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Consumo, que es motor del crecimiento, está "en jaque"

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Foto: Hijo de Carmen Fernández

LA LOCOMOTORA PIERDE VELOCIDAD

El aumento del dólar y el deterioro del mercado laboral le ponen presión.

Imagine a la economía uruguaya como un avión bimotor. Por el lado de la demanda, en 2017 hubo dos elementos que la mantuvieron en el aire: el desempeño de las exportaciones de bienes y servicios y el del consumo privado.

Cuando en marzo se conoció cómo le había ido a la actividad el año pasado, se supo que las colocaciones nacionales en el exterior habían crecido 7,6% en 2017 frente al año previo, mientras que el consumo lo había hecho a una tasa de 4,4%.

En el caso de este último, la expansión de 2017 se produjo después de una contracción en 2015 y de un aumento magro en 2016 (0,1%).

¿Qué llevó a que los hogares uruguayos abrieran más sus billeteras durante 2017? Hubo dos grandes factores que explicaron este comportamiento. Por un lado, el dólar se mantuvo "planchado" —con algunas excepciones, osciló entre los $ 28 y los $ 29—. Por otro, el incremento de los salarios reales fue de 1,3% en el año —ayudado por una inflación contenida, que terminó 2017 en 6,55%— lo que implicó una mejora en el poder de compra de los trabajadores.

Pero este escenario, que el año pasado abonó el terreno para que el consumo floreciera, ahora parece estar en vías de extinción.

La moneda estadounidense muestra una tendencia al alza desde hace tres semanas (en la que termina aumentó 3,71% frente al viernes previo). Además, se descuenta que, con un mercado de trabajo golpeado, de la próxima ronda de negociación colectiva no surgirán salarios que crezcan tanto como los acordados en la anterior instancia de este tipo (ver aparte).

Confianza.

Un "termómetro" que permite medir cómo están los uruguayos en este campo es el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora la Cátedra SURA de Confianza Económica, integrada por Equipos Consultores y la Universidad Católica. Uno de los tres subíndices que componen el ICC, la predisposición a la compra de bienes durables, tuvo una caída de 6,9% en el relevamiento de marzo frente al mes previo.

Alejandro Cavallo, economista de Equipos Consultores, dijo a El País que pese a que en el último semestre la confianza del consumidor ha estado "estable", se ha registrado una "caída de cierta importancia en los indicadores de expectativas", sobre todo en relación a la evaluación que hacen las personas sobre la situación del país.

A su vez, el experto añadió que "es probable que los acontecimientos de las últimas semanas afecten a la baja tanto a los indicadores de expectativas, ya en retroceso, como a los que evalúan la situación actual".

Además, el valor del dólar hoy (superior a los $ 30) hace prever una "desaceleración en la venta" de bienes durables, adelantó Cavallo. Esto se espera porque "las personas tienen peores expectativas, estamos en un entorno más incierto y se espera una desaceleración de los salarios reales, lo que, sumado a mayores niveles esperados de tipo de cambio, deja abierta la posibilidad de una caída de los ingresos en dólares para lo que queda del año", complementó.

El año pasado las importaciones en Uruguay sumaron US$ 7.395 millones, un aumento de 1,4% en términos interanuales, de acuerdo a Uruguay XXI. La principal compra del país fueron automóviles, seguida por vestimenta y calzado.

Si se dejan a un lado los bienes durables y se analiza qué podría pasar con otro tipo de productos —como los de supermercado o vestimenta—, Cavallo planteó que su demanda podría continuar "mostrando variaciones leves", lo que la dejaría "relativamente estancada". A pesar de que el consumo de estos bienes está menos ligado a la trayectoria del dólar, tampoco es "ajeno al aumento de la incertidumbre" de los últimos días ni al "deterioro" que se proyecta para las expectativas, agregó el economista.

No obstante, las familias "buscan estrategias alternativas" por si el contexto se vuelve más desafiante, como "sustituir el consumo de productos de marca" o volverse más "proclives a promociones o descuentos", ejemplificó Cavallo.

De hecho, estas prácticas han crecido según las mediciones de Equipos Consultores. Su último Monitor Demanda Retail concluyó que "la atención de los consumidores (más atento o mucho más atento que un año atrás) a promociones, descuentos y ofertas en productos de supermercados, hipermercados, almacenes, autoservicios y otros similares aumentó en marzo y llegó al 51% de los encuestados, uno de los mayores guarismos de la serie".

Casi 26.000 puestos menos en trimestre

El planteo ya dejó de ser novedoso: la economía uruguaya no para de crecer —el año pasado acumuló el decimoquinto año consecutivo de expansión—, pero no logra generar puestos de trabajo. De hecho, los destruye. A la hora de encontrar una explicación a este fenómeno, se menciona que los sectores de actividad que más han crecido no demandan tanta mano de obra, que la automatización también ha jugado su papel, y que, en un escenario de suba del salario real, muchas empresas han decidido ajustarse el cinturón con un recorte del empleo.

Los datos más recientes, divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) esta semana, muestran más de lo mismo.

En el primer trimestre del año se perdieron 25.845 puestos de trabajo en comparación con el trimestre previo (son 9.242 si se lo enfrenta a enero-marzo de 2017). Esto ocurrió porque la tasa de empleo se ubicó en promedio en 57,1% de la Población en Edad de Trabajar (PET), la menor en 10 años (en el primer trimestre de 2008 había sido 56,7% de la PET).

Con esta información recién divulgada, el ministro de Economía, Danilo Astori, se refirió a ella. "Es una de nuestras principales preocupaciones y vamos a seguir trabajando intensamente para intentar que aumente el empleo y caiga la desocupación. Hay un solo camino genuino para lograr eso, que es la inversión, y la estamos estimulando con medidas nuevas y muy potentes", manifestó el jerarca.

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