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Gobierno prioriza inflación pese a caída de actividad

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El hecho que se rompa la barrera del 10%, es visto como un problema para el gobierno.
[[[FERNANDO PONZETTO

La caída o estancamiento de la economía en el segundo trimestre exacerba el dilema de qué debe priorizar el gobierno. Según algunos analistas el debate es: seguir intentando que la inflación no pase el 10% -conteniendo el dólar- o enfocarse en la actividad -dejando subir al dólar - a costa de dejar ir la inflación un poco más allá del 10%.

En el equipo económico no hay dudas al respecto: el combate a la inflación seguirá sin "tirar la toalla", con las herramientas disponibles y se entiende que este también es un factor clave para sostener la actividad, dijeron fuentes oficiales a El País. "Ya sabemos lo que es una inflación de dos dígitos", recordó un integrante del equipo económico. Entre 1957 y 1997 inclusive, la inflación al final de cada año fue sistemáticamente superior al 10% y en algunos años superó el 100%.

Entonces, el dólar sigue al servicio de contener la inflación (ver aparte). El Banco Central vende dólares buscando que no se dispare su cotización y el martes y ayer siguió así luego de conocerse que el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 0,1% interanual en el segundo trimestre y 1,8% frente al primero.

Según la visión predominante en el equipo económico, permitir que la inflación supere el 10% —en los 12 meses a agosto cerró en 9,5%— supone abrir incertidumbres para la inversión (uno de los aspectos en los que el gobierno confía para que la economía crezca), generar más problemas en la negociación salarial (y más presiones por el lado de los costos de las empresas), erosionar el poder de compra de los salarios (y afectar un consumo que cayó en abril-junio por primera vez desde 2003) y poner en riesgo el grado inversor de Uruguay.

Además, el equipo económico entiende que en el segundo semestre la economía uruguaya recuperará el crecimiento.

Del otro lado se paran varios analistas. "El escenario externo que se ha consolidado en los últimos meses desafía a la política económica como hacía muchos años no lo hacía. El gobierno tiene tiempo para adecuar la política gracias a fortalezas construidas en los últimos años, pero si no se actúa para corregir los desequilibrios acumulados (déficit fiscal, competitividad e inflación) algunos de esos activos pueden fragilizarse rápidamente. Ello podría llevar a la economía a un escenario de estancamiento con inflación", escribió el economista de CPA Ferrere Gabriel Oddone en su blog Sextante. "Para evitarlo, las autoridades deben definir qué desequilibrio atacarán primero dado que las nuevas restricciones vuelven muy riesgoso seguir administrando los tres", afirmó.

La decisión del equipo que encabeza el ministro de Economía, Danilo Astori es seguir administrando los tres. De hecho, tras reunirse con la directiva de la Asociación Rural (ARU) el miércoles, Astori dijo que al ser la inflación una preocupación importante "hay que dedicarle todo el énfasis con las herramientas posibles" y añadió: "Vamos a seguir operando con todos los instrumentos, monetarios, cambiario, acuerdos de precios, para llegar en estos últimos cuatro meses a una desaceleración de la inflación".

Para Oddone se debe "priorizar la recomposición del superávit fiscal primario como ancla macroeconómica y habilitar una mayor depreciación del peso" y poner en "segundo plano el combate a la inflación en el muy corto plazo", lo que "debe necesariamente complementarse con medidas que hagan creíble que el aumento de la tasa de inflación es transitorio".

Para la gerente de Servicios Económicos de PwC, Mercedes Comas "no es sencillo tomar una decisión de dejar flotar libremente el tipo de cambio", con la inflación próxima a 10%.

"El otro elemento que hay que tener en cuenta es que la competitividad tiene dos patas: el dólar y la inflación, y parte de la competitividad que puede ganarse con un dólar más alto se licúa vía precios internos", agregó.

A su juicio "Uruguay no es una isla a la cual no llegue la recesión o estancamiento que viven nuestros socios comerciales en la región, ni tampoco lo que ocurre en China con la demanda de materias primas", pero el mercado interno "no deja de estar fuerte, pese a la caída" del consumo. "Si no hay un golpe muy severo en materia de empleo, que esperemos no ocurra, los aumentos de salarios reales comprometidos en la ronda pasada (muchos convenios vencen recién a mediados o fines de 2016) permitirían sostener los niveles de consumo", añadió.

Según Alejandro Cavallo de Equipos, "es probable que ahora el objetivo, de mantener a la inflación por debajo de 10%, sea menos importante que perder empleos y generar una suba de importancia en el desempleo. Es probable que conocido el dato del segundo trimestre del PIB (que no incluye los efectos del deterioro importante que se observó en los últimos meses en Brasil) el gobierno permita que el dólar suba más aceleradamente y vaya compensando los efectos negativos que se observan sobre el nivel de actividad".

Para Pablo Moya de la consultora Oikos, el gobierno "debería priorizar los estímulos al nivel de actividad y principalmente a mantener el empleo. Con el parámetro base del 12% de inflación como límite "gatillo" de renegociación salarial —según las nuevas pautas presentadas—, creo que el gobierno permitirá que la inflación se estanque en niveles actuales y no debería destinarle recursos a su combate".

El gobierno mantendrá la prioridad del combate a la inflación. Para que cambie, debería deteriorarse más la actividad.

SABER MÁS

"Mano de hierro y guante de seda" en BCU.

El economista español José Carlos Díez pasó por Uruguay y en su blog destacó al presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara. "Tiene un diagnóstico preciso y claro de los problemas de América Latina y de Uruguay y gestiona con mano de hierro y guante de seda el BCU.

Mientras otros países de la región tienen miedo para vender reservas y frenar el desplome de sus divisas por temor al estigma, Mario es consciente que el peso se ha depreciado casi un 50% en dos años, ha acelerado la inflación que amenaza con romper la barrera psicológica del 10% e interviene en el mercado con transparencia".

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Para algunos analistas debe apuntalar la economía dejando subir el dólarFABIÁN TISCORNIA

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