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Firmes exportaciones de pinos para China

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María Gabriela Quincke y Francisco Rodríguez Morena, directivos de Muradir. Foto: archivo El País

Pinos de 1ª calidad para la construcción y para muebles; próximo embarque 5 de marzo

Seleccionar entre los bosques de Rivera y Tacuarembó 80 mil pinos de determinado diámetro y largo, transportarlos al puerto de Montevideo para llenar un barco con 32 mil toneladas de árboles con destino a China, de plano parece una tarea fácil aunque no lo sea. Por el contrario, es una operación compleja, comprometida, con imprevistos, y más vale que no comience a llover cuando las bodegas del barco están abiertas y las tapas en el piso, porque aún con esa contrariedad no habrá que bajar los brazos ni perder tiempo en lamentos sino seguir avanzando, ser eficientes y competitivos, porque el premio no está antes sino después.

ENTREVISTA. En nuestra entrevista de hoy vamos a referirnos básicamente a la exigente logística que demanda cada embarque de pinos, que por cierto hace transpirar a mucha gente y pide una entrega total de esfuerzos y profesionalismo que durante cuatro o cinco días no da respiro.

Tras el embarque de aquellas 32 mil toneladas de pinos en el barco “Maipu River” para China efectuado el pasado 5 de febrero, parece obligada una entrevista a sus exportadores -Francisco Rodríguez Morena y María Gabriela Quincke (Muradir)- para conocer los pormenores de las etapas que involucra esta veta de la exportación, nada que no sea superable, pero el esfuerzo, un poquito más allá, siempre está presente. Es así que luego de un extendido y minucioso relato de nuestros entrevistados, comprendemos que el proceso de exportar pinos se fundamenta, obviamente, en buenos pinos que den con las medidas, pero básicamente es una carrera constante de procesos logísticos desde que se corta el árbol hasta que se estiba en la bodega del barco. Y no menos importante es la otra pata de este negocio que es la labor desarrollada por la empresa operadora portuaria, que en este caso fue DSC Pantzin, bien conocida en nuestro puerto, que toma los troncos desde el camión al costado del barco. Así que horas-chofer-camión desde el monte hasta el acopio en Montevideo y desde aquí otra vez horas-camión hasta el puerto. Nuestros entrevistados nos detallan este otro eslabón del proceso de cargar el barco llevado a cabo por el operador portuario y que también exige logística y no pocos esfuerzos, además de profesionalismo, destreza y experiencia. “Como podrá imaginar” -relatan-, “en esta etapa final también estamos nosotros a bordo y en tierra apoyando al operador portuario a encontrar juntos las mejores soluciones y resolver los problemas del momento. Pero colocar los 80 mil pinos en las bodegas del barco es una tarea que debe hacerse con total profesionalidad para darle perfecta estabilidad al barco, seguridad a los estibadores, sin desperdiciar espacios, y tratar de meter en el barco la mayor cantidad posible de madera. Esta etapa en particular lleva unos 4 o 5 días mientras el barco está en puerto; se trabaja en tres turnos de ocho horas, o sea las 24 horas. Para ser precisos trabajaron 60 operarios en las cinco bodegas del buque repartidos en tres turnos (estibadores en bodega, apuntadores, gruistas, trincadores, capataces, prevencionistas, maquinistas, etc).

LOGíSTICA. A lo largo de la extendida conversación, nuestros negociantes madereros nos abrumaron con un relato insospechado de una larguísima cadena de múltiples acciones, desde que se corta el árbol en el bosque hasta que se pone a bordo de la nave. Todo confirma que exportar troncos es una operación compleja, que no hay una sola logística sino varias, y que hay muchas horas hombre-camión-chofer-transporte.

“Nosotros” -nos dicen- “compramos la madera en el bosque pero puesta en nuestro depósito de acopio en Montevideo, así que lo primero es tomar contacto con el dueño del bosque o de la plantación, y con la experiencia que tenemos hacemos una penetración visual de algunos días por el monte para tener una pauta de si lo que estamos viendo tiene el largo y el diámetro deseado: no menos de 20 centímetros de diámetro en las puntas, lo más recto posible y condición de salubridad. Una vez que la madera está en nuestra depósito procedemos a su fumigación 10 días antes del embarque, y tapamos la estiba con planchas de plástico. Cuando llega el barco corre por nuestra cuenta tomar esa madera y transportarla hasta el puerto. Es a partir del camión al costado del barco que la empresa operadora portuaria DSC Pantzin asume la carga del barco”.

PROVEEDORES. “Hasta el momento tenemos dos proveedores de madera que disponen de 15 montes en Tacuarembó y Rivera y desde ahora se agregan montes de Paysandú, pero estamos en proceso de agregar más proveedores de madera. Estamos cargando un barco por mes, pero nuestro propósito es ir a un barco cada 20 días, aún cuando los chinos piden un barco por semana, lo que nos gustaría pero materialmente por el momento parece dificultoso”.

“El hecho es que cargar un barco por semana excede toda posibilidad por la logística que es muy demandante, complicada, y porque el flujo de transporte superaría la capacidad de carreteras, camiones y choferes. Y este es el gran tema. Ciertamente el primero de los hándicaps es el transporte carretero y el segundo sería el congestionamiento portuario que se daría”. Para que esto se entienda nuestros entrevistados nos aclaran: “Cargar un barco por semana implicaría poner en la carretera 1200 camiones, o sea 5000 camiones por mes (cuatro barcos) que estarían llegando a nuestro depósito de acopio en Montevideo, y otros 5000 camiones desde aquí hasta el puerto; no podemos imaginar 5000 camiones en el puerto. Así que cargar un barco cada 20 días, que es nuestro objetivo razonable, implica el compromiso de 50 mil horas-hombre por mes de transporte y es lo que estamos tratando de hacer”, agregan nuestros entrevistados. Dentro de la logística desarrollada en la carga del barco “Maipu River”, tanto Francisco Rodríguez como María Gabriela Quincke son precisos en destacar con adjetivos elogiosos el trabajo realizado por DSO Pantzir, la empresa operadora portuaria que en todo momento marcó tiempos de eficiencia e idoneidad, y que con un entusiasta personal estableció en la operativa un perfil de equipo responsable, lo que contribuyó a convertir el serio desafío en un éxito que incluso conformó a la oficialidad del barco.


HISTORIA 1988.
El tema de los troncos o la madera nos toca muy de cerca porque fuimos los primeros en ocuparnos de aquella inaugural e insólita exportación que tuvo lugar el 25 de julio de 1988 en el barco “Searider”, con 18 mil toneladas de eucaliptos con destino a Finlandia, operación efectuada por Tile. Con motivo de ese primer embarque se hizo una reunión a bordo y allí estuvimos con el entonces ministro de Transporte de la época, Jorge Sanguinetti. Hasta ahora, en estos 29 años, hemos escrito más de 700 artículos-entrevistas sobre todo el sector maderero sin excepción. Incluso hace algunos años promovimos un encuentro en representación del diario El País entre madereros en el Centro de Navegación. Tuvimos fe en la madera.

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María Gabriela Quincke y Francisco Rodríguez Morena, directivos de Muradir. Foto: archivo El País

MARÍTIMASEMILIO CAZALÁ

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