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Enrique García: “Sin reformas tendremos las mismas crisis de siempre”

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Enrique García, economista boliviano. Foto: Francisco Flores

ENTREVISTA

"Uruguay tiene que ser muy competitivo e interactuar con el mundo", dijo el economista boliviano.

El economista boliviano Enrique García fue presidente ejecutivo de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina desde 1991 hasta el año 2017, cuando lo sucedió el actual presidente del organismo, Luis Carranza. Fue además tesorero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) durante 17 años, ha sido gobernador por su país en el Grupo del Banco Mundial, el BID y el Fonplata, además de ministro de Planeamiento y Coordinación y jefe del Gabinete Económico y Social. Llegó a Uruguay invitado por la Fundación Astur para dar una conferencia sobre productividad, competitividad y los retos ante la nueva realidad internacional y esta es la entrevista que mantuvo con El País.

-¿Cuáles considera que son los desafíos actuales de América Latina?

-Hay retos que comparten todos los países de la región: la importancia de la estabilidad macroeconómica, impulsar el desarrollo mediante la inversión en infraestructura y logística, promover la educación y la formación de habilidades para los empleos del futuro así como la adaptación a la nue-va era tecnológica y de innovación

-¿Cómo se explica el desplome de economías como la argentina y brasileña, y el magro crecimiento del resto de los países luego del ciclo de bonanza económica que atravesó la región?

-El principal desafío es reconocer que no podemos seguir en esta volatilidad. Hay que reconocer una verdad: no obstante los momentos positivos que ha tenido la región, vivimos siempre en ciclos. Y la razón principal que explica eso es que en esencia no hemos cambiado el modelo de transformación productiva que existe, por eso seguimos dependiendo mucho de la suerte de los precios internacionales de las materias primas. No hemos aprovechado los momentos de mayor éxito para ha- cer las transformaciones necesarias.

-¿Cuáles son esas transformaciones?

-Reformas que nos lleven a un modelo de ventajas comparativas dinámicas y ventajas comparativas competitivas. Eso significa una transformación productiva basada en la utilización de mayor innovación, tecnología, inserción internacional inteligente para poder lograr tasas de crecimiento que sean adecuadas y que no solo busquemos un crecimiento que sea mucho más consistente, más alto, sino que ese crecimiento sea de buena calidad, que sea eficiente, que sea con equilibrios macroeconómicos sólidos y que sea incluyente y que sea sostenible ambientalmente.

-¿Por qué cree que la región no aprovecha esos momentos positivos para hacer reformas estructurales a largo plazo?

-Estoy convencido de que es por razones institucionales y políticas. El éxito de los países asiáticos es porque tienen otro sistema de gobierno con un solo plan, con una sola agenda de largo plazo y se cumple. Si bien soy un firme creyente de la democracia, en nuestra región tenemos agendas de reformas que cambian por tiempos políticos y la alternabilidad en el poder. Hay que fortalecer la democracia mucho más y lograr consenso en algunos temas críticos que no se resuelven en cuatro años.

-¿Cuáles son algunos de esos temas críticos?

-Uno es la importancia de la estabilidad macroeconómica. Otro aspecto clave en donde estamos rezagados es en la infraestructura y la logística. América Latina invierte en infraestructura cerca del 3% del Producto Interno Bruto, mientras los asiáticos invierten entre el 9% o el 10%. Otro tema es la educación y la formación de habilidades para los trabajados del futuro, estar preparados para la cuarta revolución industrial. Si no hacemos un ajuste en la preparación de los recursos humanos, de aquí a 30 años mucha gente no va a tener la capacidad para ocupar esos empleos. Lo fundamental es la transformación del modelo de producción mediante la incorporación de tecnología e innovación.

Enrique García, economista boliviano. Foto: Francisco Flores
"Este es el peor momento de integración regional de América Latina", dijo. Foto: Francisco Flores.

-¿Quién tiene la responsabilidad de promover esa visión?

-Los gobiernos. Ellos son los que deben impulsar esto y dialogar entre los países. Tienen que resolver esto con una visión de 20 años y que no importe quién venga en el gobierno pero que siga ese camino.

-¿Qué pasa si no se impulsa esa reforma?

-Tendremos las mismas crisis de siempre y el mismo crecimiento económico mediocre. Mientras que la distancia que nos separa de países desarrollados aumenta.

-¿Ha sido la política la enemiga del desarrollo y crecimiento económico en América Latina?

-Lamentablemente creo que sí. Los gobiernos piensan en el corto plazo. Por pensar en la próxima elección toman decisiones que no son necesariamente estructuradas, aceleran proyectos que no están maduros. Una de las grandes tragedias ha sido la corrupción y creo que este es el peor momento de la integración regional del continente. No podemos echarle la culpa a nadie más que a nosotros mismos.

-Sin embargo, se han realizado múltiples intentos a nivel regional para mejorar esa integración y se ha fallado, ¿por qué le cuesta tanto esa unión a América Latina?

-Esa ha sido siempre la tendencia. En lugar de arreglar la casa cuando está con algunos problemas decidimos tirarla y construir una nueva. Ha pasado a lo largo de los años con Mercosur, Alianza del Pacífico, Unasur, ahora es Prosur. Siempre hemos optado por el camino de la fragmentación en lugar de buscar un camino al consenso en los temas básicos.

-¿Cómo cree que debería ser ese esquema de integración?

-Creo que deberíamos dejar de crear instituciones, revisar el concepto de integración y hacer un replanteamiento sin tratar de poner parches

-En este contexto de fragmentación regional y de magro crecimiento ¿cómo ve a la economía uruguaya?

-Uruguay es un país muy serio y sus equipos de trabajo son muy balanceados, sean del partido político que sea, todos son muy prudentes. Hay una continuidad, es un país pragmático que ha tenido avances sociales importantes.

-Sin embargo, la economía uruguaya tuvo un magro crecimiento de 1,6% el año pasado y las proyecciones no son alentadoras...

-Evidentemente la situación de la región los ha golpeado y por eso su crecimiento está mediocre, pero hacen bien la tarea. Uruguay está en un buen camino y se ve que los actores públicos y privados están reconociendo un hecho muy importante y concreto, y es que son un país pequeño, en medio de dos monstruos y que tiene que ser muy eficiente, muy claro, muy competitivo y que tiene que interactuar no solo con la región sino con el mundo.

-¿Cómo se puede lograr eso?

-A través de la tecnología donde han avanzado mucho. Que su salida al mundo sea a través de la innovación, más allá de su carne y materias primas, me parece muy bueno porque un país tan chico no puede solo vivir de eso. Ese es el camino y ustedes están haciendo muchas más cosas que varios países de la región. El desafío es ser competitivos y aumentar la productividad sin dejar de lado las conquistas sociales.

-¿Qué se requiere para lograr ese aumento de la productividad?

-Establecer mecanismos de coordinación, visión clara y una agenda compartida. Además, debe haber una comunicación muy cercana entre los hacedores de políticas públicas, el sector privado, el académico y los investigadores.

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