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Crisis argentina ya pega en algunas ventas de Uruguay

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Autopartes: el sector creció en exportaciones hacia Argentina respecto a 2017 pero hay “alarma por la falta de renovación de negocios. Foto: archivo El País

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Otras que aún no sienten el efecto, como autopartes, lo esperan en breve.

La crisis argentina comenzó a impactar sobre las exportaciones uruguayas incluso antes de la agudización de la crisis cambiaria de esta semana en el vecino país. Lejos de las alzas interanuales que se registraron hasta abril, en los últimos meses las ventas hacia ese destino ya muestran descensos. Solo en julio cayeron 6,3% con respecto al mismo mes de 2017.

Todo indica que esa caída se profundizará aún más en medio de la brusca devaluación del peso argentino y del freno de la actividad económica. Aunque los efectos de la crisis están lejos de golpear por igual a todos los sectores que colocan sus productos en la vecina orilla.

Gracias a contratos suscriptos antes del cambio de ciclo económico en Argentina, la industria autopartista uruguaya, que conforma el principal rubro de exportaciones a ese país, continúa incrementando sus ventas. En julio, ascendieron a US$ 8 millones, cerca de US$ 1 millón más que en el mismo de 2017. Con eso, en los primeros siete meses del año, las exportaciones de autopartes a Argentina sumaron US$ 57 millones, un alza del 9,4% con respecto al mismo período de 2017, según datos de Uruguay XXI.

No obstante, el sector autopartista, que destina más del 40% de sus exportaciones a Argentina, está en alerta. "La alarma más grande que tenemos es la falta de renovación de negocios, que tiene mucho que ver con las nuevas medidas de estimulo que Argentina está desarrollando para su mercado interno. Por eso, hoy desde la Cámara de Autopartes no estamos tan concentrados en la foto actual, que responde a negocios concretados hace tiempo atrás, sino a la falta de proyección de varias empresas al no lograr atraer nuevos proyectos, lo que nos pone en una situación compleja", dijo a El País Sebastián Giraldez, secretario ejecutivo de esa Cámara.

A mediados de 2016 en Argentina fue aprobada una Ley de Autopartes que estableció beneficios impositivos para las terminales que utilicen un mínimo de 30% de piezas nacionales en la fabricación de automóviles y utilitarios, 25% en la de vehículos comerciales, y un 15% en la de motores. "La ley de Autopartes está teniendo un efecto muy perjudicial en la obtención de nuevos proyectos y eso va a afectar, sin duda, a las exportaciones. Puede hasta poner en riesgo algunas de las operaciones en Uruguay al no conseguir nuevos negocios. El gobierno está haciendo gestiones con el gobierno argentino para lograr una salida para este tema", señaló Giraldez.

A favor, si esas negociaciones prosperasen, las autopartistas podrían sacar rédito de las expectativas favorables de la producción automotriz argentina, que sigue en alza gracias al incremento de las ventas a Brasil.

"La demanda de autopartes desde Argentina continuará creciendo en los próximos meses si se tienen en cuenta las expectativas de producción. Mantenemos la proyección para este año de unas 565.000 unidades, un 19% por encima de 2017. Dado que hasta julio llevamos un crecimiento interanual del 10%, la producción debería acelerarse en los últimos meses del año. Para 2019, también prevemos crecimiento y estimamos una producción de 610.000 unidades", dijo a El País Fernando Rodríguez Canedo, director ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa), en Buenos Aires.

Efecto FMI.

Otro sector que, al menos hasta ahora, no ha registrado un descenso de sus ventas a Argentina es el de los productos plásticos. Hasta el 23 de agosto, las exportaciones sumaron US$ 34,4 millones, según datos de Uruguay Comercia. Ese registro está en línea con las ventas de US$ 49 millones registradas durante todo 2017.

En sentido inverso, otros sectores sí ya están sufriendo el freno de la economía argentina. Uno de los más afectados es el cementero. En el primer trimestre, las exportaciones uruguayas hacia Argentina habían sumado US$ 4,2 millones, cinco veces más que en el mismo período de 2017, según datos de la Dirección de Estudios Económicos de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU).

Pero ya en el segundo trimestre, cuando se desataron las mayores turbulencias cambiarias en la vecina orilla, los envíos cayeron a US$ 249.516, apenas un 15% de los registrados en el mismo lapso de 2017.

En julio se observó un tímido cambio de tendencia con exportaciones que alcanzaron los US$ 280.808. Sin embargo, todo indica que las ventas de cemento a Argentina no recuperarán, al menos a corto plazo, los niveles registrados antes de la crisis cambiaria.

Tras el acuerdo de reducción del déficit fiscal acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno de Mauricio Macri viene restringiendo las partidas destinadas a obras de infraestructura. Ante el agravamiento de la crisis, esos recortes podrían profundizarse en los próximos meses para acelerar la disminución del rojo fiscal.

La expectativa de la Casa Rosada era que la poda de los recursos estatales sea compensada con la puesta en marcha de proyectos de Participación Público-Privada (PPP). Pero el estallido de los casos de corrupción en los contratos de obra pública ocurridos durante los gobiernos kirchneristas, agregó una dificultad adicional al financiamiento de esas iniciativas. Esto sumado a la inestabilidad cambiaria que frena obras privadas, generó en mayo y junio las primeras caídas interanuales desde febrero de 2017 del consumo de cemento portland en Argentina.

Reclamo de los exportadores

Luego de una semana agitada en materia cambiaria en Argentina que provocó una activa participación del Banco Central (BCU) para que el billete verde no pegue un salto brusco en la plaza local, la Unión de Exportadores (UEU) salió a cuestionar la política del gobierno. La asesora económica de la UEU, María Laura Rodríguez dijo el viernes que en agosto la competitividad (medida por el tipo de cambio real) cayó 5,5% frente a Argentina y 2,6% frente a Brasil respecto a julio. Si la comparación es con agosto de 2017, la pérdida es de 24,4% con Argentina y de 15,5% con Brasil. "Esta brecha cambiaria nos está matando, no solo en exportaciones y turismo, porque además competimos con Argentina en terceros mercados. Es una situación que no se puede sostener", afirmó.

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