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"Espejismo" de commodities dio pie a un fuerte debate

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El economista jefe del BM, Augusto de la Torre, ayer durante una disertación. Foto: F. Flores
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Presentación del Banco Mundial fue cuestionada por jerarcas y economistas.

La expansión de la economía al impulso de las materias primas y el mayor gasto asociado a ese crecimiento fueron el centro de una exposición realizada ayer por un representante del Banco Mundial, jerarcas locales y analistas privados donde sobresalieron las posiciones encontradas.

Un espejismo. Eso fue para el Banco Mundial lo que vivieron los países sudamericanos en los últimos años al impulso del aumento del precio de los commodities. Esos valores en alza fueron sustento de crecimiento de las economías regionales, pero también trajeron un aumento del gasto de los gobiernos y un mayor consumo, según el organismo internacional.

Sin embargo, la generalización realizada por el Banco Mundial no fue del agrado de jerarcas locales que no reconocieron tal espejismo en Uruguay y defendieron lo actuado en los últimos años en materia de gasto.

"Desde el Banco Mundial hacia América Latina siempre hay una tendencia a mostrar una pintura única; una pintura gruesa cuando hay realidades distintas", dijo ayer el presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, luego de escuchar la presentación del informe "El ciclo de commodities en Latinoamérica Espejismos y dilemas" a cargo del economista jefe para América Latina del organismo, Augusto de la Torre.

Antes de eso, el expositor había sostenido que la gran exposición de la economía sudamericana a los precios de los commodities es única en el mundo. "Windfall" fue el término elegido por De la Torre para explicar lo que ocurrió en los años de bonanza en la región. Su traducción es ganancia inesperada o "sacarse la lotería", según el economista.

De la Torre señaló que esa ganancia inesperada llega "sin necesidad de hacer esfuerzos, es producto de la suerte". Añadió: "el aumento del precio de los commodities genera más gasto porque el poder adquisitivo sube" y eso que es "como sacarse la lotería se convierte en un espejismo si es que los precios de los commodities no quedan altos. Si los precios caen, lo que nos pareció que era una riqueza, desaparece".

El documento del Banco Mundial sostuvo que el crecimiento de la demanda interna "ha seguido a los términos de intercambio aún más estrechamente que el crecimiento de la producción, en una clara indicación de que la demanda respondió más intensamente que la oferta. Pero la intensidad de la respuesta de la demanda no fue uniforme entre países. En algunos, como Argentina, Brasil y Uruguay se amplificó sustancialmente".

Sobre Uruguay, De la Torre indicó que ingresó a la época de bonanza con una tasa de ahorro baja y a lo largo de los años que duraron los buenos tiempos esa tasa fue cayendo.

Añadió que el país "pese a tener un ahorro real relativamente bajo tiene una prima de riesgo soberano relativamente baja y que pese a tener una deuda pública relativamente alta tiene una prima de riesgo soberano relativamente baja".

Por eso "Uruguay es uno de los países que menos pierde acceso a los mercados financieros internacionales en los malos momentos. Eso a pesar de no ser un país estrella en el manejo fiscal y en al ahorro". Eso ocurre "por la percepción de que tiene institucionalidad más fuerte", dijo De la Torre.

A pesar del último elogio, las palabras previas no pasaron desapercibidas para Bergara ni para el otro representante gubernamental, el director de la Asesoría Macroeconómica del Ministerio de Economía, Andrés Masoller.

Este último afirmó que en el caso de Uruguay "es injusto que se hable de espejismo y boom de consumo cuando la demanda creció por inversión".

El jerarca sostuvo que el país había construido fortalezas que le permitieron tener margen de maniobra a pesar de una baja tasa de ahorro y aumento del gasto público.

"Uruguay es muy diferente al resto de la región, no creció solo por la demanda interna; Uruguay aumentó su participación en el comercio mundial", afirmó. Luego continuó rebatiendo los comentarios del jerarca del Banco Mundial.

"El consumo creció, pero está tres puntos por debajo del de 2001. No hay consumo excesivo. No hay política de gasto muy expansiva. Se mejoró el gasto que estaba hecho puré", remarcó.

Masoller añadió que "Uruguay no se benefició de la región. Hubo otros argumentos de fondo. ¿Qué vientos favorables? Uruguay no tuvo un escenario tan favorable como otros países. Lo que se hizo fueron transformaciones importantes".

Además, el jerarca del MEF se consideró un "escéptico de la regla fiscal" y mencionó a Chile. "Veo sus números y muestran menor prudencia que otros sin reglas", dijo.

A su turno, Bergara señaló que no quería entrar en el "debate si se aprovecharon los años buenos, aunque creo que sí". Y explicó que ahora Uruguay se encuentra en la fase baja del ciclo económico luego de haber transitado por una fase alta. "No me gusta la caricatura de que antes eran todas rosas y ahora se viene la noche", añadió el presidente del BCU.

Al momento de su comentario, el economista Julio de Brun señaló que el ciclo de materias primas fue distinto en América del Sur, donde las ganancias en Uruguay tuvieron un efecto más moderado que en otros países de la región. Además, estuvo de acuerdo con algunos comentarios de Masoller. "Comparto el enojo de Andrés. No creo que sea una injusticia (haber colocado a Uruguay a la par de otros países de la región). Creo que es un error", manifestó.

Por su parte, el economista Javier de Haedo sostuvo que en el primer gobierno de Tabaré Vázquez se gastó mucho más de lo que se recibió por la bonanza económica, incluso cuando ya se había pagado la "deuda social". Ese concepto no fue compartido por Bergara. "Era difícil" exigir que el país "ahorrara" luego de la crisis de 2002 "cuando la prioridad era bajar la pobreza", afirmó el presidente del BCU.

"Deberíamos ser un poquito más noruegos".

En otro pasaje de su alocución, De la Torre expresó que una de las disyuntivas de los países de la región era decidir a quién parecerse: si a Venezuela o a Noruega. A algunos de los presentes en el evento les pareció que la comparación era demasiada amplia. Igualmente, De la Torre explicó que el país nórdico es exportador de petróleo aunque tiene una postura prudente. "Cuando sube el precio (del barril) no lo toman como ganancia; ni siquiera lo consideran un ingreso". Como antítesis colocó al país caribeño. "Venezuela se come todo y más", sostuvo. "Deberíamos ser un poquito más noruegos", añadió. A su turno, Bergara indicó que los países de la región no son ni Singapur ni Noruega, señalando que en ellos era más fácil ahorrar, por tener un mayor poder de compra.

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El economista jefe del BM, Augusto de la Torre, ayer durante una disertación. Foto: F. Flores

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