En julio, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) no logró salir de la zona de moderado pesimismo y, de hecho, se hundió aún más. Este mes disminuyó 1,8 puntos respecto a junio al situarse en 45,6.
Igual, se mantuvo en zona de “moderado pesimismo”.
Pese a las buenas noticias en la economía.
El consumo privado y la inversión privada son determinantes sumamente importantes de la demanda agregada. Ésta es, a su vez, la fuerza que determina el comportamiento de la producción de bienes y de servicios y de las importaciones de bienes y de servicios.
Descendió 6,7% en el mes frente al registro de febrero.
Recuperación de segunda mitad del año no alcanzó para revertir situación.
Desde la perspectiva de la demanda, el incremento del PIB de 2% en el tercer trimestre del año responde al aumento del consumo de 0,8% (lo que explica 0,7 puntos de los 2 de crecimiento). Dentro de este, el gasto de empresas y hogares creció 0,7% y el del gobierno 1,5%.