Informe

La calificadora cree que el déficit seguirá aumentando este año.

“La credibilidad de la política fiscal sigue siendo relativamente débil”, así evaluó la calificadora Fitch en un informe la situación de Uruguay, luego que el déficit fiscal alcanzara a 4% del Producto Interno Bruto (excluyendo el efecto “cincuentones”) a fin de 2018, el peor resultado para un año calendario desde 1989 (cuando marcó 6,2% del Producto y al año siguiente el gobierno debió realizar un ajuste fiscal).

El informe de Fitch no supone una actualización de la calificación. Esta agencia ubica a Uruguay en BBB- con perspectiva “negativa”. Ese es el menor escalón dentro del grado inversor.

“Fitch espera que el déficit continúe aumentando en 2019”, a alrededor del 4,5% del PIB para el sector público en general (excluyendo el impacto de la ley de “cincuentones”), dado “el limitado apetito por las medidas de consolidación durante un año electoral y al debilitamiento de la economía”, afirmó.

La calificadora señaló que “la resolución de la perspectiva negativa”, es decir, si finalmente deriva en una baja de la nota o no, “dependerá de la trayectoria fiscal y de la perspectiva para las medidas correctivas”.

En ese sentido, evaluó que “los posibles candidatos presidenciales de todo el espectro político han reconocido que el déficit fiscal es un desafío político clave que enfrentará el próximo gobierno (...), pero un ajuste podría ser difícil de implementar”.

Agregó que “las presiones fiscales ya son altas, y varios candidatos quieren reducir los impuestos para aumentar la competitividad, mientras que el perfil de gasto altamente rígido de Uruguay dificulta los recortes”.

La agencia elogió el trabajo de la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas. “A pesar de estas presiones fiscales, consideramos que los riesgos financieros son bajos debido a la gestión proactiva de la deuda”, expresó.