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Empresarios con perspectivas negativas para el año próximo

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La visión empresarial no es buena para el año que se viene. Foto: Archivo El País
Pedro Luis

Siete de cada 10 esperan que la situación económica sea peor en 2016.

La mayoría de los empresarios tuvieron este año una perspectiva negativa sobre el rumbo de la economía, algo que se mantiene para 2016. Hay más pesimismo sobre el nivel de ventas que se alcanzará el año próximo; el sector prevé que habrá una disminución del empleo en las empresas y preocupan las relaciones laborales y la competitividad.

Une encuesta realizada por la consultora KPMG sobre expectativas empresariales para el año próximo relevó que el 74,3% de los consultados tienen peores perspectivas sobre la situación económica frente a solo un 5,3% que tiene mejores previsiones. El estudio indicó que las perspectivas empresariales están en línea con las previsiones macroeconómicas de analistas privados para el año 2016.

Indicó que esas perspectivas económicas, que habían sido netamente favorables en las encuestas realizadas a fines de 2009 y 2010, cambiaron de signo a partir de la encuesta realizada a fines de 2011 (cuyas estimaciones para 2012 ya reflejaban la desaceleración económica que vendría). Y así fue que en el último registro siete de cada 10 empresarios tiene peores perspectivas sobre la situación económica del país.

La consultora indicó que "como es habitual en las percepciones de expectativas empresariales, los empresarios son más pesimistas a la hora de trazar perspectivas sobre la economía en general que sobre la actividad de la propia empresa. De todas formas, es mayor el número de empresas que tiene peores perspectivas que las que tienen mejores perspectivas de ventas para 2016. Esta percepción se verifica tanto en las empresas con ventas destinadas al mercado interno como al mercado externo, con proporciones muy similares".

La encuesta confirmó que las peores perspectivas en ventas están acompañadas de una expectativa de disminución de la dotación de empleo para el año entrante. En ese sentido, el 32,1% de las empresas consultadas reportó que disminuirá su dotación frente a un 14.3% que prevé un aumento, siendo la relación de 2,2 a 1 a favor de las primeras, una relación similar a la que se había verificado en la consulta realizada a fines de 2014 sobre este año que termina.

En otro orden, en los años previos a la actual encuesta, los empresarios habían mostrado una percepción netamente favorable del clima de negocios en Uruguay, aún en los últimos años en los cuales ya había comenzado a evidenciarse la desaceleración económica. Pero en la presente edición de la encuesta, por primera vez son más los que respondieron tener una percepción mala del clima de negocios (30.4%) frente a los más optimistas (25.9%).

En ese sentido, el 42% de las empresas clasificó en primer lugar a la competitividad como la variable sobre la cual se ciernen las principales amenazas o debilidades de la economía uruguaya, seguido por el déficit fiscal y la inflación.

Consultados sobre aspectos puntuales dentro del clima de negocios, el 65,5% de los encuestados calificaron como malas o muy malas a las relaciones laborales y el 59,1% señaló como mala o muy mala a la caída de la infraestructura en transporte y logística. También, el 38,2% de los consultados señaló de la misma forma a la disponibilidad de recursos humanos apropiados y el 37,3% calificó de esa manera a la clase política.

Consultado sobre su perspectiva, el economista de KPMG Marcelo Sibille dijo a El País que tiene la percepción que al año que viene será peor que el actual. "No se va a crecer más que este año y, es probable, que se crezca menos. No descarto para nada que se converja a una situación de estancamiento económico", sostuvo el economista. Añadió que no hay, por el momento, ninguna variable que permita avizorar que esa perspectiva pueda revertirse en el corto plazo.

A nivel regional fundamentó su postura en que Brasil sigue con una fuerte recesión con crisis política y pérdida de calificación crediticia y Argentina comenzó a procesar un ajuste "inevitable", pero que le impedirá crecer al menos hasta fin del año próximo.

Sibille: "Son varias las luces amarillas, no una"

"Hasta hace no mucho te decía la inflación; esa era una de las principales luces amarillas. Ahora, casi todo el tablero está titilando", señaló Sibille a El País consultado sobre cuáles eran las señales de alerta que observaba en la economía.

"El problema de la inflación no se pudo solucionar; todavía no dejamos de tener problemas de competitividad por más que se haya depreciado la moneda, ya que el tipo de cambio real no está mostrando repuntes significativos porque toda la región está depreciando", enumeró el economista.

"Seguimos teniendo costos caros para las empresas y después está el déficit fiscal, que a lo largo de todo el año no bajó de 3,5 puntos del PIB y es necesario empezar a atacarlo ya que se corren riesgos", añadió.

"Son varias luces, no una", concluyó Sibille.

Inflación fuera de la meta y dólar más alto

Consultadas sobre la suba de precios, prácticamente la totalidad de las empresas consideró que la inflación al cierre de 2016 será superior al techo de la meta de 3% - 7% fijada por el Banco Central (BCU). Las expectativas empresariales están concentradas en una inflación que estará entre el 9% y el 10%. A su vez, un 27.5% considera que la inflación alcanzará los dos dígitos.

En cuanto a la evolución del tipo de cambio, una mayoría relativa del 27,5% espera que el 2016 cerrará con una cotización del dólar entre $ 34 y $ 35, mientras que si se toman las respuestas en forma más agregada, el 76,1% de las empresas espera que el tipo de cambio cerrará el año por encima de $ 33. Eso equivale a una depreciación esperada superior al 10% para el año entrante, explicó KPMG.

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La visión empresarial no es buena para el año que se viene. Foto: Archivo El País

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