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La estrategia de Louis Vuitton que podría seguir Uruguay para mejorar su competitividad

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Louis Vuitton. Foto: Reuters

INSERCIÓN INTERNACIONAL

La estrategia comercial del país debería estar centrada en construir una narrativa que acerque a Uruguay al denominado “sweet spot”, dijo el director de Uruguay XXI.

"Algo hace que las mujeres paguen US$ 2.000 o US$ 3.000 por una cartera” de la marca Louis Vuitton, “una de las empresas más competitivas del mundo” que “factura casi lo mismo que Uruguay -unos US$ 55.000 millones- y vende productos mucho más caros que su competencia”.

Ese fue el principal argumento del director de Uruguay XXI, Jaime Miller, para defender la estrategia comercial y de inserción internacional del país frente a quienes sostienen que a nivel local falta competitividad en términos de costos de producción.

Así lo manifestó el jerarca en el marco de la presentación virtual del estudio “La competitividad del Uruguay ante un nuevo contexto global”, elaborado por los especialistas Nicolás Albertoni, Micaela Camacho y Roberto Horta y apoyado por la Fundación Konrad Adenauer.

“No estoy diciendo que Uruguay sea el Louis Vuitton de América Latina pero digo que hay un componente diferencial en el valor de un producto que puede permitir pagar un precio más alto”, indicó Miller y explicó que al hablar de competitividad se suele asociar el concepto a la cuestión de los costos de producción.

Sin embargo, a su entender, “es importante desafiar ese concepto” e incorporar la idea de competitividad “por el lado del ingreso”. Es decir, evaluar qué capacidad tiene una empresa o un país en vender bienes y servicios a un precio superior al de su competencia.

De acuerdo con Miller, la estrategia comercial del país debería estar centrada en construir una narrativa que acerque a Uruguay al denominado “sweet spot”, entendido como el lugar donde se cumplen tres aspectos de forma conjunta: las necesidades de los clientes están satisfechas, está dentro de las capacidades del país y está fuera de la competencia.

“Es un lugar donde tu podés competir, quizás cobrando un sobreprecio”, explicó el jerarca. “Como país exportador de agroalimentos tenemos que encontrar cuál es ese sweet spot, ver dónde es que estamos haciendo cosas distintas frente a la competencia que son relevantes para el consumidor”, añadió.

A modo de ejemplo, Miller explicó que hay ciertas características geográficas, sociales, ambientales que Uruguay ya tiene y que pueden ser aprovechadas en ese sentido.

“Uruguay no tiene que talar montes naturales para hacer sus alimentos (...), es creíble, cumple sus normas ambientales, estamos en un lugar que no es el Louis Vuitton pero es el lugar donde a la competencia le cuesta más llegar y nosotros podemos mostrar -con nuestras características- un lugar en el mercado, donde podemos competir cobrando un poquito más”, detalló el jerarca.

La visión académica.

El estudio elaborado por Horta, Albertoni y Camacho, concluyó en la importancia de visualizar a la competitividad como un proceso dinámico que tiene por objetivo generar bienestar sostenible a largo plazo. Además, Horta indicó que la globalización e interrelación de los mercados, junto con cambios cada vez más dinámicos y complejos desde el punto de vista tecnológico, cultural y social, desafían a las economías a ser cada vez más competitivas.

La investigación enfatizó también en el “rol clave” que tienen las políticas públicas en cuanto a generar un entorno de negocios que sea propicio para la inversión, la innovación y el crecimiento de la productividad a nivel de las empresas y que se puedan mejorar esos factores.

Es por esto que los académicos consideran importante que Uruguay pueda avanzar en la mejora de la competitividad y uno de los caminos propuestos es el diseño de “estrategias más dinámicas desde el punto de vista de su inserción internacional”, que incluya además una modernización del Mercosur.

Puerto de Montevideo. Foto: El País.
Puerto de Montevideo. Foto: El País.

A partir de una encuesta realizada a exportadores uruguayos -y que forma parte del estudio- los académicos concluyeron que el empresariado uruguayo considera necesario que Uruguay sea más dinámico y concretar acuerdos comerciales sin esperar a que se invite al país a negociar.

Sobre este punto, la presidenta del Consejo Directivo de la Academia Nacional de Economía y gerente general de Unión Capital AFAP, María Dolores Benavente, destacó que “la gran mayoría de los empresarios estén a favor de la apertura comercial” y dijo que si esa encuesta era realizada 20 años atrás, el resultado no era el mismo. “Que haya una mayoría de empresarios exportadores que hayan entendido que un impuesto a la importación, en el fondo, es un impuesto a la exportación (...) realmente es un dato que me encantó encontrar”, afirmó Benavente.

En relación a la encuesta realizada a exportadores, el director de Uruguay XXI dijo que “plantea un tema fundamental para nuestro país que es la capacidad para hacer acuerdos fuera del Mercosur”. En este sentido, el jerarca indicó que si bien este “es un asunto prioridad” del gobierno actual, “también hay que reconocer que es difícil y lento de lograr”.

Además, indicó que “hay un trade off” dado que el empresario que vende al Mercosur “no va a querer que nos vayamos” del bloque. ¿Qué hacemos con los US$ 2.000 millones que le vendemos hoy a Brasil con preferencia arancelaria? Ese es un tema de debate de política comercial del país, pero evidentemente eso lleva tiempo”, concluyó Miller.

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