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"En general Uruguay se ve sólido frente a Argentina y Brasil"

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Juan Ruiz y Gloria Sorensen y Economistas del banco BBVA

Juan Ruiz y Gloria Sorensen - Economistas del banco BBVA

Uruguay está mejor preparado para afrontar las turbulencias en Brasil y Argentina coincidieron ayer los economistas al exponer en el Club de Golf.

—¿Cómo evalúan la situación de la economía uruguaya y las perspectivas de crecimiento?

GS: Para este año, hemos revisado a la baja nuestra previsión de crecimiento a 2% por el impacto de la sequía y la crisis cambiaria en Argentina. Para el año que viene, también la revisamos a la baja a 1,3% porque teníamos expectativa de que se iba a empezar a concretar la inversión de UPM 2 en la segunda mitad del año y aparentemente está bastante demorado, y por la menor llegada de turismo desde Argentina. La crisis cambiaria argentina, no creemos repercuta por el lado del contagio financiero y lo hará muy levemente en exportación de bienes, pero sí habrá impacto en una menor temporada de turismo dado que el 60% de los ingresos provienen de los argentinos y el 10% que viene de Brasil también se verá afectado por la depreciación (del real).

—¿Hay un virtual estancamiento de la economía en los últimos años?

GS: Se ve que en el crecimiento de Uruguay, que ha sido de niveles de 1% o 2% en los últimos años, hay poco dinamismo. Si bien no hay crisis y se llevan 15 años creciendo, incluso en tiempos de crisis globales, el gran dinamismo de la economía que vimos pos-crisis (de 2002) que tuvo que ver con un entorno internacional favorable y un boom de commodities no ha encontrando un sustituto a estos factores de impulso del crecimiento en los últimos años en Uruguay.

—¿Prevén se pueda cumplir la meta del gobierno de reducción del déficit fiscal?

GS: Las metas creemos que no se van a cumplir. Hasta el propio gobierno ya vio difícil llegar al 2,5% del PIB el año que viene que era la meta original (la postergó para 2020), y probablemente estemos cerca del 3,3% de déficit en 2019. Creo que la dificultad para Uruguay, que tiene que hacer reformas como las comentadas en el panel y sobretodo una reforma en el gasto más profunda que tiene que ver con la seguridad social, es que el próximo gobierno esto lo va a tener sobre la mesa pero necesita de un consenso social y de un apoyo en el Parlamento, donde probablemente no tenga mayorías.

—¿Hacia 2020 cuando asuma el próximo gobierno, corre riesgo el grado inversor?

GS: No lo creo un riesgo inminente. Comparado con Brasil por ejemplo, que está en una trayectoria de déficit ascendente e insostenibilidad de la deuda, es distinto lo de Uruguay donde el déficit está bajando a menor ritmo que lo comprometido pero no sigue un sendero explosivo que ponga en riesgo la economía. De modo que pienso que los mercados van a estar pidiendo a Uruguay un compromiso más fuerte de reducción del déficit pero que no necesariamente implicará la pérdida del grado inversor.

—¿Qué características diferencian a Uruguay de los vecinos Argentina y Brasil?

JR: Una de las primeras cosas a resaltar son las necesidades de financiación externa. Es algo que diferencia muy claramente a Uruguay de Argentina, que ha sufrido una crisis de confianza por parte de los mercados internacionales porque tenía unas necesidades de financiación muy elevadas, mientras que Uruguay tiene superávit y no esa fuerte necesidad de financiación internacional. Las cuentas fiscales en Uruguay, aunque hablamos de la necesidad de consolidarlas, son bastante más solidas que en Argentina con un déficit fiscal más pequeño, y también un perfil de vencimiento con mayor horizonte que el que teníamos en Argentina. Destacaría también el lado institucional, el respeto de la ley y el diseño en general de políticas en Uruguay es bastante sólido y es un incentivo para la inversión extranjera. Diría que en términos generales (las diferencias pasan por) políticas económicas prudentes por el lado monetario y fiscal, y un tipo de cambio flexible que sirve como un amortiguador frente a los shocks externos. Obviamente hay tareas para hacer en Uruguay, pero en general creo que se muestra bastante sólido frente a la perspectiva que tenemos en Argentina y también en Brasil, donde por supuesto que el problema fiscal es de una dimensión muchísimo mayor.

—¿Qué factores no permiten que la economía brasileña se recupere?

JR: Tiene muchos desafíos por la parte de reformas estructurales que debe hacer, pero el principal en este momento es abordar la consolidación fiscal. Tiene una situación de déficit fiscal incluyendo el pago de intereses de entre 7% y 8% del PIB, y una deuda pública que ha aumentado alrededor de 22 puntos porcentuales del PIB en los últimos cuatro años y está en niveles de casi 80% del PIB con una trayectoria ascendente. Por tanto es urgente abordar esa consolidación fiscal y eso pasa principalmente por una reforma de la seguridad social, el sistema es demasiado generoso para los recursos que genera y para las tendencias demográficas en Brasil, aunque al mismo tiempo es políticamente muy delicado para abordarlo. Pero lo deberá hacer porque en caso contrario la presión de los mercados sobre Brasil va a ser insostenible, en el sentido de aumento de primas de riesgo, de los tipos de interés, y los costos de financiación. Por tanto si no se hace esto el riesgo es caer en una crisis fiscal como la que ya vivió Brasil en 2015 y 2016 con una recesión muy importante.

—Respecto a Argentina: ¿El nuevo sistema cambiario logrará contener el aumento del dólar?

GS: Las sucesivos intentos por estabilizar el mercado cambiario en Argentina no han dado resultados y lo que tenemos ahora es un nuevo acuerdo con el FMI que da mayor tranquilidad por el lado de cubrir las necesidades de financiamiento externas. En el tema cambiario, han ido por un camino de una dureza monetaria muy fuerte, de absorber todos los pesos que existen en la economía para que prácticamente desaparezca la demanda de dólares y el tipo de cambio se estabilice dentro de los espacios de intervención que han fijado. Creo que tiene chances fuertes de éxito por dos motivos: el tipo de cambio ya está muy depreciado; y prácticamente ha desaparecido la renovación de Lebac, que eran un instrumento del Banco Central donde no solo habían invertido los bancos sino inversores extranjeros y minoristas provocando que cada vencimiento mensual fuera una gran cantidad de pesos que podían potencialmente ir al mercado de dólares.

—¿Hay chances de recuperación de Argentina para 2019?

GS: Estamos previendo una caída del PIB de 0,5% en 2019 pero que tiene que ver muchísimo con un arrastre muy negativo del 2018, porque la economía en la comparación de los trimestres empezaría a crecer ya en el primer trimestre del año próximo. El consumo privado y la inversión todavía van a ser negativos, van a estar cayendo todavía el año que viene.

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