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Para Fitch está en riesgo el grado inversor de Uruguay, pero ¿qué opinan las otras calificadoras?

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Danilo Astori: el ministro de Economía y Finanzas salió al cruce de Fitch luego que esta cambiara la perspectiva de estable a negativa. Foto: Fernando Ponzetto

¿En riesgo el grado inversor?

La calificadora Fitch cambió la perspectiva de la deuda uruguaya de “estable” a “negativa” el viernes pasado y dijo que estaba en riesgo el grado inversor de Uruguay. El País habló con los responsables de Moody’s y DBRS.

El viernes pasado la calificadora de riesgo Fitch mantuvo la nota de la deuda uruguaya en el mínimo del grado inversor (BBB-) pero cambió su perspectiva de "estable" a "negativa". Eso implica que en los próximos 24 meses, hay una "probabilidad de 50% o más" de que la nota sea bajada, dijo a El País el analista principal de Fitch para Uruguay, Todd Martínez. De ocurrir, Uruguay perdería el grado inversor en esa calificadora.

El cambio de perspectiva significa que "sí hay un riesgo" de que pierda el "grado inversor, pero no de forma inminente o con una probabilidad preponderante en el caso de Uruguay, donde ha habido un deterioro muy paulatino, en vez de abrupto, en el perfil crediticio", explicó Martínez a El País.

Un día después, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, salió al cruce de Fitch. Señaló que la decisión de cambiar la perspectiva "contrasta con las otras calificadoras de riesgo" y "contrasta con el mercado que está dando alta calificación a la deuda uruguaya".

Pero, ¿qué piensan otras calificadoras? ¿Está en riesgo el grado inversor? ¿Tomarán en cuenta la decisión de Fitch?.

De las otras cuatro calificadoras que evalúan a Uruguay, tres (Moodys, Standard & Poors y R&I) lo tienen un escalón por encima del mínimo en el grado inversor (notas BBB y Baa2 en el caso de Moodys). La restante (DBRS) lo posiciona al igual que Fitch en el mínimo del grado inversor. Todas tienen perspectiva "estable".

Consultados por El País, los analistas principales para Uruguaya de Moodys, Renzo Merino, y DBRS, Michael Heydt, evaluaron que el "desafío clave" para la calificación de la deuda uruguaya es el "déficit fiscal".

El rojo de las cuentas públicas es de 3,9% del Producto Interno Bruto (PIB) en los 12 meses cerrados a agosto. En la actual administración el déficit se ha movido entre 3,5% y 4% del PIB (salvo momentos puntuales) y la meta (modificada en la reciente Rendición de Cuentas) es que se ubique en 2,9% del PIB a fin de 2019.

Merino recordó que "la última revisión formal de la calificación soberana de Uruguay se dio en julio del 2017 cuando Moodys revisó la perspectiva de negativa a estable" y señaló que la agencia "monitorea los distintos aspectos que afectan el perfil crediticio de los gobiernos constantemente, y puede revisar la calificación en cualquier momento. En el caso de Uruguay lo más probable es que esto sea antes de que se cumplan dos años desde la última revisión".

En el caso de DBRS "generalmente realiza revisiones de calificación soberana sobre una base anual, aunque pueden ser más frecuentes si es necesario. Nuestra última revisión anual sobre Uruguay se publicó el 24 de enero de 2018, por lo que se puede esperar una revisión actualizada a principios del próximo año", indicó Heydt.

El déficit y el riesgo.

Respecto al plano fiscal, Merino indicó que basan su análisis "en el nivel de gobierno central (que no incluye algunas entidades) y esperamos que el déficit a este nivel se mantenga en el orden del 3% del PIB en los años 2018 a 2020. Esto dificultaría significativamente que el gobierno llegue a la meta del 2.5% del PIB al nivel de todo el sector público".

Apuntó que "para Moodys la rigidez del gasto público de Uruguay es un tema que deberá ser abordado para apoyar la sostenibilidad de la cuentas fiscales en el mediano plazo. Sin embargo, no esperamos que haya mayores medidas de ajuste fiscal antes de las elecciones del próximo año. En este sentido, será muy importante el esfuerzo que haga el gobierno para por lo menos contener el crecimiento del gasto".

Según la calificadora DBRS el déficit fiscal es "el desafío clave para el perfil de crédito soberano de Uruguay. Una consolidación duradera por parte de la próxima administración podría ejercer una presión al alza en las calificaciones. Por otro lado, las calificaciones podrían experimentar una presión a la baja si los resultados fiscales continúan deteriorándose con el tiempo", evaluó Heydt.

Según Merino, otro factor que tomará Moodys "en consideración el próximo año serán las propuestas para la política macroeconómica de los diferentes candidatos, para así formar nuestra opinión sobre la posible trayectoria de las diferentes métricas crediticias" de Uruguay. En ese sentido, dijo que esperan que "la depreciación del peso uruguayo también influya en la trayectoria de las métricas de deuda debido a que la mitad está denominada en moneda extranjera" y que "en general esperamos ver que los ratios de deuda gubernamental se deterioren en el 2018" aunque "Uruguay tiene a favor factores mitigantes de riesgo, en particular los colchones financieros".

Respecto al riesgo de que Uruguay pierda el grado inversor, ambos lo ven bajo.

En el caso de DBRS, Heydt afirmó que "a pesar de las débiles condiciones económicas en la región, no prevemos una presión a la baja inmediata".

Merino señaló que "si bien consideramos que Uruguay muy probablemente saldrá del actual contexto con menores fortalezas económicas y fiscales, su perfil crediticio también incorpora una alta fortaleza institucional y una relativamente baja susceptibilidad a eventos de riesgo, lo que alinea el perfil de Uruguay con sus pares Baa2 dentro del grado de inversión".

La opinión del otro, ¿importa?

¿Qué tanto importa para una calificadora la acción que tome su competencia? En ambos casos descartaron que la acción de otro (en este caso el cambio de perspectiva de Fitch) tenga efecto en sus análisis. "Las opiniones de otras agencias no forman parte de nuestra metodología para asignar calificaciones", dijo tajante Michael Heydt de DBRS. ¿Cuál es la importancia del grado inversor? El grado inversor permite pagar menores costos de financiamiento e incluso hay fondos de pensión estadounidenses y europeos que solo pueden comprar deuda de países con ese grado. Algunos de esos fondos requieren que las tres calificadoras "grandes" (Standard & Poors, Moodys y Fitch) lo otorguen.

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