CONSECUENCIAS 

Con la recesión económica argentina y el panorama político postPASO, los datos de los consulados y los gestores de ciudadanías muestran de que cada vez son más los argentinos que buscan alternativas para radicarse en otro país.

Las estadísticas oficiales respecto de cuántos argentinos emigran anualmente no existen, porque cuando alguien sale del país, no está obligado a informar destino final, motivo del viaje o cuánto tiempo se quedará en el lugar.

En cambio, los pedidos de visas, ciudadanías y pasaportes dentro de cada consulado sí dan una pista, porque se pueden cuantificar: se informan en los anuarios estadísticos de los servicios exteriores de cada país.

Por ejemplo, según los números de la embajada de España, en 2017 se solicitaron 35.494 pasaportes en total en sus cinco consulados en el país. En 2018, fueron 39.930 (un 12,5% más). Y en los primeros siete meses de 2019, hubo 25.258 pedidos. Si bien el año aún no concluyó y eso dificulta la comparación, analizar las solicitudes de 2019 puede dar una pista. Hasta ahora los pedidos cubren el 63,3% de lo que sucedió el año anterior, cuando en términos cronológicos debería cubrir un 58 por ciento.

Además, si se prorratean las solicitudes mensualmente, los resultados son los siguientes: 2958 al mes en 2017; 3328 en 2018 y 3608 en 2019.

Las solicitudes de ciudadanía en el caso de España e Italia son las más comunes entre los argentinos porque son una vía rápida para vivir y buscar trabajo en Europa: la mayoría de personas las consigue por sus antecesores directos, que a su vez emigraron desde el viejo continente en el siglo XIX o XX.

Las solicitudes de ciudadanía italiana también aumentan de un año a otro, de acuerdo con los datos de los servicios consulares del país europeo. En 2016 fueron 21.943; en 2017, 22.581 y en 2018, los últimos datos disponibles, 28.389, un 25,7% más que el año anterior.

Según indicaron voceros del Consulado en Buenos Aires, el aumento en la cantidad de solicitudes corresponde a "mejoras de gestión". El crecimiento en 2018, señalaron, se debe a la introducción de la posibilidad de sacar turnos para hijos directos mayores de edad, un trámite más ágil y simple en términos de documentación.

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Mientras tanto, los teléfonos en las gestorías no paran de sonar, al menos por consultas. "El ritmo se incrementó después de las PASO: antes nos llamaban cinco veces al día, y hoy atendemos hasta 15 consultas diarias. Nos llaman personas jóvenes que quieren tener los papeles para irse, chicos de entre 25 y 30 años", aseguran en Estudio Europa, una consultora que facilita los trámites para conseguir la ciudadanía italiana.

"Recibimos muchas más consultas en el último año y medio -dice Matías Castro Etchart, de Casa del Trámite, una gestoría que se encarga de las ciudadanías italiana y española-. En muchos casos, son personas que lo hacen con tiempo, pero otro número considerable lo hace con muchos niveles de ansiedad porque quiere emigrar ya".

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Estados Unidos es otro de los destinos demandados por los argentinos que quieren irse del país. Las solicitudes de visas de inmigración, que incluyen las de empleo y las conyugales, fueron 497 en 2017, 638 en 2018 y 390 en los primeros siete meses del año. Nuevamente, prorrateado mensualmente, da como resultado 41,4 en el primer año, 53,2 en el segundo (un 28,4% más) y 55,7 en el tercero (un 4,79% más).

"Después de las PASO, se incrementó la cantidad de consultas un 300% -estima el abogado Luis Denuble, de Denuble Law, un estudio de abogados radicado en Nueva York-. Estamos teniendo alrededor de 15 preguntas semanales". Para el especialista, es un movimiento que sucede cada vez que hay elecciones en países latinoamericanos: "Si quien puede llegar a asumir no parece muy promercado, los inversores comienzan a ver qué posibilidades hay de desarrollar una actividad comercial afuera", opina.

Sus clientes más habituales son profesionales universitarios, dueños de pymes y personas que tienen actividad en el campo y la agroindustria. Las consultas más comunes son por radicaciones en Florida (especialmente Miami) para desarrollar franquicias.

La visa que se solicita, en ese caso, es la E2: le permite al inversor y a su familia vivir en Estados Unidos por cinco años, con posibilidad de renovación si el negocio que desarrolla impacta positivamente en la economía del país. Para pedirla, dice el abogado, es recomendable disponer de al menos US$150.000 para invertir. "Lo que más importa es la proyección de cuántos puestos de trabajo dará el negocio", asegura.

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Los veinteañeros y profesionales de mediana edad -generalmente de clase media y alta- son los grupos que más consultas hacen en las gestorías y los estudios de abogados dedicados a la emigración, aseguran los especialistas del sector.

En el mundo laboral, las ansias se comprueban. La consultora Randstad informó recientemente que el 84% de los trabajadores argentinos estaría dispuesto a reubicarse en otro país para mejorar su carrera y el equilibrio entre vida personal y profesional. En tanto, el promedio en otros 33 países del mundo se ubica en el 64%, 20 puntos porcentuales menos.

"El 76% de los trabajadores argentinos estaría dispuesto a emigrar por un salario sustancialmente más alto, disposición que alcanza solo al 59% de los encuestados a nivel global", se lee en el informe de la consultora.

Finalmente, consultados por qué elegirían frente a la disyuntiva de cambiar de carrera o emigrar, el resultado fue contundente: siete de cada diez participantes del estudio preferirían irse del país.