Guerra comercial
El agravamiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China deja a la potencia asiática ante el dilema de cómo responder a esto a la vez que intenta mantener un crecimiento económico sostenido.
El anuncio estadounidense de que aplicará nuevos aranceles del 10% a importaciones procedentes de China que totalizan US$ 200.000 millones abre nuevos interrogantes sobre las consecuencias internacionales de este duelo de gigantes.
China ha anunciado que responderá con las medidas que considere necesarias, aunque sin detallarlas, y en su posible arsenal figuran nuevos aranceles, presión a las empresas estadounidenses que operan aquí o una mayor devaluación del yuan.
Pero Pekín también debe cuida que todo ello no frene su crecimiento económico y los analistas avanzan ya posibles medidas a nivel fiscal o monetario para evitar una ralentización. Los aranceles estadounidenses podrían tener un impacto en el crecimiento del PIB chino de entre 0,4% y 0,5%.
La opción primera para China sería aplicar aranceles contra las importaciones estadounidenses, como ya hizo a inicios del mes con medidas recíprocas valoradas en US$ 34.000 millones.
Pero como China importa mucho menos de EE.UU. que al revés, si Pekín opta por esa opción y quiere alcanzar el valor de 200.000 millones tendría que optar por aranceles "asimétricos" (por ejemplo, del 40% para importaciones por 50.000 millones), explicó HSBC en un análisis de la situación.
Otra posibilidad es que opte por medidas no arancelarias, como presiones, obstáculos o problemas burocráticos a la actividad de las empresas estadounidenses en territorio chino, además de restringir el flujo de turistas con dirección a EE.UU.
Esta opción, la más probable para Capital Economics según explica en una nota a clientes, es la que China ha usado con éxito en otras disputas políticas (contra Japón en 2012 y contra Corea del Sur en 2017), ya que causa importantes perturbaciones económicas.
Una escalada de la tensión "complicaría mucho la vida a las empresas estadounidenses en China", resumen Léon Cornelissen, economista de la consultora Robeco, que aún así vaticina que el gigante asiático será el más perjudicado en general por este conflicto.