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“Si gana Alberto Fernández es más factible que el Parlamento argentino vote acuerdo con la UE”

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Carlos Malamud, investigador principal para America Latina del Real Instituto Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos. Foto: Darwin Borrelli

EXPERTO EN COMERCIO

El investigador principal del Real Instituto Elcano de España, Carlos Malamud, charló con El País sobre el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, y otros temas del comercio internacional.

Nacido en Argentina pero radicado en España, Carlos Malamud es investigador principal del Real Instituto Elcano y especialista en relaciones internacionales. Fue nombrado como uno de los 50 intelectuales iberoamericanos más influyentes por el sitio especializado Esglobal.

Visitó Uruguay la semana pasada para dar una conferencia en la Universidad ORT titulada “Pasado, presente y futuro del acuerdo Mercosur-Unión Europea”. Sobre eso y otros temas del comercio internacional charló con El País.

-¿Cómo evalúa el acuerdo alcanzado entre el Mercosur y la Unión Europea (UE)? ¿Es lo deseado o lo que se pudo?

-Nunca un tratado comercial de esta naturaleza es satisfactorio para todos, siempre hay más y menos contentos. De todas maneras, en líneas generales la evaluación que hago del tratado es que es sumamente positivo, tanto para Europa como para el Mercosur. El tratado fue fruto de una negociación muy ardua, esto viene desde el siglo pasado, pero la última fase tiene cuatro o cinco años. Fue posible porque se dio una situación geoestratégica favorable por la cual aquellos sectores que de uno y otro lado de forma tradicional obstaculizaban avanzar en la negociación, tuvieron que aminorar sus resistencias y bajar sus banderas.

-¿Cuáles son esos hechos geoestratégicos?

-En primer lugar, la presencia de Donald Trump en la Casa Blanca, que tiene distintas manifestaciones y una de ellas es el ataque al multilateralismo, que implica entre otras cuestiones ataques a la OMC y a todo aquello que sea comercio no bilateral. Por otro lado, la guerra comercial entre Estados Unidos y China que es otra manifestación de lo mismo. Otro elemento importante desde la perspectiva europea es que precisamente la presencia de Trump en la Casa Blanca ha convertido a Estados Unidos en un socio cada vez menos fiable para la UE. Desde el punto de vista del Mercosur también hubo cambios a nivel político, a diferencia del pasado cuando en una época todos los gobiernos pertenecían a una misma cofradía. En este momento, con la excepción de Uruguay, la homogeneidad era mayor. Esa perspectiva más aperturista, sobre todo a partir de la llegada de Macri en Argentina y también con Bolsonaro en Brasil, aceleraron las negociaciones. Entonces hubo un ambiente favorable que propició esto.

-¿Qué supone el acuerdo para las partes?

-Por un lado se crea un mercado amplísimo de varios centenares de millones de personas. Esto le permite a la UE desde el momento que el tratado entre en vigencia tener algún tipo de acuerdo con prácticamente toda América Latina, con la única excepción de Venezuela y Bolivia. Para el Mercosur, por un lado hay un acceso importante al mercado europeo y al mismo tiempo la posibilidad de que finalmente estos países que tenían unos sistemas más cerrados que otros países de América Latina, puedan abrirse en condiciones favorables.

-¿Los temores y críticas de algunos sectores industriales del Mercosur tienen sustento?

-Lo que ocurre es que la relación económica de un bloque o un país no se puede centrar en un solo tratado comercial. La UE tiene firmados una gran cantidad de tratados con distintos actores internacionales y en algunos hay sectores que son más perjudicados y en otros menos perjudicados, y esto hace que la lectura que finalmente se haga tenga que ver con el conjunto y no con una de las partes. Es verdad que en el Mercosur la apertura es más reciente, hasta ahora primaba la protección y esto va a traer consecuencias, pero hay que tener presentes que los sectores más afectados tienen períodos de adaptación, en algunos casos muy prolongados, lo cual facilita.

-¿Un cambio de gobierno en Argentina puede poner en riesgo el acuerdo?

-Creo que después de las declaraciones iniciales de Alberto Fernández, el tono se ha empezado a moderar. Estamos en campaña en Argentina, lo cual complica mucho más las cosas, pero la lectura que hago es que en caso de ganar Alberto Fernández va a ser mucho más factible que el Parlamento argentino ratifique el acuerdo que si gana Macri. Con Fernández, un Parlamento con mayoría peronista no va a tener demasiadas opciones, me refiero a que la situación económica y política es sumamente complicada. Si no lo firma el riesgo es doble, por un lado un enfrentamiento con la UE y por otro con Brasil y los demás socios, con la posibilidad de ruptura del Mercosur. En momentos donde Argentina va a necesitar negociar la deuda con el FMI, perder el apoyo europeo sería sumamente complejo y por lo tanto en un escenario de presencia del kirchnerismo al frente del gobierno veo factible que se firme. En caso hipotético de que Macri gane, la firma sería prácticamente automática pero la negociación parlamentaria sería más difícil, porque estando en la oposición es más fácil decir que no.

Alberto Fernández y el presidente Mauricio Macri fueron el centro del debate con fuertes críticas y acusaciones. Foto: Reuters
Alberto Fernández y el presidente Mauricio Macri fueron el centro del debate con fuertes críticas y acusaciones. Foto: Reuters

-¿Si fuese Uruguay, apostaría a dar batalla en el Mercosur tal como está, buscaría flexibilizar algunas normas o irse para buscar otros caminos?

-Inventar cosas nuevas y más en política económica internacional, es complicado. Pese a todas sus deficiencias el Mercosur es lo que es y en un mundo como el actual para un país como Uruguay no es sencillo (irse). Evidentemente desde la perspectiva uruguaya las negociaciones con Estados Unidos, China o quien fuera serían más fáciles fuera del Mercosur, pero la posibilidad que las contrapartes impongan sus puntos de vista son muchos más grandes si Uruguay está solo que si va con Argentina, Brasil y Paraguay.

-Pasando a temas globales. ¿Cree que está en crisis el multilateralismo comercial?

-Sí. Es evidente que el multilateralismo comercial ha retrocedido profundamente en los últimos años. Cuestiones que estaban muy avanzadas como la negociación del tratado entre Estados Unidos y la UE han quedado paralizadas con la llegada de Trump, que también se retiró del TTP (Acuerdo Transpacífico).

-¿La guerra comercial entre Estados Unidos y China hasta dónde puede llegar?

-Hay margen para escalar en el conflicto. Esto no es solo una guerra comercial es mucho más, es una guerra por la hegemonía internacional, China quiere ser gran potencia. Tiene que ver también con el control de la tecnología y de la gran transformación digital a la cual nos estamos enfrentando. Es verdad que a ninguna de las partes le interesa que esto se encone demasiado. Los perdedores, en caso de que el comercio se retraiga considerablemente en ambas partes, serían múltiples.

-¿Y el resto de países como Uruguay, qué tanto se juegan en esa disputa? ¿Hay margen para medidas precautorias?

-Se juegan mucho en la medida que como consecuencia de este enfrentamiento tanto la economía china como la estadounidense se retraigan, lo que para terceros países sería desastroso. Uruguay tiene en el mercado de China y de Estados Unidos a dos de sus principales clientes y evidentemente si sus economías se contraen las posibilidades de Uruguay co-mo de cualquier otro país serían mínimas. Margen para la reacción, depende; como decía antes, Uruguay solo tiene opciones menores, de la mano del Mercosur tendría más ventajas, porque la UE es un actor global todavía relevante en materia económica y esto le da un margen de maniobra algo mayor. En un mundo donde por un lado hay actores que intentan cerrarse cada vez más, el reforzar salidas multilaterales es una garantía de supervivencia.

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