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¿Van a cambiar la edad de jubilación, aportes, las cajas paraestatales? El presidente de la comisión de reforma responde

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Rodolfo Saldain, presidente de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS). Foto: Leonardo Mainé
Conferencia de Rodolfo Saldain y Ernesto Murro tras la segunda reunion de la Comision de Expertos en Seguridad Social (CESS), en la sede del BCU en Montevideo, ND 20201110, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

ENTREVISTA

La comisión que elabora un diagnóstico y luego hará las propuestas de reforma jubilatoria está cerca de culminar la primera etapa.

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En 10 días, la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) debe presentar el diagnóstico sobre el sistema jubilatorio uruguayo. Luego tendrá 90 días más para presentar una propuesta de reforma del sistema. ¿Qué va a pasar con la edad mínima para jubilarse? ¿Se reformará la Caja Militar? ¿Y el resto de las cajas? ¿Habrá que aumentar aportes o impuestos?Sobre esto y más respondió el presidente de la CEES, Rodolfo Saldain en entrevista con El País, de la que se publica un resumen.

¿En qué está el proceso de diagnóstico de la CESS?

En este momento estamos trabajando en sesiones plenarias con el resultado de cinco sub-comisiones que se hicieron para analizar diferentes bloques temáticos. A partir de allí vamos a entrar en una etapa definitoria. Va a haber un documento unos días antes (del 20 de marzo, fecha límite para presentarlo), pero es natural que sea necesario para varios de los integrantes de la comisión procesarlo con sus referentes, así que vamos a estar terminando sobre la fecha.

El reglamento de la comisión establece que las resoluciones tiendan a ser por consenso y en una segunda instancia por mayoría simple. ¿Confía en que puede haber consenso en el diagnóstico de la seguridad social?

Estamos trabajando para lograr los mayores acuerdos posibles. Me parece prematuro decir si vamos a lograr un consenso o no. Es cierto que a medida que conversamos y vamos ablandando los temas, las diferencias van siendo menores. Pero, todavía nos queda camino por andar.

El integrante de la CESS por el FA, Ernesto Murro dijo al semanario Búsqueda que hay más discrepancias que acuerdos, ¿qué dice al respecto?

Estamos trabajando para tratar que haya más acuerdos que discrepancias y todos, el expresidente del BPS Murro también, estamos trabajando en ese sentido. Los 15 miembros estamos con un espíritu positivo y en un clima de trabajo adecuado y razonable.

También Murro se preguntaba si el gobierno “está dispuesto a afectar la coalición para hacer la reforma que hay que hacer en la Caja Militar”, ¿qué responde a esa pregunta?

Esa pregunta no estoy en condiciones de contestarla, no sé si la coalición se verá afectada o no se verá afectada. Estamos en una etapa de trabajo técnico y ese punto es esencialmente político y está por fuera de nuestro mandato.

¿Pero hay intención de promover la reforma que debería hacerse en la Caja Militar que tiene un déficit cercano a los US$ 500 millones al año?
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Tenemos un mandato legal de hacer un análisis integral y de acuerdo a lo que se ha definido en el Poder Ejecutivo, la reforma será integral. Por tanto habrá aspectos vinculados a la regulación de todos los organismos, también el servicio de retiros militar.

Uno de los cuestionamientos que hace el FA sobre los borradores de diagnóstico, es que se apunta mucho a la sostenibilidad financiera y se dejan afuera otros aspectos. ¿Cómo lo ve eso?

Los borradores de diagnóstico analizan la situación del sistema previsional uruguayo en su conjunto. ¿Qué dicen? Que hay una necesidad integral de hacer una reforma, por razones financieras, por razones de amenazas a mantener la cobertura (cambios en el mercado de trabajo, etc.). Nuestro foco está puesto en hacer un sistema que sea lo más justo e inclusivo que se pueda. Una de las características que tiene que tener un sistema justo, sobre todo entre generaciones, es que tiene que ser sostenible, tiene que estar adaptado a los tiempos actuales y a los que vendrán que están marcados en gran medida por la dinámica demográfica del país. Un sistema previsional justo, equitativo, tiene que necesariamente contemplar cuál es la carga, la mochila, que está puesta sobre las nuevas generaciones. Esa es una dimensión no económica, no refiere a que cierren las cuentas, si no a un concepto bastante más complejo que es la justicia entre generaciones.

¿Confía en que la reforma podrá atender la situación que se da hoy de que una misma persona con un ingreso similar, por ejemplo un contador, tiene una jubilación diferente según trabaje en forma independiente, para el Ministerio de Defensa o para el Ministerio de Economía?

Del diagnóstico surge, para decirlo de manera gráfica, que cada peso aportado por una persona rinde muy distinto según el régimen que se aplique. Eso obviamente no se adecua a un principio de igualdad, donde la misma contingencia y el mismo esfuerzo contributivo deberían tener la misma consecuencia económica. Vamos a trabajar para tratar de orientar la reforma en un sentido que supere esa característica, es decir no nos parece que sea una característica buena.

Rodolfo Saldain, presidente de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS). Foto: Leonardo Mainé
Rodolfo Saldain, presidente de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS). Foto: Leonardo Mainé

¿Eso implicará tender hacia la eliminación de las diferentes cajas paraestatales?
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No está planteado eso. No está planteado. Primero estamos todavía en una etapa se diagnóstico, no de propuestas. Pero, aún en una etapa de propuestas no se ha planteado una alternativa de esas características.

Lo que sí parece claro, al menos surge de los borradores de diagnóstico, es que hay que elevar la edad mínima de jubilación. ¿La idea es dar incentivos a jubilarse más tarde o ir a un proceso gradual de elevar la edad mínima de jubilación?
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Hemos estado analizando tanto la situación nacional como algunas respuestas que se han dado a nivel de otros países. A nivel nacional tenemos que las personas en promedio de ambos sexos, están aproximadamente unos 25 años en situación de percibir un ingreso de pasividad y ese número de años tiene una tendencia creciente. Esto depende de, obviamente, algunos elementos importantes como el sexo y nivel socioeconómico de las personas. La longevidad es diferencial en virtud de esas dos características y cuando hablamos de nivel socioeconómico uno de los elementos centrales es el nivel educativo. La longevidad y el aumento de la misma no es igualitaria, tiene diferencias y es algo que no podemos ignorar cuando llegue la etapa de propuestas. ¿Qué se deriva de esto? Con 30 años de aportación es muy difícil lograr brindar beneficios adecuados, relativamente suficientes, durante 20, 25 o más años. Es una cuenta muy simple: si durante 30 años se aporta algo menos de la cuarta parte del sueldo, no hay sistema que pueda permitirse dar un beneficio razonable durante 25 años luego de retirado.

¿Y cuáles son las experiencias a nivel internacional?
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Obviamente para los decisores políticos si hubiera soluciones que pudieran lograrse a través de incentivos, es el escenario más conveniente. Sin embargo, en todos los países hay una combinación de incentivos y de ajustes en las edades mínimas (de jubilación). Para el caso uruguayo, la última vez que se ajustó la edad del hombre fue en 1979, es decir hace más de 40 años y la esperanza de vida crece a los 60 años a razón de un mes y medio por cada año que pasa. El número de años que las personas están en situación de retiro hoy es muy superior al que estaban cuando se estableció la edad mínima (de jubilación). Son elementos que tendremos en cuenta al momento de que llegue la etapa de propuestas. Todavía es un poco prematuro, pero del diagnóstico surgen algunos indicios que, siguiendo también la experiencia internacional, orientan a que es necesario incrementar el tiempo de trabajo (en años). Sin olvidar que todavía, y es algo que va a cambiar a futuro, la posibilidad de retener y acceder al empleo para las personas de cierta edad, es un tema bien complicado.

¿Se va a incentivar la natalidad?

¿Se prevé realizar algo, como poner algún incentivo, para fomentar la natalidad que es baja? Porque a futuro van a aumentar las personas pasivas y van a disminuir las personas en actividad.
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En el informe de diagnóstico analizamos ese punto y analizamos el impacto que eso tiene en la trayectoria demográfica del país. No hemos visto todavía si proponer o no algún tipo de política en ese sentido. La experiencia internacional, en general, no permite una conclusión optimista sobre ese tipo de políticas. En general no han tenido mayor éxito. Probablemente el último país que hizo un esfuerzo muy grande en esa materia, fue Singapur y fracasó plenamente. Los aspectos que llevan a una mayor o menor natalidad, están asociados a aspectos culturales, al nuevo rol de la mujer en la sociedad, a una serie de factores que van bastante más allá de políticas pro natalidad.

Está claro que no todos los trabajos son iguales, e incluso la ley reconoce eso con los servicios bonificados (computan más años que los efectivamente trabajados). ¿Es algo a mantener, incluso a ampliar con actividades que no están hoy incluidas, o hay que modificarlo?
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En el proceso de diálogo social muy intenso que mantuvimos con 45 audiencias con diferentes organizaciones sociales, instituciones, una de ellas fue con el Sunca (sindicato de la construcción). El Sunca hizo un planteo que todos los miembros de la comisión, creo, que tenemos la suficiente sensibilidad para percibir la adecuación del mismo. El planteo fue que con las actuales técnicas constructivas, no es posible o es muy difícil que una persona esté subida al andamio después de cierta edad. Es posible encontrar alternativas que contemplen ese tipo de situaciones, aun en un contexto general de ajuste de edades mínimas de acceso.

La situación del fútbol

El fútbol también les hizo un planteo porque tiene su actividad cortada por la biología, ¿ahí también se piensa en algo similar a los servicios bonificados?
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No está pensado, no está planteado eso ni para el fútbol, ni para bailarinas de ballet que también es un ejemplo clásico en la seguridad social uruguaya. Ahí las soluciones tienen que venir por otro lado, tienen que venir por la posibilidad de reinserción laboral de personas, que por ejemplo en el caso de los futbolistas por lo general trabajan por debajo de los 40 años y no se puede pensar en una situación de retiro en esas edades. Durante el período en que se desarrolla la práctica profesional de un deporte hay que buscar una formación que permita una reinserción laboral de otras características.

El BPS además de la asistencia del Estado recibe la recaudación equivalente a 7 puntos de IVA y parte del IASS, ¿es un camino a explorar el de contar con tributos para financiar los jubilaciones o por el contrario hay que intentar reducir su aporte?

La Constitución de la República establece que aparte de los aportes obreros y patronales haya asistencia financiera y hay determinados diseños del sistema que requieren un financiamiento vía fiscal, en particular todo lo que son las prestaciones no contributivas, aquellas por las cuales no se aporta, que están destinadas a cubrir situaciones de vejez, de carencia de recursos u otras que son lo que llamamos “el pilar cero” de cobertura que tiende a dar un piso general de beneficios mínimos. Eso debe ser financiado por vía fiscal. Diferente es, y allí conversaremos mucho llegado el momento de las propuestas, si las transferencias fiscales -impuestos, asistencia financiera- deben financiar beneficios que están asociados a los ingresos o a los salarios previos. Está claro que para brindar un beneficio mínimo a la vejez, hay un rol para esos recursos, pero no está tan claro que lo tenga que haber para beneficios que son sustitutivos de ingresos previos. Merece mucha conversación que ingresos de sectores medios y altos de la sociedad reciban transferencias de base fiscal, que hace que sea buena parte de la población la que pague esos tributos. Esa es una discusión pendiente.

Foto: Pixabay
Foto: Pixabay

¿En el diagnóstico aparece la necesidad de buscar nuevas fuentes de financiamiento?
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No aparece el requerimiento de nuevas fuentes de financiamiento.

Los borradores de diagnóstico mencionan que los aportes personales y patronales ya son altos, por esa vía no van a sugerir que haya cambios en la materia.

No está pensado sugerir incrementos de tributación sobre salarios. Entre otras cosas, en momentos de dificultades importantes de empleo, no parecería oportuno un incremento del costo de contratar mano de obra.

Lo opuesto, es decir bajar los aportes, ¿tampoco es viable?
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No lo estamos viendo como posible en un contexto económico como el actual y como el previsible en los próximos años. Es algo que habrá que irlo monitoreando en todo caso en función de la evolución de la economía.

Una crítica que recibió fue de parte de la Caja Profesional porque usted dijo que parte de sus prestaciones se financiaban con aportes que pagamos todos a través de los timbres. Ellos dicen que no es así, porque no es algo que paga toda la sociedad y que se asocia a un aporte patronal, y que muy esporádicamente una persona recurre a un profesional. ¿Cómo evalúa esa crítica?
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Es parte del diálogo. Ese tipo de ingresos, los indirectos, en el caso de la Caja de Profesionales están regulados por el artículo 71 de su ley orgánica, son aproximadamente 30% de los ingresos de la caja, no es despreciable. Sin ese tipo de ingresos, la caja estaría bastante más amenazada que los problemas que puede llegar a tener hoy. Nadie está planteando la pertinencia de suprimir esos ingresos por el efecto que tendría en la caja. Sin embargo, creo que vale la pena dar la discusión sobre la pertinencia de ese tipo de tributos. Históricamente se sostenía que era una especie de sustitutivo de un aporte patronal en la medida que se trata de una modalidad de trabajo no dependiente. Sin embargo, hay que tener presente que los profesionales aportamos a la Caja Profesional un 16,5% y un plomero, un electricista que tiene su empresa unipersonal tiene que aportar la tasa de aporte personal y patronal, 15% más 7,5%. Es una discusión de larga data. En el momento que se aprobaron esos tributos, hubo por los menos dos legisladores que se opusieron a esa tributación: los entonces diputados Dardo Ortíz (Partido Nacional) y Enrique Erro (FA). El argumento de los dos, a la postre muy distanciados políticamente, era que la sociedad colabora fuertemente en el financiamiento de la carrera del profesional universitario y después “¿además hay que colaborar en el financiamiento de su retiro?”. La sociedad paga, podrá ser esporádico su uso, pero tienen un peso importante cuando se recurre a servicios de salud y la tributación de estos timbres en materia de salud es muy importante. Son discusiones que la sociedad debe dar, porque a veces son financiamientos que están un poco perdidos y quedan fuera del radar. Vale la pena discutir y pensar si son financiamientos pertinentes.

En cuanto a las AFAP, ¿el diagnóstico es que no requeriría tantas modificaciones como en el resto del sistema?
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Ahí distinguimos dos etapas, la etapa de acumulación o ahorro que está a cargo de las AFAP y la etapa de desacumulación o desahorro que es el acceso a los beneficios, que es la etapa que ahora está empezando a ser más relevante y que está exclusivamente a cargo del Banco de Seguros del Estado (BSE). En la primera etapa, pensamos que hay oportunidades de mejora. El sistema ha tenido desempeños muy buenos en su estructura institucional, con eso me refiero a la figura del fideicomiso de administración que ha permitido dar total seguridad sobre la integridad de los fondos que aportan los uruguayos. En cuanto al objetivo central que es lograr una buena rentabilidad para los afiliados, el desempeño ha sido, por lo menos en mi opinión y también lo indican los números, satisfactorio. La media de rentabilidad histórica está 8 puntos por encima de la inflación, es una rentabilidad muy buena, si bien en los últimos años esa rentabilidad ha tenido un comportamiento algo inferior a eso, en un promedio de 5 puntos por encima, por la caída de las tasas de interés a nivel internacional. Hay algún punto que se demoró mucho en regular y luego que se reguló ha tenido una caída importante, que es el costo de comisiones por administración. Hoy está en niveles muy inferiores a los históricos. Puede que todavía haya algún espacio de mejora por allí. Otro aspecto es el seguro de invalidez y muerte en actividad, que lo da el BSE, las aseguradoras privadas se retiraron del mercado, pero la prima de este seguro ha tenido un crecimiento explosivo en los últimos años: de ser inferior a la comisión de las AFAP, hoy es cuatro veces superior. Ese es un tema que estamos mirando con mucha atención. También los desafíos de la etapa de desacumulación, de renta vitalicia, pensamos que allí hay un espacio para mejorar el diseño y trabajar en otro tipo de alternativas.

¿Cómo cuales?
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A nivel internacional hay algunas opciones que son diferentes de la renta vitalicia inmediata. Estos son temas que todavía la comisión no ha trabajado en forma específica, porque van a ser parte de la etapa de propuesta. Pero, por ejemplo, las pensiones premium que administra la agencia sueca de pensiones, a la que una parte de los aportes se destinan a ese régimen de capitalización individual, el beneficio no es bajo el formato de renta vitalicita si no que es bajo un formato de fondo mutuo que se va liquidando todos los años en función de quienes permanecen en el sistema. Es una modalidad bastante menos costosa de administrar el riesgo de longevidad. Hay otras opciones que se están analizando, como retiros parciales, seguros de longevidad y algunos otros. Pero es prematuro profundizar en eso en este momento.

Uno de los aspectos que está en los borradores de diagnóstico es el problema que general el ajuste de las pasividades por el Índice Medio de Salarios Nominales porque el BSE tiene pocos instrumentos para invertir que calcen con esa evolución y por ello las aseguradoras privadas se retiraron. ¿El diagnóstico va a decir algo respecto a sugerir cambios en ello, teniendo en cuenta que se necesitaría una reforma constitucional?

No está previsto sugerir cambios y la norma constitucional se cumplirá en la forma que se ha hecho hasta el momento sin duda. Eso no quiere decir que el informe no identifique los problemas que genere ese procedimiento. Son problemas para el BSE, para varias de las cajas paraestatales donde sus ingresos no necesariamente ajustan de esa manera, por ejemplo Caja Notarial y problemas de otro tipo. Pero, no está previsto sugerir siquiera la posibilidad de un cambio constitucional.

¿Pero sería mejor que las pasividades ajustaran por inflación en vez de por salarios?
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En muchos países ajustan por inflación, en otros ajustan en función de criterios que toman la evolución de la masa salarial, no es el caso nuestro que es por un índice. En la experiencia internacional hay diversos modelos. De momento, lo único que corresponde es en todo caso, evidenciar los efectos que tiene el modelo vigente en Uruguay.

La percepción vs. la realidad en jubilaciones

Es todo un desafío, la percepción a nivel de opinión pública es opuesta a la evidencia de los estudios. El estudio que hacías referencia, que fue hecho por el Cinve, que coincide con otros similares hechos por el BPS muestran que el aporte personal y patronal está por debajo de lo que es el beneficio que se recibe en términos actuariales y con diferente graduación según el régimen. Hay un desafío muy grande de ajuste entre lo que es la evidencia empírica y la opinión pública y de momento es solo uno de los desafíos que tenemos por delante. Es un tema de información, habrá que conversar mucho, pero no va a ser fácil superar esa situación. Probablemente estemos en algo parecido a cuando negociamos un inmueble. Si lo vendemos, lo que nos dan nos parece poco, si lo vamos a comprar, nos parece mucho. Es un tema más bien de economía del comportamiento.

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