El fútbol chino no brilla a nivel mundial, pero las grandes empresas del país tienen un peso creciente en la FIFA, a través de contratos de patrocinio, en un contexto en el que el gigante asiático aspira a organizar el Mundial de 2030.
En un año, la FIFA ha empezado a colaborar con tres patrocinadores chinos: Wanda (centros comerciales y cines), propiedad de Wang Jianlin, segunda fortuna del país; Hisense (N°3 mundial en venta de televisores) y el último en llegar, Vivo (teléfonos móviles).
Alibaba, líder mundial del comercio en línea, es patrocinador del Mundial de Clubes desde 2015, que también depende de la FIFA.
Las grandes firmas del gigante asiático llegan después de la salida de varias marcas (Sony, Emirates, Castrol, Continental, Johnson & Johnson) por la gran crisis que sacude a la FIFA en los últimos años debido a los escándalos de corrupción de la 'era Blatter'.
"Vivo se sintió muy bien recibido por la FIFA, es por eso que la negociación concluyó muy rápido", explicó a la AFP Mark Gao, director general de Momentum Sports, intermediario del acuerdo.
"Estoy convencido de que la llegada de estos patrocinadores chinos va a promover y acelerar una candidatura y la organización por parte de China de una Copa del Mundo", añadió.
Cuando Wanda se convirtió en patrocinador de la FIFA en 2016, su dueño Wang Jianlin, con mucha influencia en el gobierno, declaró que el acuerdo "aumentaba las oportunidades" de acoger el Mundial.
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