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Comercio repuntó en 2017 y mejoran sus expectativas

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Las ventas de vehículos, de la mano de un dólar “barato”, tuvieron un mejor desempeño el año pasado. Foto: Archivo El País

HORIZONTE MÁS DESPEJADO

En solo siete sectores cayeron las ventas; 83% espera un 2018 sin retracción.

Todavía no están las estadísticas oficiales, pero todo hace pensar que el pasado fue un año mejor que su predecesor para el comercio. De hecho, tres cuartas partes de los subsectores que relevó un trabajo de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS) tuvieron en 2017 un crecimiento real en sus ventas en comparación con 2016. Así, de los 28 subsectores estudiados por la gremial, siete experimentaron una caída, número que un año antes había llegado a 20.

Con esto como telón de fondo, el informe divulgado ayer por la CNCS marca que "el escenario durante 2017 se presentó más favorable, y al mismo tiempo se detecta un grado mayor de perspectivas positivas para el presente año por parte de los empresarios en base a la consulta realizada". En concreto, el 83% de los consultados en la Encuesta de Actividad Comercio y Servicios del cuarto trimestre del año pasado espera un comportamiento "regular" (46%) o "bueno" (37%), y solo un 17% lo describió como "malo" o "muy malo".

¿Qué está detrás de este repunte de la actividad? La gremial enumera varios ingredientes: el aumento del poder adquisitivo de los hogares, la moderación de la inflación (culminó en 6,55% en los 12 meses a diciembre, el registro más bajo en ocho años), el acceso al crédito al consumo, la "estabilidad" del dólar (que abarata los productos que llegan desde el exterior) y también "la relación de precios con los países vecinos que ha mantenido cierta paridad".

Sin embargo, la CNCS también puntualiza que durante el año "el proceso de recuperación en términos de crecimiento real de ventas en la mayoría de los casos ha sido lento y gradual, coexistiendo incluso sectores que alcanzaron un crecimiento destacado (…) con otros que continúan en una senda negativa".

Además, se añade, incluso dentro de las ramas cuyas ventas aumentaron en 2017 hubo "diferencias al interior del grupo de empresas consultadas, en algunos casos de cierta magnitud, lo que parece indicar un cierto grado de inestabilidad en el comportamiento a nivel de los subsectores".

Durables.

El informe de la gremial subraya el rol que tuvieron el año pasado los bienes durables importados, en especial autos y motos. Pese a que su crecimiento se "desaceleró" en el último tramo de 2017, "a lo largo del año mostraron un muy buen desempeño". La CNCS recuerda que, según los datos de la Asociación de Concesionarios de Marcas de Automotores (Ascoma), las ventas de autos y camionetas cero kilómetro crecieron 19,5% en el año en términos interanuales y 6,6% en el cuarto trimestre.

El papel de estos productos también fue señalado en la última edición del Índice de Confianza del Consumidor (ICC) —elaborado por la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica junto a Equipos Consultores—, que marcó que la recuperación de 2,5 puntos en el promedio anual que registró el registro en 2017 fue "liderada" por una mayor predisposición a la compra de bienes durables.

La economista Silvia Vázquez, investigadora del Departamento de Economía de la Universidad Católica, dijo a El País que la predisposición a la compra de este tipo de productos ya acumula seis trimestres al alza, desde la segunda mitad de 2016 (aunque precisó que esta suba se da cada vez a un ritmo más lento).

Si se mira qué pasó en los hechos, en el segundo trimestre de 2017 el consumo empezó a crecer por encima del Producto Interno Bruto (PIB), añadió. "El consumo vuelve a ser motor del PIB desde el lado de la demanda", resumió.

Para Vázquez, los durables fueron los bienes "ganadores" dentro de la canasta de consumo de los uruguayos en 2017, fruto de un dólar planchado, una inflación en retirada durante buena parte del año y un aumento del salario real. La apreciación del peso frente a la divisa estadounidense hizo que los bolsillos uruguayos se volvieran más "ricos en dólares", lo que fomenta la compra de este tipo de productos, nominados en la divisa extranjera.

Pero también está el otro lado de la moneda. Vázquez señaló que existe "cierta vulnerabilidad" en relación a la "sostenibilidad" de este tipo de consumo, porque está "todo muy atado a un dólar barato", que además depende de variables que Uruguay no define (más allá del intento del Banco Central para "suavizar" este fenómeno). Por este motivo, hay que tener un ojo puesto en lo que decida la Reserva Federal en Estados Unidos porque será allí donde se decida cuándo subirán las tasas de interés y, como consecuencia, cuándo terminará esta era de dólar bajo a nivel mundial.

Por otro lado, Vázquez también comentó que en 2017 el indicador que más empeoró fue el que sondea las expectativas económicas a tres años. Esto, dijo, está vinculado al deterioro del mercado de trabajo. Los sectores que empujan el crecimiento de la actividad —el último dato, del tercer trimestre de 2017, da cuenta de un aumento de 2,2% interanual— no son intensivos en mano de obra y los que sí lo son no se expanden. Este problema, a su vez, se desprende de la falta de competitividad que aqueja a algunos sectores, cuya suerte, a su vez, está atada en parte a la trayectoria del dólar.

Así, mientras el tipo de cambio actual incentiva el consumo de bienes como autos, también es un desafío para la competitividad. Además, añadió Vázquez, la inversión, que sería un "antídoto" frente a un dólar barato, tampoco goza de buena salud. Por esto, la economista describió el escenario actual como una "conflicto entre el corto y el largo plazo".

Los desempeños por sectores.

Además del desempeño que tuvieron durante el año pasado los bienes durables, el informe de la CNCS también indica que hubo una "recuperación" a nivel de alojamientos, "al impulso de una mayor llegada de turistas durante el pasado año". Pese a esto, agrega, hay "diferencias a nivel de los informantes consultados, dejando en evidencia que el sector en su conjunto aún presenta dificultades para consolidar un mejor escenario en sus niveles de actividad".

También se registró un "crecimiento moderado" en ferreterías y otras casas del ramo, consecuencia de "un mayor gasto de los hogares" para reparar y mantener las viviendas.

En las grandes superficies también se detectó un "crecimiento moderado", mientras que las ventas en las barracas "aún continúan exhibiendo un resultado negativo debido al escaso dinamismo" del sector de la construcción.

A nivel del sector vestimenta, en tanto, hubo una caída, mientras que en el calzado se registró un aumento.

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