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Economía de Brasil depende de recuperar la seguridad jurídica

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El ministro jefe del Gabinete Personal de la Presidencia brasileña, Jaques Wagner, consideróque Brasil se encuentra "en el momento económico más difícil desde que el PT está en el Gobierno"

El Gobierno brasileño admite que enfrenta la crisis económica más grave desde la llegada del Partido de los Trabajadores (PT) al poder en 2003 y que está intentando revertir la situación, pero alega que el crecimiento ahora también pasó a depender de que se recupere la seguridad jurídica en el país.

El ministro jefe del Gabinete Personal de la Presidencia brasileña, Jaques Wagner, admitió hoy en rueda de prensa con corresponsales extranjeros en Río de Janeiro que la impresión de que los tribunales del país están actuando de forma politizada puede ahuyentar a los inversores.

"Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) dice que parte del problema es la inseguridad jurídica", aseguró el hasta la semana pasada ministro de la Presidencia.

El ministro hizo referencia a la decisión del juez que investiga el escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras de divulgar los audios de grabaciones de escuchas telefónicas autorizadas en las que fueron registradas hasta conversaciones de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Mencionó igualmente la llegada a los tribunales de disputas que deberían ser políticas, como el nombramiento del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como ministro de la Presidencia, que fue suspendido por la justicia.

"Cualquiera (inversor) que vea eso diría: allá yo no voy", dijo Wagner, para quien, en un país como Estados Unidos, si un juez divulga conversaciones telefónicas del jefe de Estado, puede ser enviado a la prisión de inmediato.

El ministro admitió que esa tipo de decisiones transmite la imagen de que la política se define en los tribunales y que estos están politizados, lo que dificulta las acciones del Estado para incentivar la economía.

Wagner afirmó que las políticas del Gobierno para intentar mantener los empleos en medio de la crisis internacional tuvieron un efecto negativo en las cuentas fiscales, ya que el Gobierno concedió elevados incentivos para que las empresas siguiesen operando.

"Y al problema fiscal se sumó la crisis provocada por la caída de los precios de las materias primas, que no lo habíamos previsto" y que tuvo un fuerte impacto en un país que, como Brasil, es fuerte exportador de minerales y alimentos, admitió Wagner.

Aseguró que el Gobierno está intentando superar esos problemas, a los que atribuyó las actuales dificultades económicas del país, para, en una nueva fase, concentrarse nuevamente en la generación de empleos y enfrentar el creciente desempleo.

La economía brasileña, en recesión, sufrió el año pasado una contracción del 3,8 %, su peor resultado en los últimos 25 años, y los analistas prevén que este año el PIB se encogerá otro 3,6 %, con lo que el país encadenará dos años consecutivos de crecimiento negativo por primera vez desde 1930.

Además, la inflación de 2015 fue la mayor en los últimos trece años y el desempleo, que había caído a niveles récords, está en aumento y también en uno de sus mayores niveles en varios años.

"Creo que estamos en el momento económico más difícil desde que el PT está en el Gobierno. Pero creo también que la inflación ya comienza a dar señales de caída", afirmó.

Según Wagner, la esperada reducción de la inflación le permitirá al Banco Central reducir las tasas de intereses y generar las posibilidades de que la economía vuelva a crecer.

"No hay una solución mágica ni creemos en magia. Trabajamos para el control de la inflación y mantenemos la responsabilidad fiscal (reducción de gastos públicos), que creemos que son los caminos necesarios para recuperar el crecimiento y para esperar mejores resultados en los primeros meses de 2017", afirmó. 

SEGÚN JEFE DE GABINETEEFE

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