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El FMI ve más enfriamiento de Uruguay y pasó su receta

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Jan Kees Martijn es el jefe de misión del Fondo Monetario. Foto: M. Bonjour
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Bajar inflación y que Ancap aproveche precio bajo del crudo para mejorar.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo fuertemente la proyección de crecimiento de la economía uruguaya para este año (también bajó la de 2016), prevé que la reducción de la inflación sea "muy gradual" y en "varios años", cuestionó los acuerdos de precios y dijo que las "sólidas reservas" deberían "facilitar un ajuste ordenado ante los shocks", principalmente externos. Ese fue el análisis de la misión anual del FMI por capítulo 4° (corresponde a cada país miembro, tenga o no programa con el organismo) en las últimas dos semanas que culminó ayer.

Encabezada por el holandés Jan Kees Martijn, la misión del Fondo destacó el nuevo programa fiscal de "consolidación presupuestaria" combinada con "prioridades" como "apoyar el desarrollo de infraestructura", las nuevas pautas salariales que otorgan "aumentos nominales" y que pese a la desaceleración, la economía aún crece por encima del promedio regional.

Además, hizo una serie de sugerencias al gobierno. Entre ellas están: no seguir con intervenciones del Banco Central (BCU) en el mercado de cambios "si las presiones de depreciación" del peso "persisten"; reducir la inflación sigue como "prioridad clave" y en ese sentido "avanzar hacia la plena eliminación de la indexación" salarial; mantener el "compromiso con la consolidación fiscal"; aprovechar "los bajos precios del petróleo" para "mejorar el desempeño de Ancap".

Desacelere marcado.

En un comunicado y posterior conferencia de prensa, el FMI desarrolló su análisis sobre Uruguay.

La economía se ha "desacelerado marcadamente" por las "débiles condiciones externas" y "debido a la contracción del gasto interno", indicó el FMI. En ese sentido, redujo su proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año del 2,5% que estimaba en octubre a 1,4% y para 2016 de 2,2% a 1,6%.

Kees Martijn dijo que desde que el gobierno presentó el proyecto de Presupuesto (que prevé una expansión de 2,5% para este año y el próximo) "las señales de desaceleración se han vuelto más claras". Pese a ello, no ve en el horizonte la necesidad de una suba de impuestos (ver aparte).

A su vez, evaluó que "las sólidas reservas de liquidez" con créditos contingentes por el equivalente a 4% del PIB y activos financieros líquidos de 6% del PIB, más las reservas del BCU "deberían facilitar un ajuste ordenado ante los shocks".

"Reducir la inflación sigue siendo una prioridad clave" dijo Kees Martijn (es de 9,5% en 12 meses a noviembre) y señaló que la proyección es que "permanecerá en el nivel de un sólo dígito". Pese a ello cree que se reducirá "muy gradualmente" para llegar a la meta del BCU de entre 3% y 7% luego de "varios años". De todas maneras, "con una inflación tan cercana al 10%, un shock relativamente pequeño de precios podría desencadenar una inflación de dos dígitos" si bien eso sería "temporario", afirmó.

Para bajar la inflación el Fondo recomendó "una estrategia más eficaz e integral". Ello requiere "mantener una orientación monetaria restrictiva" y si bien dijo que es adecuado que las nuevas pautas salariales establezcan aumentos nominales, sugirió "avanzar hacia la plena eliminación de la indexación" por inflación pasada "tan pronto como sea posible". Además, cuestionó que "una estrategia integral no debe requerir de los acuerdos de precios encaminados a reducir temporalmente las presiones inflacionarias".

Otro aspecto que el organismo consideró clave es "el tipo de cambio flexible" como "instrumento" para "responder a efectos de contagio" externos. A juicio del FMI "las cuantiosas reservas" del Banco Central "pueden ayudar a amortiguar shocks externos fuertes" pero debe "recurrirse con moderación a las intervenciones" y en ese sentido evaluó como "positiva la reducción de las ventas de divisas del BCU en noviembre". Añadió que "no sería ordenado que sigan realizándose intervenciones si las presiones de depreciación persisten" ya que "intervenciones prolongadas podrían erosionar las defensas del país prematuramente" y "oponer resistencia a las expectativas de mercado" puede "exacerbar presiones de dolarización de los activos".

Para el FMI "a corto plazo", hasta que no se dé la plena consolidación fiscal y baje la inflación, "el margen de maniobra para la aplicación de políticas contracíclicas" es "limitado".

En ese sentido "lograr la totalidad de la mejora presupuestada" de tener un superávit fiscal primario (antes del pago de deuda) de 1% del PIB en 2019" permite situar la deuda neta "en una trayectoria estable" para el final del período.

A su vez indicó que "los bajos precios del petróleo brindan la oportunidad de mejorar el desempeño de Ancap antes de avanzar hacia un sistema más transparente" en el "traspaso" de esos valores a los combustibles. "El reestrablecimiento de la solidez financiera de Ancap es una prioridad de política económica" que debe "seguir mejorando la eficiencia", agregó.

¿Una suba de impuestos?

Cuando El País le preguntó al jefe de misión del FMI, Jan Kees Martijn sobre si los factores externos empeoran más de lo previsto, el organismo recomendaría una suba de impuestos, la respuesta fue un poco elusiva. "Nuestro consejo en cuanto a la política fiscal consiste en colocar el superávit primario (antes del pago de deuda) en una tendencia hacia arriba" y "creemos que para ello, no debería ser necesario contar con una respuesta pro-cíclica a los shocks temporarios", afirmó Kees Martijn. El FMI ve necesario "la ejecución efectiva de planes para mejorar el seguimiento y el gobierno corporativo de las empresas públicas".

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Jan Kees Martijn es el jefe de misión del Fondo Monetario. Foto: M. Bonjour

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