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El desafío para la región es lograr más y mejor inversión

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Acontecimiento: ayer culminó en Mendoza (Argentina) la asamblea que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Foto: EFE

LA INVERSIÓN COMO LLAVE DEL CRECIMIENTO

Informe del BID marca el rol clave que tiene en el crecimiento económico.

Acontecimiento: ayer culminó en Mendoza (Argentina) la asamblea que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Foto: EFE
Acontecimiento: ayer culminó en Mendoza (Argentina) la asamblea que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Foto: EFE

En los años próximos América Latina y el Caribe crecerán más que hasta ahora, pero esta expansión seguirá por debajo del promedio mundial. ¿Cómo se explica esto? El corazón de la respuesta está en la inversión que se realiza en la región, tanto en sus niveles como en su calidad.

"Si América Latina y el Caribe espera crecer más rápidamente y ser más próspera, debe priorizar la inversión y aumentar la eficiencia de la inversión para asegurar que el esfuerzo rinde", sostiene un trabajo reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución que ayer cerró su asamblea anual en Mendoza, Argentina.

"La hora del crecimiento" —como se denominó al informe sobre la situación macroeconómica de estos países hecho por el organismo— indica que las proyecciones marcan que el Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y el Caribe crecerá en promedio 2,6% entre 2018 y 2020, "en línea con los índices de crecimiento histórico" (entre 1960 y 2017 fue 2,4%). Este guarismo, sin embargo, está muy alejado de las estimaciones para Asia y Europa emergentes (6,5% y 3,7%, respectivamente, en igual periodo).

"El crecimiento global ha sido fuerte y ha tenido una amplia base", señala el informe, pese a lo cual "las proyecciones son que América Latina y el Caribe crecerá sólo a las tasas promedio mediocres alcanzadas en los últimos 50 años".

Pero incluso hay ciertos fenómenos que hacen peligrar la obtención de estas "tasas promedio mediocres". Un shock negativo en los precios de activos globales (se podría dar como resultado de una inflación "más acelerada" de lo que se anticipa, ejemplifica) podría disminuir el crecimiento de la región en un 0,7% anual.

Estos "riesgos", se aclara, no están "uniformemente distribuidos". Así, se prevé que el Cono Sur —excepto Brasil— crezca 2,9% en 2018-2020.

Otro escenario que traza el informe es una expansión de la economía estadounidense mayor a la esperada, con índices de interés también por encima de los aguardados y "más movimiento en las políticas comerciales". Esto podría resultar negativo para América Latina y el Caribe: podría sacarle a la región 0,3% del escenario base de crecimiento mencionado en un primer momento.

Para el economista jefe del BID, José Juan Ruiz, "la buena noticia es que la mayoría de la región ha vuelto a crecer". "No obstante, el crecimiento no es lo suficientemente veloz para satisfacer los deseos de la creciente clase media de la región", planteó. "El mayor desafío es aumentar los niveles y eficiencia de las inversiones para que la región se vuelva más productiva, crezca de manera más veloz y estable y resguarde a la región de shocks externos", agregó en un comunicado.

Tasa.

En una región con tasas de inversión bajas, Uruguay es de los países que menos invierte. Como porcentaje del PIB, en 2017 solo siete naciones de la región tuvieron un desempeño inferior al uruguayo (Venezuela, Guatemala, Barbados, El Salvador, Argentina, Guyana y Brasil). Otros 17, en tanto, presentaron guarismos más elevados que Uruguay en este terreno.

A pesar de la diferencia existente entre el país que más invierte —Panamá, con alrededor de 45% como porcentaje del PIB— y el que menos —Venezuela, con menos de 10%—, "la mayoría todavía se sitúa por debajo de la tasa de inversión promedio en Europa emergente (cerca del 25% del PIB) sin hablar de las tasas más altas en Asia emergente o en Oriente Medio y Norte de África".

Según el trabajo es posible afirmar que la inversión en la región también es menos eficiente que en otras partes del mundo. "Un punto porcentual de inversión incremental como porcentaje del PIB rinde aproximadamente 0,28 puntos porcentuales de mayor crecimiento del PIB en Asia emergente, pero solo unos 0,20 puntos porcentuales en América Latina". De esta forma, a medida que pasan los años "las diferencias acumuladas dan pie a significativas brechas de crecimiento".

En el medio siglo que ha pasado, la región creció en parte gracias a su fuerza de trabajo, algo que ahora se está apagando de la mano del envejecimiento de su población, señala el trabajo. Por esto "la región debe invertir más y hacerlo más eficientemente para impulsar el crecimiento".

Productividad y aumento del PIB

De acuerdo a lo que detalla el informe del BID "uno de los principales motivos del insuficiente desempeño económico de la región es el bajo crecimiento de su productividad". En esta línea, agrega que América Latina y el Caribe "prácticamente" no incrementó su productividad entre los años 1990 y 2017. Por el contrario, Asia emergente tuvo un aumento productivo anual promedio de 0,22% para este mismo periodo. Solo África subsahariana tuvo peores resultados que América Latina y el Caribe.

Esto provocó que "durante el mismo periodo la tasa de crecimiento promedio per cápita en América Latina y el Caribe se ha mantenido casi 1,4 puntos porcentuales por debajo de aquel de los países de Asia emergente, en gran medida debido a la ausencia de crecimiento de la productividad total de los factores y bajas inversiones".

Por otra parte, el trabajo también pone la lupa en la situación fiscal. En este sentido, apunta que la política fiscal "tiene implicaciones tanto para el crecimiento a corto como a largo plazo". Agrega, además, que en "numerosos países en la región, los déficits fiscales siguen siendo altos, limitando el uso de una política fiscal expansiva cuando el crecimiento es bajo y contribuyendo al problema estructural de ahorro e inversión bajos".

Uruguay entró dentro de la lista de los "países con espacio fiscal limitado". A nivel nacional el déficit fiscal se redujo de 3,7% del Producto Interno Bruto (PIB) en los 12 meses a enero a 3,5% del PIB en el año móvil cerrado a febrero, según la última información disponible. El rojo de las cuentas públicas ha sido señalado por diferentes miembros del gobierno como la principal preocupación macroeconómica.

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