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COVID-19 en Uruguay: inmunidad de rebaño y “apertura total” de economía hacia tercer trimestre

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Copom: la reunión entre directorio (los tres de más arriba) y los técnicos del BCU se desarrolló en forma virtual. Foto: Captura

PREVISIÓN

El gobierno cree que hacia el tercer trimestre del año, se alcanzaría la inmunidad de rebaño contra el COVID-19; el Banco Central prevé que ahí se de una “apertura total” de la economía.

El martes el presidente de la República, Luis Lacalle Pou dio a conocer una serie de medidas para reducir la movilidad de las personas y de esa forma moderar la ola de contagios del COVID-19. Esas medidas impactan en algunos sectores económicos (Enseñanza que dejó de ser presencial, algunos Comercios que deben reducir horas de atención y algunos Servicios que debieron cerrar sus puertas como gimnasios y clubes).

Adicionalmente, el miércoles se conoció que la economía uruguaya cayó 5,9% en 2020 a causa del paráte de la economía en el segundo trimestre para contener el COVID-19, si bien desde entonces la actividad viene recuperándose.

Con estos dos hechos sobre la mesa, ayer se conoció el primer análisis oficial al respecto, al reunirse el Comité de Política Monetaria (Copom, que conforman técnicos y el directorio) del Banco Central (BCU).

¿Qué evaluación hizo este comité sobre la situación económica, las medidas para contener el COVID-19 y el avance de la vacunación contra este virus?

Uruguay “continúa superando los efectos económicos derivados de la situación sanitaria, particularmente el empleo sigue recuperándose, aunque a un ritmo lento”, señaló el comunicado del Copom tras la reunión (que fue virtual, a través de la plataforma para teleconferencias Zoom).

“En el corto plazo se espera que la aplicación de nuevas medidas y la colaboración de la población sean efectivas para contener la curva de contagios”, evaluaron los técnicos y el directorio del BCU.

“El gobierno ha manifestado que espera alcanzar inmunidad de rebaño (contra el COVID-19) hacia el tercer trimestre, lo que permitiría una apertura total de la economía y se podría esperar el comienzo de una recuperación más vigorosa que permita aprovechar las mejores perspectivas globales”, aseguró el Copom.

Para apuntalar la economía, el comité entendió “necesario mantener la instancia expansiva de la política monetaria de forma de evitar toda restricción de liquidez” y propuso “al directorio ratificar la tasa de política monetaria de 4,5%”, indicó el comunicado.

Así, “la instancia de política monetaria” permite “seguir contribuyendo a la situación económica ante la pandemia generada por el COVID-19”, añadió.

El BCU confirmó que la recuperación de la actividad económica se ralentizó durante el cuarto trimestre del año. Foto: Archivo El País
Banco Central del Uruguay. Foto: Archivo El País

La tasa de política monetaria es como “el precio del dinero” y sirve de guía para las restantes tasas de interés que se manejan en la economía, por ejemplo la de los créditos en pesos. Una política expansiva busca asegurar que el crédito fluya a empresas y personas, de forma de apuntalar la actividad mediante la producción, el consumo, la inversión y las exportaciones.

De hecho, “la tasa de colocaciones a un día (que se cobran los bancos por préstamos entre sí a ese plazo) se mantiene en el entorno del 4,5% anual anunciado como valor de referencia de la tasa de política monetaria, en un mercado de dinero que ha estado marcado por una tónica de liquidez desde la rebaja de los encajes (porcentaje de los depósitos que los bancos deben inmovilizar en el BCU y no pueden destinar a dar créditos) en moneda nacional de fin de 2020”, señaló el Copom.

“En este entorno se siguió observando un nuevo descenso de las tasas de interés de los instrumentos de regulación monetaria durante el mes de febrero que tendieron a estabilizarse en el mes de marzo, siendo nuevamente acompañadas por una caída de las tasas de interés activas” (las que cobran los bancos por los créditos a empresas y familias), agregó.

“El directorio del Banco Central convalidó esta recomendación (del Copom) entendiendo además que los cambios futuros de la política monetaria dependerán del desarrollo de la situación sanitaria”, explicó el comunicado.

“Una vez superada esta emergencia (por el COVID-19), se comenzará un proceso gradual de aumento de tasas de interés para asegurar la convergencia de la inflación y las expectativas al objetivo de inflación”, expresó el comunicado.

Allí ya no será tan necesario que la política monetaria apuntale la economía y el BCU puede subir las tasas para moderar el alza de los precios del consumo y alinearla a su objetivo anual de que se ubique entre 3% y 7% (a partir de setiembre de 2022 esa meta es de entre 3% y 6%).

En ese sentido, el BCU “estima que el talante expansivo se mantendrá durante la primera mitad del año previendo que durante el segundo semestre se observarían signos más firmes en la actividad económica”.

Sobre los precios, “en los próximos meses se proyectan nuevos descensos en la medición interanual de la inflación consistente con los anuncios de política monetaria, desacelerándose los componentes transables (aquellos bienes y servicios que se comercian con el exterior) de exclusión y aumentando levemente los no transables. También la inflación subyacente de exclusión siguió una senda descendente”, analizó el Copom.

“Como se viene señalando, este descenso de la inflación se da en un marco donde tanto los ajustes anuales de las tarifas públicas como las pautas de ajuste salarial han presentado un comportamiento consistente con una senda de inflación convergente a la meta”, añadió.

“Asimismo, las expectativas de la inflación de los distintos agentes se han mantenido estables respecto a lo observado en el mes de febrero. El Banco Central está proyectando una inflación de 6,3% al cierre de 2021 y de 5,2% al final del horizonte de política monetaria”, concluyó.

El contexto internacional

El Copom evaluó que “el escenario internacional presenta una recuperación más robusta de China y Estados Unidos. Estas perspectivas en EE.UU. generaron un incremento de las expectativas de inflación ante un posible sobrecalentamiento de dicha economía; dada la posibilidad de un aumento de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) el dólar se apreció frente a las restantes monedas y se produjo una salida de capitales de las economías emergentes, junto a una mayor volatilidad de las bolsas de valores mundiales. Tras la no confirmación de estas expectativas al mantenerse la tasa de interés de referencia de la Fed estos efectos se fueron revirtiendo parcialmente”, si bien “Uruguay no estuvo ajeno a dichas fluctuaciones”.

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