar menos jubilaciones", indicó.

En referencia al mercado de trabajo, el presidente del BCU manifestó que "no hay una mejora en los niveles de empleo", lo que atribuyó a que "en general es una variable que llega tarde" a los procesos económicos. "Opera con rezago y hay que tener paciencia" para que se alinee con la mejora de la actividad. Pero además, puntualizó que "la dinámica tecnológica y los procesos de automatización del empleo" pueden incidir.

El uso de tarifas y el caso de UTE

Ante una pregunta del público tras su disertación, Bergara admitió que "las empresas públicas son parte de la estrategia general de política macroeconómica" y los ajustes tarifarios se definen teniendo en cuenta esos objetivos, pero remarcó que esto se cumple "tanto en una dirección como en la otra". Al respecto, mencionó un "contraejemplo" a lo ocurrido a fines de 2017 (cuando UTE pretendía en base a sus costos una baja de tarifas, frente al aumento definido por el gobierno): "Hubo dos sequías enormes en 2011 y 2012 y hubo que prender la central térmica que es ineficiente y costosa. Ahí el fisco compensó a UTE para evitar que esos costos se trasladaran a la tarifa y aumentará un 80%". También subrayó que la contribución que se exige a estas empresas "no es desmedida ni por encima de lo que cualquier accionista privado pide".

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