En 1929, a iniciativa de las empresas de navegación de Brasil, Uruguay dictó un decreto fomentando y eliminando los derechos consulares existentes en aquel momento a las mercaderías provenientes de Brasil que llegaran al Puerto de Montevideo para hacer tránsito al sur del Brasil.

En ese momento no existía el sistema de barcos “feeder”, sino que bajaban las mercaderías del noreste brasilero al puerto de Montevideo por buque y retornaban a ciudades del sur de Brasil por ferrocarril. Lo mismo las cargas que venían desde el Mato Grosso por la hidrovía: se descargaban aquí y salían al Brasil por ferrocarril, y otras veces por barco cuando lo había.

Eso se basaba en un decreto de 1929 y en los convenios ferroviarios entre Uruguay y Brasil de 1913 y 1914 ratificados posteriormente. Estas interesantes informaciones nos fueron suministradas en su momento por el Dr. Ariosto J. González, recordado experto, que tanta influencia tuviera en nuestra plaza durante varias décadas, y que fue también un fuerte impulsor de la Hidrovía Paraná-Paraguay.

De sus inteligentes exposiciones en distintas ciudades de la región fuimos testigos. Por el puerto de Montevideo salía toda la lana y las carnes brasileñas que venían de Río Grande por ferrocarril hasta el mismo puerto, e incluso la carne entraba al depósito frigorífico del Armour y la lana iba al depósito Santos, todo en tránsito con destino a Europa y los Estados Unidos.

Años más tarde Ariosto J.González nos reveló el origen de la franquicia Puerto Libre y su idea de proponerla en el Uruguay. “La propuse al gobierno en 1989 como técnico, la que fue bien acogida.

Pero no fue ningún invento. Había leyes de Puerto Libre en México; los puertos de Nueva Palmira y Colonia eran puertos francos por ley de 1949, y Hamburgo era puerto franco por un acuerdo internacional con la Ciudad Libre Hanseática de Hamburgo de 1881, ya que solo entraba a integrar Alemania si le daban el estatuto de Puerto Libre”.

MARÍTIMAS