Los ingresos comercializados para el próximo evento superan en hasta cinco veces el valor de los torneos anteriores.

Para hacerse una idea, si en Rusia la entrada más económica tendrá un valor de US$ 105, un boleto de iguales características para el torneo que se disputó en Sudáfrica 2010 valía US$ 22, es decir unos $15 mil con un precio ajustado por inflación. Esto equivale a un alza de casi cinco veces.

Esta tendencia, aunque a menor escala, se repite con todos los mundiales disputados desde el de Francia 98. De esta forma, si se compara el valor de la entrada más barata de Rusia 2018 con la de los torneos disputados en Brasil, Alemania, Corea Japón y Francia, el incremento de precio registrado es de un 15%, 98%, 52% y 25%, respectivamente.

La misma situación se repite si se comparan los valores de las entradas más caras de cada uno de estos eventos. En este contexto, si el ticket más costoso para el Mundial de 2018 tendrá un valor de US$ 1.100 -unos $730 mil-, para el torneo jugado en Corea y Japón en 2002, el precio de este mismo boleto era de US$ 580, es decir unos $385 mil ajustados por inflación. La diferencia en este caso es de un 90% entre los dos torneos.

Además de Japón y Corea, la entrada más cara para Rusia 2018 también supera a Sudáfrica (11% más barata), Alemania (22% más económica) y Francia (55% menos costosa).

El único caso donde no se repite esta tendencia es con el evento realizado en Brasil en 2014, donde la entrada más cara tenía un precio de US$ 1.398 (ajustado por inflación), es decir, unos US$ 300 más cara que lo que costará en Rusia.

DEPORTE Y DINEROEL MERCURIO/GDA