PARA SURFISTAS

La economía colaborativa, esa tendencia que ha llevado a que muchas personas se acostumbren a compartir auto, oficina u otros elementos, es la inspiración de la plataforma española 'Share your board', que ofrece la posibilidad de compartir tablas de surf.

La iniciativa parte, según uno de sus promotores, Koldo Ugarte, de una experiencia personal: la situación de un aficionado al surf que se encuentra en una playa de otro país sin su tabla y no encuentra una de buena calidad para practicar su deporte favorito.

"En un viaje que hice a Australia fui en temporada baja y nadie me alquilaba una tabla. Hice amistad con un chico en un bar y me dejó la suya, y de ahí surge la idea, ofrecer un espacio para que de surfista a surfista puedan compartir", explica Ugarte.

Bajo su punto de vista, uno de los problemas que encuentran los practicantes de surf que viajan a algún lugar sin su tabla es que las que hay disponibles suelen ser "de mala calidad o de perfil principante".

"Las escuelas de surf ofrecen alquiler de tablas y en algunos sitios hay mucha variedad, pero en otros no encuentras una tabla que se ajuste a tus características o necesidades. Nosotros aspiramos a cubrir este hueco", continúa.

Pensando en un surfista con cierta experiencia, ya que aseguran que "no quieren competir con las escuelas" a las que aconsejan que vayan los que comiencen a interesarse por deslizarse por las olas, han puesto en marcha una plataforma web en la que un propietario de una tabla puede subirla, indicando su localización y disponibilidad para un posible alquiler a otra persona que esté de paso.

De momento, la plataforma solo está disponible en las playas de Cantabria y el País Vasco, de donde proceden los fundadores de la idea, con un precio de alquiler por hora recomendado aunque son los propietarios los que lo deciden, y sin coste para unos u otros, al ser el primer año que la ponen en marcha.

"Todos los usuarios están identificados con su DNI, verificaremos que los usuarios y las tablas son reales, y vamos a exigir que cuando se haga un baño se etiquete a los usuarios y se valore, tanto al surfista o al propietario, y vamos a vigilar los hechos fraudulentos", afirma Ugarte.

Actualmente tienen unas 50 tablas subidas en las costas vascas y cántabras, y unos 250 usuarios se han dado de alta en este verano atípico, ya que la pandemia de la COVID-19 ha generado un fuerte golpe a los turistas internacionales que acudían a las playas españolas en busca de olas.

Su objetivo es cubrir en este año 250 alquileres y alcanzar el millar de usuarios, con el objetivo de pasar "al siguiente nivel" que incluiría comenzar a abrir destinos internacionales.

"Estamos hablando con personas en Bali para internacionalizar la plataforma durante el invierno en España", explica Ugarte, que es también director de la agencia de publicidad Crowdland, en la que combinan la elaboración de campañas para clientes con el lanzamiento de productos propios.

A futuro, creen que la plataforma puede llegar a contar con taquillas en algunas playas donde se almacenen tablas y se puedan abrir con un código legible con el móvil cuando se contrata el alquiler, que se pueda pagar de forma digital y tenga incluido un seguro.

También aspiran a convertirse en algo más que una plataforma de préstamo de tablas, una aplicación turística que ayude a las localidades que orienten su actividad hacia el surf para posicionarse como un destino apetecible para los buscadores de olas.